Susan Boyle

Susan Boyle es una señora escocesa de 47 años, más fea que un carro por debajo, ancha como una troca, media tocada, incluso, con una dislalia casi imperceptible, y se preguntarán ustedes queridos lectores a qué persona pertenecerá dicha descripción, pues tengo que informarles a los poco avezados en el asunto del internet, que esta mujer con tan desagradable apariencia ha llenado de asombro a propios y extraños durante su presentación en un concurso de aficionados a la música que se desarrolla en Inglaterra.



Susy “La fea” nació en 1961 en el pequeño poblado de Blackburn, West Lothian (Escocia). Hija de Patrick, un bombero, y Bridget Boyle, una mecanógrafa. La más joven de seis hermanos y cuatro hermanas, Susan nació cuando su madre tenía 47 años. Tras un parto difícil, en el que Boyle fue brevemente privada de oxígeno, causando leves daños en el cerebro, se le diagnosticó dificultades de aprendizaje. Comenzó a cantar cuando tenía 12 años; solía hacerlo en coros y en conciertos escolares. Es una devota católica que participa en las actividades de su parroquia, entre ellas cantar.



Boyle realizó una versión de "I Dreamed a Dream" del musical Los Miserables en la primera ronda de la tercera serie de Britain's Got Talent, que se transmitió el 11 de abril de 2009. Este desempeño fue ampliamente divulgado en internet y ha sido visto entre todos los videos por más de 100 millones de personas en el sitio web de YouTube; entre ellos el vídeo Susan Boyle - Singer - Britains Got Talent 2009, tiene ya 42 millones de reproducciones. Boyle quedó conmovida y sorprendida por la ovación del público y la acogida de los jurados en su audición, así como la fuerza de su popularidad a partir de ese momento.



Esta portentosa cantante, de voz como trompeta, no solamente tiene la habilidad de registrar las notas perfectas, sino que posee una inusual transmisión del sentimiento, no digo, no, que sea una María Callas, ni siquiera Céline Dion, pero ha sido tal el boom mediático que ha desatado, que no hay manera de que pase desapercibida para nadie, claro que, el marketing que manejan los llamados programas realities, me obligan a ser desconfiado en cuanto a que sea todo, así tan espontáneo, porque esos garbanzos de a libra, no se dan de la noche a la mañana, naturalmente, que la telera tiene su poder de alienación de masas, de hecho, cabe la posibilidad de que los espectadores del teatro donde se efectúa el concurso, puedan estar todos pagados por la casa productora para que se levanten de sus asientos y dedicarle una “standing ovation”, incluso, la mujer puede fingir que está media tarada, pero lo que es un hecho irrefutable es su enorme capacidad para conmover a quienes la escuchan, y tengo que confesar con cierta penilla, que yo soy uno de esos llorones que al oír su lamento en “i dreamed a dream”, se me salieron las lágrimas de manera instantánea, luego, cuando escuché su interpretación de “Cry Me a River” no tuve otra alternativa que rendirme a sus pies.



Es verdad que Susan Boyle tiene todas las agravantes para haberse quedado la vida entera cantando en el coro de su iglesia, aún con esa maravillosa voz de ángel, porque tiene cara como de maestra de educación especial al cuidado de una madre viuda paralítica y cabrona, de esas que les pegan a las hijas con lo primero que encuentran tan sólo porque se levantaron de mal humor, además, es cierto, los que son como ella, exactamente con esas características, son dignos de toda lástima, porque el mundo odia a los horrendos, es más, hasta hay una canción que pide: “qué se mueran los feos, toditos los feos”, pero también es cierto que el mundo necesitaba un héroe como esos para saber que los milagros todavía existen, que no todo está perdido, aunque la sorpresiva aparición de esta alondra panzona, sea pre fabricada, como los conejos que salen de la chistera del mago. Ya dije.