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domingo, 16 de agosto de 2009

El Celibato como penitencia

Desde que la iglesia es iglesia, el celibato, en algunos curas, más bien parece una penitencia que un voto de castidad, pero si eso es más viejo que caminar para adelante, por lo menos yo sé de dos curas vivos de listos y vivos para andar en el bailongo, que no sólo han tenido hijos y muchas mujeres, sino que a sabiendas de qué eso es pecado, lo disfrutan sin ningún pudor, claro que también hay de los otros, es decir, de los que cumplen con las normas y no me refiero a unas señoras con ese hermoso apelativo, sino de las leyes que rigen al catolicismo, claro que de todo hay en la viña del señor de los cielos (gulp), pero las damas olorosas a santidad –y a cirio pascual- de esas que rezan el rosario todos los días, de seguro me van a crucificar con sus comentarios, y algunos sacerdotes rebeldes que me odian, me echarán puyas desde el púlpito, ya que según ellos no soy un cristiano digno, lo que nunca han entendido es que no me gusta ser cómplice de oreja de nadie y que no sirvo para comparsa de carnaval, ni para llevar a La Magnífica en andas ni en volandas durante las peregrinaciones al santuario Guadalupano, y es que algunas hermanas en Cristo, son como las esposas engañadas, que odian a las queridas, pero al marido infiel lo perdonan porque esa es su obligación y es que juraron ante el altar que lo que Dios ha unido no lo podrá separar el hombre pero muchos menos una pirujilla de quinta, así son las beatas de sacristía, que le agarran tirria al denunciante de las tropelías de los imitadores de Jesús, como si de verdad fuera un secreto que algunos son padres… de familia y es que ahora ha salido a relucir el vergonzante caso del sacerdote-luminaria Alberto Cutié, ese curita con cara de que se rasca la axila y se huele el dedo, qué alguna vez, tal vez por accidente o por morbo, varios de ustedes queridos lectores, se han de haber asomado a su ramplón programita reality de tele, y este sacerdote, bueno, sacerdito porque no está tan gordo como los otros curas, se la pasaba regañando a todos los panelistas por causas tan nimias que a veces daba más risa el sermón que el crimen cometido, pero ahora resulta que el “mata pecadores” ha sido balconeado bien arrecholado con una mujer guatemalteca de caderas anchas como una troca en plena playa por la escandalosa revista TVNotas que como no es propietaria de una televisora, pues no cuida las espaldas de ningún artista, no duden, queridos lectores, que al rato, saquen a relucir todos los pecadillos de los artistas que pululan en esos corredores de la fama, y además, por si no fuera poco, los editores huleros mal intencionados, sacaron una foto tamaño poster en la tapa de la edición, pero si lo pescaron con las manos en esa masa, significa que al tal padre Alberto no le importaba lucirse públicamente haciendo sus desfiguros, evidentemente porque le valía madre faltarle al respeto a sus religiosas faldas, aunque debajo de la sotana se fajara los pantalones, y claro que no tiene nada de malo que el hombre le dé sus espirituales arrimones a su novia de varios años, que de eso nadie se ha muerto, lo bochornoso, es que no hubieran puesto paredes de por medio, si desde siempre se ha dicho, que: “entre santa y santo, pared de cal y canto”, y una intrépida periodista de Univisión, llamada Teresa Rodríguez, hagan de cuenta asiduos seguidores de esta columna, es como la aguda reportera Adela Micha pero no tan indeja cono la horrenda judía, le preguntó: “¿tienes una relación sexual con ella?” si yo hubiera sido el padre, salgo corriendo del estudio de televisión, y es qué se necesita ser muy imbécil para soltar una pregunta de ese calibre, lo malo es que en esos foros televisivos no hay más cera que la que arde, o era la conductora de “Aquí y Ahora” o Don Francisco los que podían hacer tan difícil trabajo periodístico, y la verdad es que si me dan a escoger entre los dos, yo elijo a Oprah Winfrey, porque la negra, por lo menos es de mente ágil.

El padre Alberto se salva de morir en la hoguera, porque desde hace siglos, nuestra santa madre iglesia católica, apostólica y romana, abolió la inquisición, pero si así no hubiera sido, ya estuviera Torquemada, en este caso, su ectoplasma, escogiendo los leños de mezquite para levantar una gigantesca pira, y claro, que la televisión, previo bombardeo publicitario, haría un negociazo bruto con la transmisión del evento. Perdónalos Señor que no saben lo qué hacen, y si puedes, de pasadita, como que no quiere la cosa, ilumínalos con un rayo.

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