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martes, 4 de agosto de 2009

El Vampiro Fronterizo


Se creía que lo del Vampiro Fronterizo era un mito vernáculo inventado por algún ocioso “sekuiriti gard” pero ya se descubrió que el ayudante del alguacil del condado de Broward al norte de Miami, bueno ya sé que está muy lejos de la “border line” pero es más o menos lo que hacía éste mal elemento de la policía siempre en vigilia, es decir, espiaba a los hispanos, presuntos indocumentados, con tipo de prófugos de la pizca del betabel, y ya que los tenía bien pescados de los papeles, les exigía una probadita de amor, y claro que había algunos que se negaban, entonces, a esos, por envidiosos, los mandaba de regreso a Michoacán no sin antes darles tres patadas en el “yunou”.
El chiste de Polo Polo es magnífico: resulta que en una casita de reservas territoriales había una mujer que se estaba muriendo en medio de tremendos dolores y necesitaba un médico con urgencia porque no confiaba en ninguno del Seguro, mucho menos en las monjitas del San José que ahí facturan hasta las aves Marías, pero tampoco en la clínica de especialidades que además de malo es carísimo y por pretenciosos se sienten como si fuera el John Hopkins de Baltimore, muchísimo menos en la Cruz Roja y eso que en la antes benemérita institución cobran un poco menos y además dan un pase doble para sentarse en primera fila a ver a la Princesa Gatubela en la Feria, así que tenía que arriesgarse a cruzar el puente Uno donde deambulaba el Vampiro Fronterizo, por eso, cuando la mujer medio moribunda le dice al marido, que era uno de esos pelados bragados, con panza de doble olán, bigote grueso, patilla ancha, cejas de gusano quemador y sombrero ladeado: “Viejo ve a buscar al doitor al Mercy Jospiral” y le dice el otro, “ni madre qué, yo no voy qué tal si se me aparece el Vampiro Fronterizo y me arrempuja el carrito del mandado”, entonces, porque nunca falta el compadre encimoso, le dice: “compadre no se preocupe, que no pasa nada, ya hay un conjuro pa que cuando esté pasando el puente y se le aparezca el vampiro no le pase lo que al torero”, el otro, más por curiosidad que por ayudar a su vieja que además ya lo tenía harto, le pide que se lo diga para aprendérselo y armado con esa defensa espiritual se trepó a su troca y como ya eran casi las doce de la noche, la hora en la que supuestamente se aparecía el chingao animal, dicho y hecho, de repente a la mitad del puente, el Vampiro Fronterizo le tapó el paso, entonces, el marido bragao se baja de su camionetona y le dice al vampiro: “Vampiro Fronterizo que en la noche volarás a pesar de tus hechizos, mis nalg… no tendrás, el vampiro se queda medio apendejado y le dice: ¿What?
"Es una vergüenza que él haya abusado así de su autoridad", dijo en una rueda de prensa Al Lamberti, alguacil del condado, poco después del arresto del policía Jonathan Bleiweiss, de 29 años. Lamberti explicó que los hombres que sufrían abusos por parte de Bleiweiss no denunciaban el incidente a la policía por miedo a posibles represalias. "Él (Bleiweiss) se aprovechaba de las personas más vulnerables de nuestra comunidad: los inmigrantes indocumentados" subrayó el alguacil.
Este vampiro de la border patrol pensó que los indocumentados no iban a poner su denuncia, pero obviamente se equivocó, y dicen, algunos de los afectados que como no hablaban inglés, ya para cuando acordaban, el mañoso “policía” les pedía que se asomaran para ver quien venía por la ventana y luego ocurría lo que es natural entre un reo y su jotito captor, pero como mi columna es muy pudorosa, tampoco voy a entrar en demasiados detalles, qué tal si a la hora del último suspiro, mi guía espiritual que es un compadre de borrachera del padre Diabla, se niega a darme los viáticos santos para disfrutar de una buena muerte con el auxilio de la iglesia católica,
Sobre Bleiweiss pesan catorce cargos, incluidos tres por abuso sexual, y permanece detenido en una cárcel del condado sin derecho a fianza. La investigación arrojó que el policía, que lleva siete años en este cuerpo, "había asaltado sexualmente desde 2008, estando de servicio, a hombres".
Sus víctimas presentaban un perfil similar: hombres jóvenes, con edades comprendidas entre los 17 y los 30 años, la mayor parte hispanos y todos ellos indocumentados, procedentes de países como México y El Salvador.
La detective Graciela Benito destacó que Bleiweiss sabía el lugar donde trabajaban y vivían estos hombres, a los que seguía durante algún tiempo antes de cometer el delito.
En 2008, la South Florida Blade informó de que Bleiweiss se había convertido en el primer policía abiertamente homosexual que ganaba el Premio Empleado del Año en la división de Oakland Park.
Con anterioridad, Bleiweiss había sido sujeto a investigaciones internas por quejas menores y fue sancionado con un día de suspensión, según documentos de la oficina del alguacil de Broward.
"Éste es uno de los más atroces actos que he visto en mis treinta años" como encargado de velar por el orden público, comentó el alguacil Lamberti.
Dicen que en nuestro globero pueblo había un policía con esas tendencias, pero que éste no era abusivo, primero les preguntaba si querían entrarle, y si decían que no, pues les compraba un seis, un pase doble para un viaje, cigarros, tres lonches del Güero con hartas cebollitas desflemadas y dos raspas del paraíso, ya que los cariñitos daban resultado y se aflojaba la voluntad, entonces traía el trío “Las Maracas del General” para darle una serenata en plena celda, ya luego pasaba lo que tenía que pasar y todos felices y contentos.
Lo malo es que éste tal Bleiweiss los acosaba, los perseguía y ya que los tenía en sus redes, se los llevaba de a gratis y no les compraba ni unas “jols”, luego terminado el encuentro, los mandaba de regreso a pie, dizque para que hicieran buena pierna y agarraran condición para la siguiente “deit”.

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