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domingo, 16 de agosto de 2009

Benedetti

Benedetti no es mi poeta favorito, si me dan a escoger entre su obra y la de Paz, prefiero la de Villaurrutia, a lo mejor, es la edad por la que actualmente transito, porque antes leía y releía a Mario Orlando Hardy Hamlet Brenno Benedetti Farrugia, claro que conozco la obra de los tres, incluso me sé poemas de memoria, pero jamás los he recitado para nadie; prefiero los soliloquios interiores, y es que eso de andar declamando nunca se me dio, además hay gente especializada para engolar la voz y hacer los ademanes.

Yo tuve la suerte de escuchar a nivel de la sala de su casa, en íntimos coloquios literarios, a Ofelia Guilmain, a quien conocí gracias a Lya Engel portentosa mujer que me abrió las puertas del mundillo teatral cuando trabajé a su lado en El Mañana y tengo que decir agradecido por el tiempo que me dedicó, que auspiciado por su tutoría espiritual, aprendí amar las buenas lecturas, incluso, persuasiva como era, un día me convenció a que escribiera un párrafo para una publicidad de la obra: “La Casa de Bernarda Alba” de García Lorca, luego me enseñó a defender mis derechos y siendo yo, casi un niño, la maravillosa polaca, esposa de don Paco Fe Álvarez, me protegió hasta de mi mismo y de algunos animales de uña larga que pululaban a mi alrededor en ese entonces, fue ella, la que inflamada de ternura, me aconsejó que me saliera del círculo vicioso en el que estaba, y yo le hice caso, pero no sin antes haber conocido a todos los artistas de las obras que traía, fue una época de continuos aprendizajes, y he dicho lo anterior, porque fue en uno de esos encuentros en los que conocí a don Rafael Solana el dramaturgo mexicano, quien me aconsejó: “usted debería de leer a Benedetti “ . Y lo leí con devoción.

El siguiente poema es como un padre nuestro, además, es una utopía de lo que tendría que ser nuestra vida, es la necesidad que tenemos por ser libres, de romper esquemas y vivir a nuestro modo, cualquiera que sea. Pero cuantas veces decimos, o pensamos, “hubiera hecho esto o lo otro”, cuantas veces hemos contenido las lágrimas para no mostrar debilidad o las risas para no mostrar locura. Cuantas veces estamos con alguien solamente para evitar la soledad y dejamos de vivir para no pecar. Y cuantas veces nos quedamos con un beso y un te quiero en los labios y somos indiferentes al dolor de los demás. Entonces pretendemos salvar el alma y perdemos la vida en cada intento fallido por salvarnos cuando la felicidad está ahí cada segundo en que tomamos la decisión de correr el riesgo.

NO TE SALVES: No te quedes inmóvil, al borde del camino, no congeles el júbilo, no quieras con desgana, no te salves ahora, ni nunca. No te salves, no te llenes de calma, no reserves del mundo, sólo un rincón tranquilo, no dejes caer los párpados, pesados como juicios, no te quedes sin labios, no te duermas sin sueño, no te pienses sin sangre, no te juzgues sin tiempo, pero si, pese a todo, no puedes evitarlo, y congelas el júbilo, y quieres con desgana, y te salvas ahora, y te llenas de calma, y reservas del mundo, sólo un rincón tranquilo, y dejas caer los párpados, pesados como juicios, y te secas sin labios, y te duermes sin sueño, y te piensas sin sangre, y te juzgas sin tiempo, y te quedas inmóvil,, al borde del camino, y te salvas, entonces, no te quedes conmigo.

TE QUIERO: Tus manos son mi caricia, mis acordes cotidianos; te quiero porque tus manos trabajan por la justicia. Si te quiero es porque sos mi amor, mi cómplice, y todo. Y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. Tus ojos son mi conjuro contra la mala jornada; te quiero por tu mirada que mira y siembra futuro. Tu boca que es tuya y mía, Tu boca no se equivoca; te quiero por que tu boca sabe gritar rebeldía. Si te quiero es porque sos, mi amor mi cómplice y todo. Y en la calle codo a codo somos mucho más que dos. Y por tu rostro sincero. Y tu paso vagabundo. Y tu llanto por el mundo. Porque sos pueblo te quiero. Y porque amor no es aurora, ni cándida moraleja, y porque somos pareja que sabe que no está sola. Te quiero en mi paraíso; es decir, que en mi país, la gente vive feliz aunque no tenga permiso. Si te quiero es por que sos, mi amor, mi cómplice y todo. Y en la calle codo a codo, somos mucho más que dos.

TACTICA Y ESTRATEGIA: Mi táctica es mirarte, aprender como sos, quererte como sos. Mi táctica es, hablarte y escucharte, construir con palabras, un puente indestructible. Mi táctica es quedarme en tu recuerdo, no sé cómo ni sé, con qué pretexto, pero quedarme en vos. Mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos no haya telón ni abismos. Mi estrategia es, en cambio, más profunda y más simple. Mi estrategia es que un día cualquiera no sé cómo ni sé con qué pretexto , por fin me necesites

Cuando éramos niños, los viejos tenían como treinta, un charco era un océano, la muerte lisa y llana, no existía. Luego cuando muchachos, los viejos eran gente de cuarenta, un estanque un océano, la muerte solamente una palabra. Ya cuando nos casamos, los ancianos estaban en cincuenta, un lago era un océano, la muerte era la muerte, de los otros. Ahora veteranos, ya le dimos alcance a la verdad, el océano es por fin el océano, pero la muerte empieza a ser la nuestra. El corazón de un poeta nunca muere, sigue latiendo en la plenitud de su obra, sea éste un sencillo homenaje al talento de Benedetti.

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