Instituciones fallidas

No quiero ser presuntuoso, pero dicen los que saben, que mi columna es el espacio más leído del periodismo paisano, claro que ese hecho, no me causa sorpresa alguna, ya que en los “newspapers” locales no hay mucho en donde asomarse, y es que las noticias siempre son las mismas, parecen sacadas como por un croquis exacto, además los reporteros no se atreven a meterse de lleno en la investigación de nada, y absolutamente nadie ha dicho una sola palabra de las declaraciones de Alonso Lujambio en el sentido de qué, a como dé lugar, se cumplirán los 200 días del calendario escolar, y lo anuncia, como si la educación en nuestro país no fuera tan chafa como lo es, pero lo peor de todo, es que emite el decreto, sin percatarse de que cada región de nuestro pauperizado país tiene sus propias contingencias, sobre todo con respecto al clima, y es que si las clases se alargan hasta el mes de julio, pues eso implica que los calorones serán de más de 40 grados, y aunque digan lo que digan, las aulas de casi todos los centros de estudios de nuestro amado pueblo, carecen de aires acondicionados, de agua corriente ,y en algunas, no hay ni siquiera un arbolito que otorgue sombra gorda.

El bien peinadito con brillantina de Alonso Lujambio, que parece el vocero oficial de SGM Elba I., y en su digno papel de servidor público, ha asegurado que ningún niño de México, perderá un día de clases y que el programa oficial se cumplirá íntegro aunque la puerca tuerza el rabo, y que me perdonen mucho los profesores que recibirían hoy las fementidas preseas, pero la educación vernácula no tiene nada de qué sentirse orgullosa, ya sé que en la viña magisterial, hay de todo, y que algunos maestros se salvan de la quema con leña de pirul, pero es que viendo el triste panorama en la ciudad, que mientras hay algunos que celebran la instauración de espacios en donde convergen las culturas y las artes, en otro lugar de este mismo pueblo, un niño sufre en su pupitre, los calorones infames en su salón de clases, y no digo, no, si tampoco soy un chango sin cola,, que se eliminen las fuentes donde se pueda abrevar de las ideas universales de los artistas que con su luz alumbran nuestros aciagos destinos, pero, como diría mi tía Margarita, primero es lo primero, y conste que no es eslogan para la campaña del PRI, que la lógica elemental indica que primero se tienen que cubrir las necesidades básicas, luego, las suntuarias, y que si Alonso Lujambio o el tamaulipeco secretario de educación, quieren alargar las clases en estos calorones, que se metan a uno de los salones de cualquier escuela de Nuevo Laredo, ya no digo que se queden un día completo, me conformo con una hora con reloj en mano, para que sepan lo que les sudan las manos a las criaturas por estar en una olla de presión.

Yo creo que con esto de la influenza, todos los ciudadanos nos hemos dado cuenta de qué algo anda mal y que ni la secretaria de salud pero mucho menos la de turismo, ni la de economía, tampoco la de relaciones exteriores, pero ni siquiera la de educación, son infalibles, que nuestras instituciones son pura faramalla, que en la de salud, no hay un sistema decente de infraestructura, que lo único que hacen es centavear a los miles de negocios para validarlos con una cédula oficial, que a la de educación, lo que menos le importa es precisamente ese rubro al que se supuestamente se dedica, que la de relaciones, no puede dialogar en lo privado con el dictador Fidel Castro para que no diga lo que ya dijo ante los medios, al respecto de que México ocultó lo del virus que ya se sabía desde finales de febrero, que ahora Felipe Calderón y no, el loco de López Obrador, es la verdadera amenaza para México, y eso que la secretaria Espinoza, trabaja a favor del presidente panista pero al parecer nadie le ha avisado su verdadero papel en esta crisis mundial por la enfermedad.

Que no se atrevan a alargar las clases hasta julio, por Dios, al menos, no en Nuevo Laredo, que nuestras autoridades educativas no se suban a ese carro oficial, porque si lo hacen pueden causar un daño irreversible a nuestros niños, que amén de que son los más vulnerables, es responsabilidad de todos, proteger su integridad. Ya dije.