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domingo, 16 de agosto de 2009

No sean cabrones

No sé si me causa más coraje que risa, pero el hecho de que un político de cualquier nivel, ya no digo que sea candidato a la presidencia de la república, igual a una gubernatura, a una diputación local o a una sencilla regiduría, prometa que va a crear más empleos, me parece una forma deshonesta de querer agenciarse voluntades de los ciudadanos, y es que lastimosamente, las campañas actuales no se estructuran con plataformas de trabajo, es decir, ninguno de los que andan en la brega proselitista ofrece un plan determinado de desarrollo sustentable, solamente hacen promesas que saben nunca podrán cumplir.

Lo peor es que la gente se lo cree, como si el gobierno pudiera generar fuentes de trabajo, como dijo José Feliciano, a ver, el gobierno no crea empleos como tales, puede otorgar plazas de burócratas o lo que se denomina comúnmente como “huesos” pero que reparta prebendas, canonjías, premios económicos o en especie a sus allegados, no significa que pueda construir empleos.

El aparato gubernamental no hace empresas, no tiene industrias, no hay fábricas que el sistema diga esta es mía o voy a hacer una empresa de tal y tal para dar empleos a mis gobernados, eso es una mentira de a kilo, es como si el médico dijera a sus pacientes, en una publicidad mentirosa: “si se atienden conmigo, los voy a curar de cáncer”, lo que si puede hacer el especialista es tratar con medicamentos dicho padecimiento, pero nadie puede decir que tal o cual pastilla o jarabe los dejará más sanos que un atleta de alto rendimiento.

La política actual es de bombardeo en los medios, es de pura imagen, por eso los partidos más que instituciones serias parecen los pasillos de Televisa y todos hacen su luchita, lo que ha ocurrido últimamente, es que los guapitos tienen más oportunidades de ganar en una elección aunque ofrezcan que van a dar empleos a todos y no lo puedan cumplir.

La última encuesta da escalofríos: Peña Nieto el del copete de merenguero de a peso, ganaría por un margen reducido al PG y a Ebrard, el Clark Kent a la mexicana, y miren ustedes queridos lectores, que de los tres no se hace uno, porque aunque el priísta es el que lleva la estafeta de Azcarraga, digo no hay que ser muy suspicaz ni inteligente para llegar a tan dichosa conclusión, y es que su copetito bien peinado con sus sobeteados: “compromisos cumplidos” aparecen en cada corte comercial y en horario triple A, tampoco es un político que tenga más tablas que los otros, lo que ha sabido hacer mejor que los otros, es anunciar los logros de su gobierno como promesas que se han podido cumplir.

Por eso digo que si un político promete generar empleos, por favor, queridos lectores, no crean nada, y es que lo que les dije desde el principio de esta columna en el sentido de que tenía que ser una propuesta de desarrollo sustentable, es porque tiene que ser en los tres grandes rubros que interesa y compete a todos.

El ámbito del desarrollo sostenible puede dividirse conceptualmente en tres partes: ambiental, económica y social. Se considera el aspecto social por la relación entre el bienestar social con el medio ambiente y la bonanza económica. El triple resultado es un conjunto de indicadores de desempeño de una organización en las tres áreas.

Deben satisfacerse las necesidades de la sociedad como alimentación, ropa, vivienda y trabajo, pues si la pobreza es habitual, el mundo estará encaminado a catástrofes de varios tipos, incluidas las ecológicas.

Por eso que nadie prometa empleos si se vota por su candidatura, que se dejen de mentiras, porque eso no va a ocurrir nunca, a menos de que a todos los votantes cautivos se les otorgue el seguro de desempleo que están promocionando con la venia del IFE, algunos partidos que mienten con tal desfachatez y nadie del instituto regulador hace nada por evitar que se siga lastimando la buena fe de la gente que se aferra a cualquier clavo ardiendo con tal de seguir con el alma uncida al cuerpo, al menos que no sean tan huleros, porque los pobres que no saben ni la O por lo redondo, a esos que no tienen más recurso que lo que obtienen de la pepena, del ambulantaje, de las propinas, de las “chambitas” ocasionales, de los regalitos como despensas, de los programas furris dizque integrales para la familia, se les pasa perjudicar hasta de las agarraderas de la voluntad. Ya lo dijo alguna vez el sabio cantinflas: No sean cabrones.

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