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jueves, 13 de octubre de 2011

Ebrios de Cultura

Me parece una patética exageración declarar “urbi et orbi” que el Festival Internacional Tamaulipas fue una borrachera de cultura, cuando apenas fueron dos o tres copitas de buen coñac y lo demás pura marranilla, tampoco le quieran hacer al “miki” que no les queda.
No quiero parecer implacable juez pero yo que he vivido en grandes capitales del mundo puedo asegurarles que el 85 por ciento de lo que presentaron fue basura, y que hagan un recuento, por favor, no porque no cobren sueldos nos quieran jugar el dedo en la boca, al menos no a mí, que yo si he viajado y conozco.
Para empezar la fiesta coronaron a Su Odiosa Majestad Fela Fábregas como la reina del festival, y digo, eso fue un exceso de cursilería, muy similar a los homenajes que ofrecía el deleznable Raúl Velasco, entre charros, barrocos y llenos de llanto y mocos, fue como una kermes entre fantasmas, porque nunca fue cierto lo que dijeron, ni existió nunca a quien se lo decían.
Yo les puedo recomendar a varios amigos que pueden hacer un extraordinario trabajo de organización, que igual han hecho muestras de arte en Venecia que festival musicales en Berlín, que conocen de ópera, danza y teatro, que han leído a los griegos y que poseen la sensibilidad de percibir en trabajo de campo lo que les gusta a la gente de a pie, claro que estos si cobran caro, pero porque saben de su chamba, pero vale la pena pagar a un “party planner” para que salga todo perfecto y no así, como al ái se va, como sin ganas de invitar a nadie, nada más por no dejar.
Hubo muchos eventos casi solos, lo cual significa, que no hicieron una labor de consulta popular, que es muy sencilla: “¿les gusta o no?”, pero eso lo sabe hasta doña Tenchita la que organiza las peregrinaciones al Santuario Guadalupano y como tiene mucha experiencia, ya no pregunta porque sabe lo que le gusta comer a la gente y todos sus tamales se le terminan.
No fui a nada de lo que presentaron este año, porque a Serrat lo ví en la alhóndiga de Granaditas de Guanajuato, atendiendo la invitación de un amigo de León para disfrutar del concierto, luego asistí a una cena muy elegante rodeado de la Crema y Nata de la intelectualidá como dice Lara en su famoso pasodoble, además, aproveché para asistir a dos o tres exposiciones antes de viajar a la ciudad de México para estar presente en una boda y en un desfile de modas de alta costura.
Pero dicen que el que no sabe es como el que no ve y si en tierra de ciegos el tuerto es rey, les aviso a los adalides de la cultura local, que Catalina Creel –y no es pariente del otrora poderoso Santiago- está por llegar al pueblo para que le ciñan la corona.
A ver si no les dice, la tal Catalina, como la viejuca reina Isabel a sus tropas, después de una derrota: “no lloren como mujeres lo que no supieron defender como hombres”.
No quiero hacer la mala obra a nadie, pero considero que es mi deber aconsejar a nuestras autoridades municipales que ponga mayor atención al Festival, porque de nada sirve que hagan una fiestesona y luego no inviten a nadie.
Conste que no lo digo por mí, ni por muchos de mis compañeros de los medios de comunicación, pero a casi nadie les mandaron invitaciones para el Festival, y eso es una descortesía imperdonable, porque tampoco se trataba de que nos regalaran las entradas, sino nada más que nos participaran con invitaciones electrónicas, es decir en un e mail, pero ni siquiera eso.
A ver si ya que se les ahogó el niño, se les ocurre hacer una encuesta, pero que no la hagan los mismos organizadores del FIT local, porque de seguro se calificarán con un diez más uno, para saber la opinión de los neolaredenses en general, y no que sea ave agorera de los males, pero casi estoy seguro de que habrá gente en nuestra ciudad que ni siquiera se enteró de la presencia del festival.
Bien dice mi apá, que cuando el panadero es chafa le echa la culpa la harina. Un aviso para el “Onceavo” festival que el tiempo no es naranja para poder partirlo. Cosas Veredes Mío Cid.

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