Bikerful, o sea, si no entendieron mi inglés británico (con
flema y todo) lo que he querido advertirles, es que, tengan chingos de cuidado,
queridos lectores, que el “Dormingo” se les puede complicar si tienen algún
compromiso tempranito por la mañana, resulta, que hoy es el mentado cambio de
hora, es decir, que si ahora mismo son las tres de la tarde, en realidad son
las dos, francamente, nunca he
comprendido a cabalidad cuál es el verdadero logro de dicho retraso mental de
nuestros funcionarios, los dizque ambientalistas, esos que se disfrazan de
calabacitas entripadoras y cebollitas de rabo para protestar por los desmanes
de la humanidad ante los congresos internacionales de los jerarcas del mundo,
han de estar locos de contentos como El Jibarito con su cargamento para la
ciudad, porque nadie se ha atrevido a cambiar los husos horarios de los
diversos países, aunque muchos no han de saber ni para que demontres sirven, por
ejemplo, en Venezuela nomás porque Hugo Chávez los tiene muy cubanos, decretó
que en lugar de una hora, él, para ser más que los otros, sería nada más media
hora el retraso, o sea, pero qué tiene en la cabeza este mico canceroso, conste
que soy amoroso del prójimo, pero a éste cabrón dictador no lo considero mi
prójimo, ni próximo a serlo, al rato, de mi si acuerdan si no lo hace, va a
expropiar las estaciones del año y en Caracas, tierra bendita de Dios y María
Santísima, será puro invierno, no quiero ser majadero con mis panas (amigos) venezolanos,
pero qué hicieron para merecer un adefesio como el tal Chávez de presidente de
una gentita tan buena, descendientes todos de las ideas libertadoras de Simón
Bolívar, a quien, veneramos en Nuevo Laredo con una estatua ecuestre a la
entrada de nuestra hermosa ciudad fronteriza, en fin, que ya me desvié un poco
del tema del horario, bueno, les contaba, asiduos fans, que, aunque esta
columna la escribo durante la madrugada del jueves, por aquellos de los
adelantos de la sección Gala, que es donde aparece esta Guillotina cada domingo
de Dios, a mí, como no tengo nada qué hacer, me da exactamente lo mismo que lo
mesmo, o sea, si quieren pueden adelantar cuatro o cinco horas, yo, como quiera
me levanto a las tres de la tarde, aunque me diga que soy muy huevón, a lo
mejor por eso soy pobre, porque no madrugo y Dios no me ayuda, pero lo que nadie
sabe es que mi Dios es un Dios vespertino que se sientan a mi mesa a comer
conmigo, por cierto, antes de terminar la presente columna, quiero mandar un
saludo de felicitación de cumpleaños a Leticita Ramírez Enciso de Santos, a
quien yo conocí de bebita y ya tiene más de quince años, espero que lo pase
bien en compañía de sus hijitos y de su esposo Luis, ya que ando en esto de
socialitos, quiero pedirle al que trae a Duelo a La Cueva que me invite al concierto,
no sé ni quien es el empresario, pero supongo que me podrá invitar, déjame el
recado con Marthita Ibarra que ella es tan amable que les dará mi correo
electrónico o mi número telefónico, conste que no se lo va a dar a cualquier
que marque, que tampoco mi casa es caseta, además, sólo lo hago porque no he
localizado a mi primo hermano Poncho que es el que me puede invitar con todos
los gastos pagados, bueno, cumplido el compromiso columnario de este domingo de
cambio de hora, les dejo un abrazo afectuoso y mi sincero deseo de que lo
disfruten en compañía de sus seres queridos, pero ya por último, y no por eso
menos importante, al contrario es el botón que cierra este envío dominical,
quiero mandarles mi afecto a mis dilectos amigos el distinguido matrimonio
integrado por don Orfelio Quintanilla Garza y su hermosa esposa Adelfa Juárez
de Quintanilla por la celebración de sus Bodas de Oro, hablé hace un par de días
con mi distinguida amiga, y me contó que no hicieron fiesta en grande, pero que
disfrutaron de un paseo por Venecia, ái pinchemente como diría una señora a la
que quiero mucho. Ya dije.
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