Sombras nada más...

En Twitter, la red social de la que soy líder indiscutible, proliferan las quejas de apagones en varios sectores de la capirucha, pero nadie, ni siquiera los mal intencionados, han denunciado atentados contra los transformadores, y es que según el gobierno federal, una turba de malandrínes encabezados por Martín Esparza, amparados por las sombras de la noche con equipo súper especializado, tales como tirabolas y ligasuras, uniformados con gorras de cátcher, con la visera patrás, al estilo de lo huercos piedreros, se ponen a jugar tiro al blanco para desconchinflar los artefactos que sirven para irradiar la energía eléctrica a través de los cables de luz.
El carnal Marcelo que es re gente (¿o es regente?) del Distrito Federal, que se apellida Ebrard, aunque debería de apellidarse Contreras, se ha erigido en defensor de los ex trabajadores de Luz y Fuerza, y ha declarado que es improbable que los pobrecitos desempleados a los que el gobierno federal dejó en la vil inopia, luego de que, literalmente, se llevó la escalera, y los dejó colgados del poste, claro que en esos altos voltajes políticos yo no me meto porque no vaya a ser que salga chamuscado, además, en cualquier momento habrá corto circuito en contra de Calderón y los panistas, que luego de tan garrafales errores cometidos, de seguro, lo pagarán caro en las elecciones del 2012, ya sé que no es mi especialidad, pero como ahora todo mundo opina, digo, si la horrenda bruja de Adela Micha dicta magistrales conferencias cobrando un dineral y el chómpira de Carlitos Loret de Mola opina de lo que no sabe, licencia que se permite, tan sólo porque lee el teleprompter con dicción de niño de lento aprendizaje, nadie me criticará si emito mi opinión respecto a los apagones en el DF.
Martín Esparza no se iba a quedar con los brazos cruzados, eso era más que seguro y Javier Lozano el secretario del Trabajo, esperaba plantones, protestas, marchas y toda clase de marrullerías sindicales, pero nunca se imaginó, ni en sus peores pesadillas, que sería algo así, porque la gente puede soportar quedarse sin agua y sin gas, pero nunca sin luz, ya que el funcionamiento de una casa depende casi en su totalidad de la energía eléctrica, es verdad que cenar a la luz de las velas es muy romántico, pero cuando se tiene la compañía adecuada, no tratando de sobrellevar el mal humor de la esposa que sin el consuelo de sus telenovelas se eriza de odio contra el primer pendejo que se le ponga enfrente, y el marido, ni modo que se vaya a casa de su mamá, así que es el que paga el pato.
Le ha costado tanto dinero al gobierno panista, en una época de vacas flacas, el hecho de haber tumbado al sindicato de los electricistas del DF, bajo la consigna de que proporcionaban un servicio ineficaz y lo que es peor, sustituyeron a estos chafas por otro maletas, que son más huevones que yerno de suegro rico, y ni modo que los empleados de la CFE, que ustedes y yo, conocemos desde siempre, se hayan distinguido por proporcionar el tan cacareado servicio de clase mundial que lucen como eslogan, porque aquí nada más cae un chipichipi o tantito aire y todo el globero pueblo se queda sin suministro eléctrico, así que, por favor, que le vayan a contar las muelas a otros con más suerte, que cambiaron de unos por otros, atendiendo a las quejas de los millones de usuarios del D.F, ahora sí, que se indignen ante los indicados, porque los habitantes de la ciudad más grande del planeta, se las están viendo negras aunque las tengan blancas, y es que a oscuras, no hay manera de que se las vean de distinto color, lo malo es que parece que no tiene solución expedita, ni modo que pongan un vigilante en cada esquina para atrapar con las manos en el switch a los ardidos correligionarios de Martín Esparza, que estando como están, todos jodidos, sin trabajo, ni posibilidad de conseguirlo, al menos no, mientras estén los azules en el poder, y si nada tienen, nada pierden, a esta hora, en penumbras, Lozano, Calderón y los otros, estarán analizando la posibilidad de negociar con los despedidos de Luz y Fuerza del Centro para darles de nuevo el empleo.