jooble.com

jueves, 20 de mayo de 2010

Pasada Libre

Yo era un huerquillo, esa es la verdad, pero me acuerdo como si hubiera sido ayer, que mamá nos alistaba desde temprano para ir a visitar a mi tía Ana Tovar a Laredo, Texas, aprovechábamos que las autoridades texanas, otorgaban “pasada libre” a quienes quisieran visitar su ciudad en el marco de las fiestas washingtonianas, en ese entonces, nadie suponía que andando el tiempo, ese rasgo generoso de cordialidad entre ambos pueblos, se transformaría en una encarnizada persecución por el solo hecho de portar la cara mexicana, algunos han hecho caso omiso de tan degradante ley, lo que no se han dado cuenta es que si procede en un estado, seguramente prosperará en todos los demás.
En esa época de vacas gordas y en las que amarrábamos a los perros con longaniza, no existían los malos presentimientos, nada empañaba nuestra fronteriza dicha, quizás algunas escaramuzas entre las bandas pedorras de traficantes menores, de lo que más se hablaba era de marihuana tan nefasta como prohibida, pero aún así, circulaba libremente en los dos Laredos, yo me acuerdo que mi tía Amadita metía la yerba en un frasco con hormigas chacatonas vivas porque ese ungüento le ayudaba a aliviar los dolores de sus articulaciones, así que era mentira eso de que era una droga inalcanzable, claro que mi sacrosanta pariente, sin imaginarse que la posesión del vegetal era considerado un delito, tenía varias matas tan frondosas y robustas que hasta sus comadres le pedían un brotecito para trasplantarlo, lo bueno es que a nadie le dio por fumarse los carrujos o echarle unas hojitas al caldo de res.
Ahora, es casi imposible conseguir una visa para cruzar de compras al otro lado, es más, ni siquiera los nacidos en este solar, porque si bien es cierto, que hay muchos forasteros que se vienen huyendo de sus tierras a buscarse la vida decentemente a nuestro territorio, los funcionarios gabachos deberían de ser más consecuentes con los que estamos arraigados en Nuevo Laredo y que se implemente un mica especial para los neolaredenses de prosapia, tampoco creo que sea tan difícil trazar la estadía de más de 20, 30 o 40 años de los porteños, además, nada se les va a pedir, si hasta eso, se ha comprobado que los mexicanos son los que más gastamos en productos y servicios adquiridos en la vecina ciudad, es cierto que luego se pueden confundir con los veracruzanos que han emigrado a nuestra hospitalarias tierra, que aunque Fidel Herrera goberladrón de Veracruz asegure que su estado es una tierra próspera y llena de oportunidades, la verdad, es que todo Tamaulipas está inundado de sus paisanos gobernados, y yo que he platicado con uno que otro de esa bella entidad, dicen que los sueldos son miserables y que no hay ni una tortilla dura que llevarse a la boca.
La ley antirracista de Arizona fue uno de los temas principales que fue a tratar nuestro presidente Felipe Calderón Hinojosa con Barak Obama, pero le dijo que muy poco podía hacer, y eso que en su campaña, había prometido a los mexicanos legales que tienen parientes indocumentados que defendería a capa y espada para promover una ley que protegiera a los ilegales y otorgarles el derecho de quedarse en los Estados Unidos como uno más de los que han hecho grande esa poderosa nación, pero en eso se quedó en puro bla bla bla, ya se sabe que las promesas de candidato se quedan en pura saliva, claro que la xenofóbica 1070 quedó a un lado cuando fue la hora de la pachangona que Obama y su esposa Michelle ofrecieron en honor al presidente Calderón, su esposa Margarita y comitiva que los acompañó, dicen que corrió el tequila por litros, hubo mole negro, ensalada de jícama y pasteles de cajeta, pero lo mejor fue el postre, y es que Beyonce la preciosa cuarterona americana, fue la invitada para amenizar la fiesta que estuvo bien animada, ya entre chupe y chupe, nadie se acordó que lo trascendental de la visita, era para tratar de ayudar a los mexicanos que están siendo vapuleados por esos hijos de la chingada.

No hay comentarios: