Manual Moderno

Nunca, bueno, no tanto así como nunca, sólo a veces, he tomado algún artículo o idea para desarrollar mi columna, pero siendo que los domingos, son muy de la familia, decidí que, por esta única ocasión, compartiría con ustedes, una serie de consejos de la socialité Gaby Vargas que no digo que no sea muy nais, pero algunos puntos que ella toca en su moderno manual de las buenas costumbres, algo así como el Manuel de Carreño, corregido, aumentado y cursilón, son como medio mamones, así que transcribo los que me parecen más pendejos para que no se crean tampoco, que estas gurús del buen gusto son tan trinchonas como presumen, la verdad es que eso de la convivencia social cada vez está más polarizada, que no sé ni lo que significa, pero como se oye bien apantallador, pues la he usado para que los colegas que escriben con todo el idioma, se sientan orgullosos de mi.
La sociedad actual, es muy desinhibida en ciertos aspectos, por ejemplo, la gente de alto pedorraje, sobre todo las mujeres, están en contra de hablar con la boca llena, pero no critican el hecho real de expresar sus opiniones con la cabeza vacía, son muy dados a denostar a cualquiera porque se visten mal, y algunas, andan casi en pelotas, oreándose de más sus tangas carísimas, otras, se mueren de hambre, mientras la mitad de los habitantes del mundo, literalmente fallecen por inanición, la gran mayoría, tiene estudios de colegios exclusivos pero nadie ha leído más de dos libros en su vida, en fin, que en las buenas maneras, los modales refinados y la clase social, no siempre los ricos tienen la última palabra, porque yo soy pobre, vivo en una decorosa y decentísima medianía, pero tengo en mi haber, galardones de elegancia, de honestidad a prueba de tráfico de influencias y sobre todo, que en mi corazoncito norteño, anida el amor al prójimo, con tal entrega que soy capaz de quitarme el pan de la boca para dárselo a un menesteroso, eso sí, antes le quito el caviar y le embarro una capita de frijoles refritos, que al cabo los pobres comen carne nada más cuando se muerden la lengua.
Los consejos de Gaby Vargas son tan, como lo diré sin ofender a tan hermosa dama, mmm, esteee, pos si así, como de tía abuela cabrona que aprieta las nachas para toser, de esas mustias que se sienten las divinas garzas y no llegan ni a piticuyos preseros, en fin, aquí les dejo un manojito de esas perlas del buen gusto de la connotada leidi, nada más espero que a estas señoras que trabajan en el DIF o en el área de cultura local, no se les vaya a ocurrir invitarla para que dicte una conferencia al lado del cara de memela naquete de Yordi Rosado el picador estrella de la cuadrilla de malos actores de Adal Ramones.
No masticar chicle en un evento público, ni hablar. Fake es igual a wannabe, los accesorios y la ropa no tienen que ser de marca para que sean de buen gusto. Tratándose de accesorios tres es suficiente, más son demasiados. Comerse el alimento de los demás cuando te ofrecen un bocadillo por educación. Piercings y tatuajes no son elegantes. Ser una marca viviente definitivamente no. La tanorexia no está de moda, el exceso de bronceado no se ve bien.
El pelo güero exagerado con la raíz obscura no es fashion. Mallas sólo en invierno. Zapatos blancos sólo en la playa y nunca con medias. O escote o minifalda, nunca los dos. Los collares con figuritas que indican el número de hijos que se tienen es lo más old fashion. No abusar del botox. Todo exceso es malo, también con el perfume y el maquillaje. Uñas muy largas y con adornos... ¡auch! Para ellos, camiseta sin mangas, ni para el gym. Los besos cachondos sólo en privado, nunca en público. El gym no es para ligar. Organizar una reunión en casa y pedir a la gente que traiga comida... ¡no! Hay que saber cuando la fiesta terminó y no ser el último en irse. Disfrazar los sanitarios nunca, por favor ni en navidad. Usar el apellido para conseguir cosas, jamás! Si un cubierto cae al piso, debe recogerlo el mesero. Los arreglos florales de las mesas no son para llevar, ni los accesorios que se colocan en los baños. Los tacos se comen con la mano, pero sin perder el estilo. Que tengan un dichoso dormingo. Ya dije.