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viernes, 21 de mayo de 2010

Fiesta en Washington

Barak y Michelle Obama se convirtieron en espléndidos anfitriones de una espectacular fiesta en honor a Felipe Calderón y su esposa Margarita, claro que ya no ejerzo el oficio, pero lo que bien se aprende jamás se olvida, así que para recordar mi origen en el periodismo, reseñaré la gran gala haciendo uso de mi mejor estilo, ya sé, que algunos colegas, consideran la crónica social como un arte menor, pero por absurdos no se dan cuenta de que no importa la fuente, lo que realmente vale, es la manera de confeccionarlo, porque hay unos que escriben con las patas, puras loas y ditirambos a los mismos de siempre para recibir los regalos convenidos entre ambas partes, en fin, ese no es el asunto que hoy me ocupa, sino a la rutilante pachanga encabezada por las dos primeras damas; Michelle, que es considerada una de las mujeres más elegantes del planeta y doña Margarita, pues con su estilo muy casero, sin tantos afeites ni ropa carísima, ha impuesto su sencillez a la hora de estar a cuadro. Michelle Obama lució un adecuado vestido largo de medio hombro, color azul eléctrico, con un cinturón y zarcillos plateados. Zavala llevó un vestido ciruela, con un bordado tipo Azteca alrededor de un cuello rectangular.
Javier Alatorre el que grita las noticias en TV Azteca, aseguró en su noticiario que era la primera cena de estado que ofrecían los Obama, pero ya se sabe como son de afrentosos estos periodistas que se consideran analistas sólo porque leen el teleprompter y aún así se equivocan en los datos, pero en realidad es la segunda, se acuerdan, queridos lectores, de aquella fiesta para el primer ministro de la India, Manmohan Singh, en la que se les coló una pareja que hasta se tomó fotos con todo mundo, y eso que los guaruras de la Casa Blanca y el andamiaje de seguridad es, se supone, impenetrable los Salahi fueron puras sonrisas mientras se codeaban con el vicepresidente Joe Biden; con el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Rahm Emanuel; con el director Steven Spielberg; con la CEO de PepsiCo, Indra Nooyi, y con la presentadora de CBS News Katie Couric. Nadie sospechó que ellos eran una descarada pareja de colados y aspirantes a estrellas de un reality show, pues por esa razón, el servicio secreto reforzó los filtros de acceso y no dejaron entrar a Kathryne Mudge, esposa del subsecretario de Estado estadounidense para el Hemisferio Occidental, Arturo Valenzuela, quien por más que dijo que su esposo estaba encargado de llevar la identificación, los celosos cancerberos, le contestaron que esa ya se las habían aplicado y que si no llevaba la invitación correspondiente que se regresara a su casa, claro, con todo comedimiento y mesura, total que el incidente no pasó a mayores, porque el marido llegó con la acreditación, no digo, no, que lo cajetió en ese momento, pero ya me imagino cómo le ha de haber ido al pobre diplomático cuando regresaron a su casa.
El menú fue como de fonda mexicana de esas caras, un tipo san Ángel Inn o Los Almendros restaurantes ubicados al sur del D. F, abrió con una ensalada de jícama con naranja, uva y piña, seguida por un ceviche de pez sol hawaiano con vegetales. El plato fuerte fue un corte de carne de res tipo wagyu de Oregón, bañado de mole negro de Oaxaca, que fue preparado por el chef Bayless quien es dueño del restaurante Topolobampo en Chicago, a donde son asiduos clientes los esposos Obama, por cierto que la primera dama como suelen hacerlo las señoras de gran roce social, presentó a los comensales, al creador de tan deliciosa comida, que ha dicho que es el más grande honor recibido durante su vida profesional.
Los centros de mesa fueron muy originales, aunque medios charros, nopalitos pintado de rosa entre flores diversas, lo que sí estuvo lindo, fue lo de las maripositas monarcas en todo el salón como una alusión al terruño natal del presidente Calderón que dicho sea de paso, tiene personalidad para codearse entre esa gente tan finolis.

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