jooble.com

jueves, 20 de mayo de 2010

La lluvia

No sé si les he contado que, por razones que no viene al caso señalar, tengo muchos años durmiéndome muy tarde, o según como se le vea, acostándome muy temprano en la madrugada, francamente es un estilo de vida que me otorga bienestar y placidez espiritual, primero porque se me hinchan las ganas y puedo hacerlo, segundo porque es la hora propicia para ejercer las labores propias de mi oficio, es decir leer, leer, leer y escribir un poco, porque es mentira lo que dicen los fementidos saltimbanquis de la cultura de nuestro pueblo, que dicha información se transfunde vía cocteles de inauguración, bueno, pues en eso estaba muy adentrado, cuando de pronto se me trepó encima un chiflón de aire que por poco me tumba el chuchuluco de un ramalazo, cerré la ventana y lo que sobrevino después fue una especie de tromba apocalíptica, el cielo se caía a chorros, hubo un momento, en que por la fuerza del agua se formó una cortina que impedía la visibilidad más allá de la nariz, jamás había visto llover con tanta rabia, era como si desde el cielo los arroyos hubieran convergido en cataratas copiosas para desembocar justo ante mis desorbitados ojos.
Yo soy creyente cristiano católico a pesar de los desfiguros de tanto cura maléfico, así que me persigné contra todo mal, no fuera a ser la de malas que el chaparrón se convirtiera en un aluvión que arrasara todo el caserío de mi vecindario y es que la verdad, ninguna de las casitas está como para aguantar tanta agua de un chingadazo, pero dentro de lo aterrador de ver diluviar de esa manera, es que uno conoce las verdaderas intenciones de la naturaleza, y en la estrepitosa caída pluvial, percibí la bendición que traería a nuestra maltratada tierra, tal vez a ustedes les haya pasado alguna vez, que luego, hay escenas que vienen con música integrada, melodía arrancada del viento fustigando la atmosfera en vertiginosas marejadas que emergen del silencio voluptuoso de las sombras.
Papá que es un hombre sabio, me comentó: “las hormigas andan alborotadas, se me hace que va a llover”, además me dijo: “la luna entró con agua y este mes va a llover bastante”, a mi me gusta platicar con él, porque en su mirada tranquila me asomo a su pasado en el que rescato sus recuerdos llenos de vicisitudes del ser, de tantas circunstancias que ha tenido que pasar para poder permanecer sin tacha ni borrón hasta este momento de su vida en el que frisa la friolera de los 80 años con tal vigor que no parece que tiene esa edad, sino 20 menos, casi no tiene canas en el abundante pelo que luce su cabeza de rey sin corona, es difícil para cualquier persona, haber deambulado durante tanto tiempo, con la donosura, la paciencia y la gallardía de mi sacrosanto progenitor, ustedes, queridos lectores, no están para saberlo, ni yo para contarlo, pero el orgullo de provenir de su sangre es el mejor patrimonio que me ha heredado desde que nací, a él le debo, mis cejas de mono de ventrílocuo, el pelo de cadillo, el modito cucho de andar como si fuera a agarrar una piedra del suelo, el único regalo que no me dio, fue su bondad sin litorales y ese dejo desinteresado por las cosas materiales, ni su infinito afán por vivir más allá de los designios de Dios, él sigue siendo ejemplo para sus hijos, nietos y sobrinos, que lo aman y lo respetan por lo que representa en los destinos de cada uno, algunos más que otros, que también es cuestión de empatía, pero en el fondo, lo admiran tanto que quisieran que no se muriera nunca, que se quedara para siempre en este lugar, ya que con su presencia ha logrado que florezca nuestro luminoso árbol familiar.
Si fuera poeta, describiría la lluvia de la madrugada del martes como una cascada sonora de ráfagas violentas, de agua morena, de bendiciones y penas, pero como nada más soy un sencillo escribidor de una columna, que eso sí, a mucho orgullo, es la más leída del periodismo pueblerino, mejor no digo nada.

1 comentario:

cnegrin dijo...

Confieso que a veces hay palabras cuyo significado desconozco pero el cual intuyo cuando la analizo en el contexto jajaja Lògicamente hay muchos mejicanismos. Disfruto tus lecturas porque son intimistas, familiares, involucras a los lectores en tu vida, los sientas a la mesa, les invitas un cafè y los haces partìcipes de tus anecdotas, por lo general super divertidas. Me identifico con el pasaje donde haces referencia a la sabidurìa de tu padre y como ves en sus ojos su pasado... me recuerda al mìo, fallecido en Diciembre...Muy inteligente la manera en la que abordas la Ley discriminatoria y racista de Arizona y espero que la cordura impere y no se promulgue. Saludos solidarios desde Venezuela