A veces, sólo a veces, soy brutal en mis comentarios, y es que nunca me ha gustado ser comparsa, ni cómplice de nadie, jamás he escrito por encargo, no digo, no, que sea dueño de la verdad, si tampoco soy Sócrates, que éste si era más amigo de la verdad que de Platón, pero me rehierve el buche que los profesores del CBtis 234 se hagan como que la virgen les habla todos los días para no cumplir con su deber de educar a los jóvenes que se han inscrito en tan nefasto plantel educativo, y conste que nada estoy inventando, mi sobrino cuyo nombre me reservo para no causarle algún inconveniente con esta runfla de huevones, no vaya a ser la de malas que si pongo en la columna, que se llama igual que yo y agrego su apellido, le agarren tirria los compinches de la vieja bruja fea de la máistra Elba Esther, miren ustedes, queridos lectores, el ciclo escolar empezó a principios de año y han sido pocas las veces que ha tenido clases, es más, cuando por esas casualidades del destino, le dan dos o tres cátedras, yo caigo de rodillas para alabar el nombre de Jesús Sacramentado, pero no crean que la “mala educación” es de a gratis, para poder inscribirlo en el turno vespertino del cubil de profesores buenos para nada, mi hermana tuvo que apoquinar 1800 pesos libres de polvo y paja, es decir, además de que los magisteriales rateros nunca se presentan a chambear como Dios manda, todavía se atreven a cobrar por un servicio que no ofrecen.
Antes, en los tiempos en que el magisterio funcionaba como un verdadero apostolado de preocupados por la educación de los jóvenes, no había necesidad de hacer notas de este tipo, porque los maestros cumplían cabalmente con su deber, incluso, no todos, tampoco voy a generalizar, dice mi apá que siempre ha habido sinvergüenzas, algunos profesores daban clases extras por las tardes para regularizar a los alumnos retrasados en sus materias y, por favor, no quiero que empiecen a hacer cuentas para calcular mi edad, había listas con los nombres y apellidos de todos los muchachos y uno por uno, los convocados en el aula, teníamos que decir presente en voz alta y levantar el brazo para que nuestro mentor diera fe de que habíamos acudido a abrevar de la fuente de su conocimiento, ahora es al revés, por lo menos a este nefasto CBtis 234 turno vespertino en el cuál la subdirectora responde al nombre de Elsy Barrientos los discípulos tienen que pasar lista de presente a los malhadados maestros que de seguro no han de tener ni licencia profesional para desempeñar tan digno oficio que, por su displicencia, ellos denigran.
Nunca me hubiera atrevido a denunciar a los maestros del CBtis 234 vespertino, pero al parecer los encargados de vigilar que estos huevones se presenten a chambear, no han sido capaces de detectar su ausencia de las aulas, y resulta que estos fraudulentos, cobran un sueldo que por más pobre que sea, si no lo desquitan es como si nos robaran a todos, bonito ejemplo ciudadano ofrecen a los jóvenes, quienes con su proceder deberían de ser el espejo en el que se reflejara la sociedad entera, no sé quien sea el encargado de meterlos en cintura, ya lo preguntaré a Marco Martínez jefe de información de Líder Informativo, pero le aviso que también usted señor funcionario de la SEP comete un crimen de lesa humanidad, al no exigirles a la gavilla de bandoleros que tiene en su plantilla de maestros del Centro de Bachilleratos Técnicos 234, que cumplan con su labor educadora, y si, a pesar de esta denuncia formal contra la escuela ubicada en avenida revolución allá por Soriana Carrizo, no hacen nada para corregir las anomalías, entonces convocaré a los padres de familia para formular una enérgica protesta ante José Manuel Asad ínclito Secretario de Educación Pública de Tamaulipas. Ya dije.
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