De tu arte a mi arte...

Ya se los he comentado en diversas y reiteradas ocasiones, tuve la ocasión de privilegio de conocer a un manojito de espléndidos artistas plásticos en la otrora región más transparente del aire, algunos de ellos de rancio abolengo, ahora muertos, en ese entonces, insepultos. Colaboraba en una revista de la que tengo infaustos recuerdos y cuyo nombre no me interesa traer al presente, así que estando en la gran ciudad que deslumbra por su belleza, pues pude permanecer en el epicentro del arte y la cultura, naturalmente que no puedo comparar esos ambientes aristocráticos con lo que se vive en nuestro globero pueblo, allá es pura gente de alto pedorraje, a las encueratrices solamente les hacen homenajes en los teatros de carpas, y eso, si se quitan la ropa en el escenario y se contonean ante la runfla enardecida, conste que no lo hago con mala uva, pero hay que reconocer, que ni Monterrey, con todo y sus millonarios industriales, ni sus universidades de caché ha logrado quitarse la pátina de rancho que por tantos años ha lucido ante propios y extraños, así que a Nuevo Laredo le falta uno o dos siglos para poder contar con la educación de entender que los bodegones, los paisajes, las fotitos familiares no tienen nada que hacer en un recinto sagrado que debe ser destinado para los grande creadores del arte.
Si a esas vamos, mi tía Viviana ha pintado muchas obras que están muy bonitas, pero ella no sería capaz de pedir alojo a su deslumbrante obra plástica a ningún espacio de alta envergadura, primero porque está consciente de que sus pinturas son monas, pero no alcanzan el nivel de arte, igual podrían servir para venderse en un curios shop del mercado a las gringas ociosas acompañadas de sus maridos borrachos, pero ya se sabe que la prudencia no se da en racimos entre cierta gente, que se ciegan ante lo que ellos consideran que es genialidad y es, simplemente, un pasatiempo que se plasma en un lienzo dando manotazos con los pinceles.
Nuestra ciudad, por muy fronteriza que sea, no ha logrado transformarse en un puerto rico en vivencias de la gente que ha transitado o que se ha quedado entre nosotros, Nuevo Laredo tendría que tener por lo menos, un conservatorio, dos escuelas de artes y no de manualidades de viejita jedionda, varios centros de danza, carreras universitarias que empujen a nuestros jóvenes a redactar con claridad, facultades que sean de alta especialidad y no que se conviertan en guarderías de niños pendejos, pero estos funcionarios nuestros se han conformado con hacer uso de los presupuestos para confeccionar festivalitos, cursitos literarios que sirven para dos cosas, y a veces ni para eso e inauguraciones de todo tipo, que quede asentado en esta columna, que nada es personal, porque cualquiera de los directivos de nuestras instituciones, son aves de paso, ellos son trienales, algunos sexenales, y yo seguiré haciendo lo mismo hasta el día en que me muera, que espero sea lo más lejos posible en el tiempo.
Espero, por el bien de nuestra desastrosa educación pueblerina, que todos se pongan a chambear de verdad, que en las primarias, secundarias y prepas, se les otorgue a los huercos, las bases sólidas para que sean excelentes profesionistas con un bagaje importante que les permita tener caudales que les ayuden a pensar con claridad, por eso, la raza de nuestro vilipendiado solar fronterizo, parece que no termina por cuajar, por ejemplo, yo que no asomo la nariz ni a la banqueta de mi casa, que pasan semanas y no veo el paisaje citadino, me entero de que en prepas públicas nunca hay clases porque los cabrones de los maestros se la pasan en juntas, cursos y fiestas magisteriales, así que, no puedo imaginar que los encargados de vigilar que esos tales por cuales trabajen como Dios manda, no se den cuenta de nada, o son ciegos o muy consentidores con sus agremiados, en fin, espero que los políticos que entran con sus compadres, parientes, achichincles y cómplices que los acompañan, sean capaces de lograr un cambio positivo para que Nuevo Laredo, de verdad, y no como eslogan chafa de campaña, sea una ciudad con valor. Ya dije.