Luis Miguel

Luis Miguel está enfermo luego de haberse sometido a una liposucción, y es que estos artistas huevones no entienden que de nada les han de servir tantas tasajeadas para sacarles el sebo de sus cuerpos, si no lo complementan con ejercicio, comida saludable y una dosis de prudencia, porque díganme ustedes, queridos lectores, si no tengo razón, eso de que le extraigan 10 kilos de manteca de un solo jalón no va a ser perjudicial para cualquier persona, lo que pasa es que nadie en su sano juicio se atrevería a eliminar de su organismo tan desorbitada cantidad de líquidos, porque ahora que a mi hermana le hacían la hemodiálisis en el benemérito seguro social, entendí que así como le sacaban la sangre para limpiarla de las impurezas venenosas, por fuerza también le robaban los nutrientes que le ayudaban para mantener el alma uncida a su debilitada constitución física, en el caso del cantante más popular de México, aunque no es tan viejo, apenas tiene 40 años cumplidos, al aspirarle las lonjas, le estaban quitando el vigor a su potencial de vida.
Ya tiene diez días en el Cedars Sinaí, el mejor hospital de Beverly Hills, pero contra ese ultraje a su cuerpo, nadie, ni siquiera san Juditas que es bien milagroso, podría salvarlo de una descompensación orgánica, porque el ser humano, por si alguno de ustedes no lo sabe, está compuesto casi en su totalidad de pura agua, y si le quitan lo que lo sostiene, pues inevitablemente se queda en el purro zurrón como las víboras cuando cambian de piel o para poner un mejor ejemplo, bueno, al menos más grafico y evidente, es como si al Dr. Simi, el que se contonea afuera de las farmacias Similares, le quitaran la botarga a quien se alquila para hacer el personaje promocional, entonces queda con 20 kilos menos, pero a la mitad de su voluminosa apariencia, así le ha de haber ocurrido a Luis Miguel, que al quitarle su traje de gordo de una sola tarascada quirúrgica, lo convirtieron en un flaco sin la estructura que lo sostenía y es ahí donde sobrevino la catástrofe.
Lo raro es que, según las revistas de chismes especializados en el espectáculo, todo había salido bien, pero una bacteria oportunista, lo atacó, a sabiendas de que se encontraba minado de fuerzas y a expensas de la jauría microscópica que contaminó varios órganos vitales, especialmente los pulmones, claro que yo no soy médico, trato de entender el cuadro de suma gravedad, utilizando mi sentido común, además, ya saben ustedes, asiduos fans, que mis mejores amigos, son eminentes doctores del pueblo, y oyéndolos en sus pláticas, pues algo se me ha pegado de sus vastos conocimientos, claro que el padecimiento no es de muerte, pero si reviste una gran complicación, ya que tienen que suministrarle una farmacia completa de antibióticos y esperar impaciente el paciente a que los medicamentos surtan efecto, mientras tanto, no queda de otra que El Sol se ponga a escuchar todas sus colecciones de discos, yo le sugiero que no oiga el de villancicos ni el de Romances 3, que son muy malos, mejor uno de música grupera, o de la diva de la banda, que no canta nada pero es simpática la panzona de la Jenny Rivera, en fin que todavía le quedan muchos días por estar en cama a Luis Miguel y es mejor que se vaya haciendo a la idea de que no verá la luz exterior en bastante rato.
Sus admiradoras ya le tienen prendidas veladoras como para formar un infiernito en California, y de verdad que Luis Miguel tiene fans alrededor del mundo, no en balde, le guste a quien le guste, es el cantante latino más popular de los años recientes y tal vez, añadiría que es un excelente intérprete, si no fuera porque a mi tía Tencha le cae en la punta de las muelas su modito de hablar, lo peor es que ella prefiere a Agustín Lara con su lamento de bohemio marihuano. Cosas que tiene la vida, Mariana.