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miércoles, 7 de abril de 2010

En Monterrey

Que calorones se nos han venido encima, por suerte, a mi no me agrada andar de pata de perro, salgo nada más lo indispensable y me retacho a mi casa, por cierto, antier fui a las oficinas del Líder Informativo para recoger mis cheques y me dio mucho gusto poder saludar en vivo y a todo color a Martha Ibarra, a quien le prodigo gratitud eterna por sus buenos oficios en relación a ciertas diligencias propias de su desempeño laboral en la empresa a la cual presto con gran alegría mis servicios de sencillo redactor.
Les aviso, queridos lectores, que esta columna la redacto en la laptop desde algún lugar indeterminado de la asolada capital regia, pero mañana les comentaré a lo que vine en este viaje inesperado a la ciudad del cabrito, la machaca y las glorias, aunque ya prometí a mis múltiples amistades codomontanas que los visitaré más seguido, por lo menos dos fines de semana cada mes, a ver si ahora si logro conquistar a tan rejega raza, que de plano no se ha dejado tocar por mi arrollador carisma, ya sé, que los neoleoneses son medios raros, no digo, no, que sean mamones, que al cabo, con todo y que son muy ricos, no se les ha quitado, el dejo de rancheros venidos a más, como a mi tía Yaya, que se sacó la lotería y de la colonia Hidalgo se cambió a la de los ricos, pero nunca se percató de que para andar codeándose con la gente de alto pedorraje, necesitaría algo más que buena suerte para pegarle al premio gordo.
Los regios son muy chambeadores, de eso no hay duda, se levantan con la fresca de la madrugada y trabajan 15 horas diarias, por tal razón, son tan prósperos ya que no tienen punto de reposo, de su sinergia tendríamos que aprenderles algo a los de dicho estado, conste que no estoy diciendo que nosotros seamos huevones, para nada, si también le entramos duro al esfuerzo en conjunto, pero según datos de una organización mundial, Monterrey es una urbe modelo para América Latina y el planeta entero, tienen todo a su disposición y a manos llenas, pero ha sido gracias a su determinante esfuerzo por conseguir lo que ahora disfrutan, por ejemplo, a pesar de la violencia que los agobia no se han dejado intimidar, al contrario, han continuado su vida productiva, por favor, tampoco quiero que piensen que es simple retórica para quedar bien con nuestros vecinos millonarios, si ya se sabe que los neolaredenses siempre nos hemos identificado con los regios, nadie piensa en Tampico o en Ciudad Victoria cuando se trata de cursar estudios profesionales, incluso es nuestro prototipo a seguir para convertir nuestros sueños de grandeza de transformarnos en una metrópoli desde donde se irradie educación y cultura para toda la región.
Yo, por lo pronto disfrutaré de mi estancia en Monterrey, en este momento me preparo para salir a comer al Regio que dicen no lastima la vista como la decoración charra del Rey del Cabrito, por cierto, dicho sea de paso, en este corto periplo acompaño a mi hermana Ana Lilia y a su hijo Fernandito que, no le digan a nadie, tiene ojos de ficha doblada y pelos de muñeco tirado, no sé si se acuerden, queridos lectores, pero ya les he comentado que a mi carnala le trasplantaron un riñón y va a realizarse una serie de exámenes, así que luego de que acabemos con los trámites hospitalarios con el Dr. Saúl Casanova jefe del departamento de nefrología de la Clínica 25, nos iremos a dar un rol por la bella Monterrey, y es que, por motivos de monitoreo exhaustivo del nuevo órgano que rescató a Ana de una muerte pronta y segura, tendremos que quedarnos un par de días más, además, como nobleza obliga he querido apersonarme en el estupendo centro de especialidades médicas para agradecerles las atenciones prodigadas a mi amada pariente que prácticamente ha sido devuelta a la vida por estos verdaderos apóstoles de la medicina moderna a los que ni con todo el dinero del mundo les podría pagar su generosidad sin litorales. Dios los guarde en la palma de su mano. Así sea.

1 comentario:

Antonio S. dijo...

Querido Fernando me da un gusto hables tan maravillosamente de mi ciudad natal de la cual estoy orgulloso, y de tener a esta familia regia y emprendedora.Gracias por todos tus halagos hacia la gente regia, tengo en orgullo de presumir que te conosco en persona y espero pronto volver a verte pero ahora aqui en mi ciudad. Te envio muchos abrazos amigo.
atte. Antonio S.