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martes, 6 de abril de 2010

La Monsi

La Monsi está enfermo, aunque según los recientes reportes médicos, ya salió del cuadro de gravedad extrema y es que desde hace tiempo padece de problemas pulmonares, no quiero ser culebro, pero dicen, los que han ido a su casa, que tiene dos mil gatos, que no son precisamente del servicio doméstico, sino de esos animalitos voluntariosos que maúllan y persiguen ratones, así que el enfant terrible de hace muchos años de la crema de la intelectualidá mexicana, está enfermo porque quiere, a ver, díganme ustedes, queridos lectores, si ya sabe que los mendigos gatos le hacen daño, para que chingaos quiere tanto animalejo, que si son re bonitos, no lo niego, pero de peluche o en cerámica, conste en actas que no me quiero echar encima a la sociedad protectora de animales, pero los felinos de raza pequeña son muy raros, si les hablas por su nombre nunca vienen y si les dices ush ush se encabronan y te bufan, así que no hay posibilidad de encontrarles el modo, a lo mejor así es el maestro Carlos Monsiváis por eso los prefiere de mascotas.
Carlos Monsiváis es autor de muchos libros, y no les enumero toda la ristra, que al cabo ustedes ya los conocen todos, pero uno de ellos es… éste… umm, pues son un chingo, para que me meto en camisa de once varas, además aquí no se trata de presumir mi vasta ¿o es basta? Cultura, sino de informarles que el escritor mexicano ha estado mal y de malas, sólo espero que no le ocurra lo mismo que a su mentor Salvador Novo, cuando en un día aciago de hace muchos años, al malhadado periodista Jacobo Zabludowsky acompañado de su hijito Abraham, se le ocurrió con cámara en mano ultrajar la intimidad del connotado intelectual en su lecho agónico de enfermo, aunque La Monsi no usa peluca ni anillos, afortunadamente este famoso editorialista de El Universal no tiene enemigos capaces de cometer semejante infamia de ponerlo encuerado en cadena nacional, ni siquiera en uno de esos descarnados y descarados realitis, y francamente Novo si provocaba odios y escándalos como ave de las tempestades, además era villanísimo y muy joto, éste pelos de sobaco rascado no ha sido presa de acendrados rencores de nadie, incluso, es admirado por su capacidad sardónica, a lo mucho, le han de mentar la madre y las refrescadas duelen pero no matan de vergüenza a nadie.
Carlos Monsiváis Aceves nació en el Distrito Federal el 4 de mayo de 1938. Escritor y periodista es sin duda uno de los autores mexicanos más leídos. En ese sentido, son pertinentes las palabras del poeta José Emilio Pacheco quien apuntó que Monsiváis: "es el único escritor que la gente reconoce en la calle". Yo añadiría que con esos pelos también reconocerían a mi tía Espiridiona que siempre andaba toda chimaluda con las greñas como si la hubieran violado una horda de negros jariosos.
Monsiváis estudió en la Facultad de Economía y en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y fue uno de los participantes del movimiento estudiantil de 1968. Además del reconocimiento de los lectores, ha sido distinguido con numerosos premios, entre ellos el Príncipe Claus que otorga Holanda (1998), la medalla Gabriela Mistral que entrega Chile (2001) y el Premio FIL de Literatura de Guadalajara (antes Premio de Literatura Latinoamericana y del Caribe Juan Rulfo) de 2006, más lo que le faltan por recibir, porque de seguro de esta y de otras peores se salvará La Monsi, ya que es uno de los editorialistas más talentosos que tenemos en el país, a mi me cae bien su manera de ser, lo único que no me agrada es su escasa, por no decir, nula dicción, aunque tampoco era de mis favoritas la forma de hablar de Octavio Paz, sin embargo reconozco su genialidad como poeta, pero su vocecita era de esas que intrincaban las mandíbulas como un tenedor rascándole la panza a un plato de peltre.
Ya sé que no me lee, pero de alguna manera le ha de llegar mi deseo sincero de que Dios le dé larga vida entre nosotros, querido maestro Monsi.

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