Enfermeras

Ya lo he dicho en otra oportunidad, mis mejores amigos son médicos, pero no crean queridos lectores, que soy hipocondriaco, al contrario, a pesar de mi avanzado estado de descomposición espiritual, confío ciegamente en la voluntad de Dios y en la buena fe de la humanidad, pero sucede que estando muy jovencito hace muchos pero muchos años, tuve la fortuna, como el tragón de Pedro Infante en A Toda Máquina que asaltaba a los camiones de todo género de víveres para alimentar su inmensa gula sin desembolsar un solo centavo, de toparme con muchos especialistas en diversos foros y salones, con tal suerte que cada uno de ellos, era el médico preciso que requería mi sacrosanta madre, que Dios tenga en su santa gloria, para su atención expedita.
La verdad es que por generosos y honrados, mis amigos nunca han cobrado sus honorarios en relación a mi persona o de cualquier miembro de mi familia, tal vez por ello, me sobresalta el hecho de que haya médicos de tan baja estofa como el Dr. Mario Arreola director del Hospital General, quien por cierto ya no cobra 1500 pesos por sesión de hemodiálisis sino nada más 1200 en la clínica propiedad del estado, pero que regentea el hijo de Hipócrates mentado en otras columnas, y que luego nuestro presidente Calderón no se queje de por qué el PAN va a salir del gobierno, si con esos funcionarios públicos en el programa de Seguro Popular, los del PRI no necesitarán de muchos mensajes en la telera nacional para ganarles de calle en las elecciones presidenciales del 2012, solitos se están poniendo la soga al cuello, además de que es bien sabido que el partido tricolor tiene mayoría en este solar fronterizo y en todo el estado, así que esos marios arreolas nefastos se van a quedar colgados de la brocha sexenal para fortuna nuestra y alegría de los enfermos desprotegidos que caen en las garras de esa cofradía de batas blancas.
Nunca había caído en la cuenta de lo importantes que son las enfermeras como cuando ahora que las necesita mi hermana Ana Lilia, porque de ellas; de su experiencia, habilidad y talento depende exclusivamente la vida de mi querida carnalita, quienes a pesar de que las terapias de los lunes son en plena madrugada, es decir, a partir de las dos o tres de la mañana, las profesionales mujeres materialmente se multiplican para poder atender con solicitud y presteza a los enfermos y es que, aunque yo no estoy en su lugar, por una empatía natural hacia el que sufre, supongo que debe ser un shock tremendo para todos los pacientes, depender de una máquina para seguir viviendo, y las enfermeras encargadas del departamento renal de la clínica 78 del IMSS asumen su difícil papel de controlar la máquina limpiadora de sangre, pero sin descuidar nunca, que están tratando con seres humanos con una carga interior de complejos mecanismos de sensibilidades y como cada enfermo está conectado cuatro horas, por dos o tres sesiones a la semana, pues con el tiempo se establece una corriente de simpatía que estrecha los lazos de solidaridad existencial y ellas, ya saben de qué humor llega cada uno de sus protegidos y los alientan a seguir adelante para que no cejen en su empeño de luchar por su permanencia en este plano terrestre, se convierten en sus protectoras y vigías no sólo de su salud física, sino también del alma, que a veces, una actitud enfocada hacia el entusiasmo, ayuda más que una potente droga administrada por vía intravenosa, pues a todas ellas, no en mi nombre, sino en el de todos los enfermos que reciben a diario una nueva dosis de vida a través de sus cariñosos cuidados y profesionales atenciones: GRACIAS, de todo corazón muchas gracias por lo que hacen, y si estuviera en mis manos darles un aumento de sueldo, llenarlas de condecoraciones, galardones y regalos, lo haría con mucho gusto, pero desafortunadamente vivimos en México y no en Holanda o en Dinamarca, y ese dinero que bien beneficiaría a seres tan entregados como ustedes, de seguro va a parar a las codiciosas manos de funcionarios rapaces, pero Dios que todo lo vé, pone a cada uno en su lugar.
Un día no muy lejano, la justicia y la concordia reinarán entre nosotros para honrar a los verdaderos héroes que viven en el anonimato para vergüenza del periodismo paisano que se ha pasado la vida transcribiendo los boletines pergueñados desde las fuentes oficiales, luego, por estúpidos, absurdos y patéticos, presumen que son los adalides de la libertad de expresión.
Las encargadas del departamento renal que dirige el Dr. Saúl Sandoval Guerra de la clínica 78 del IMSS ubicada en la colonía la Fé, son: Turno matutino: Enfermera General Irma Gloria Villanueva, Enfermera General Guadalupe Santillán, Enfermera General Cristina Trejo. Turno Vespertino: Enfermera General Maribel Ávila, Enfermero General Hugo Pascual, Enfermera General Cecilia Villalobos, Enfermera General Verónica Morales. Turno Nocturno: Enfermera General Andrea Sepúlveda, Enfermera General Rosy Pérez, Enfermera General - Gabriela Millán.

La verdadera medida de la grandeza de un hombre es cómo trata a quien no puede beneficiarlo en nada. Ya dije.