Coronación de los Leones

Rubén López Escamilla presidente del Club de Leones de Nuevo Laredo, A. C con la colaboración cercana de su comité directivo y el apoyo irrestricto de las damas leonas presididas por su encantadora esposa, la profesora Marichú Adriano de López, está en plena organización de la regia noche en la que coronarán a Rosario Guadalupe Reyes como la soberana del feudo felino para el ejercicio social 2009-2010.
Yo tengo la obligación moral de asistir a dos grandes fiestas, y esas reuniones postineras, son leonas, el baile de coronación y el de Blanco y Negro, claro que tengo invitaciones a otras, pero casi siempre declino amablemente los convites, porque no me gusta ser ajonjolí de todos los moles, además, siempre he sabido con quien sentarme a la mesa, porque en una de esas levantadas, igual pueden echarle polvos de la Madre Juliana al pollito que me esté comiendo o alguna pócima envenenada a la copa, y no me refiero precisamente a la gente con la cual esté compartiendo el pan y la sal, sino a la que esté en cualquier lugar cercano a mi silla.
Este año no será la excepción y haré acto de presencia, pero ahora si, prometo quedarme durante toda la fiesta para atestiguar los acontecimientos que ahí se desenvuelvan, no sé si serán los años, queridos lectores, pero ahora soy más estricto en el trato social, y es que francamente hay niñas que son unos coagulitos y sienten que el suelo que pisan no las merece, gracias a Dios, no las tengo que soportar todos los días como sus afligidos padres, aunque tengo que confesar que hay algunas jovencitas que nos benefician a todos con su belleza, y a esas, si vale la pena consentirles sus chiflazones, pero a las dragoncitos que no son tan agraciadas, sólo basta hacer un discreto mutis para dejarlas sumidas en su horrenda soledad.
Lo que sea de cada quien, Los Leones, son estupendos anfitriones, y la Cueva es un salón bien cómodo, a pesar de que se ha convertido, por si sola, en una asociación civil, intríngulis que nunca he entendido por más que me he devanado los sesos, como el caso aquel, en que un león que nunca iba a las juntas ni pagaba sus cuotas, hizo un “chirrinkonflais” como mi tía Socorro, que cuando se sentía perdida en la jugada de cartas, inventaba una regla nueva que le ganaba a todas las demás, este señor qué de seguro aprendió las mañas a los Panistas que nunca pierden y cuando pierden, arrebatan a la hora de las elecciones presidenciales, juntó los votos hasta de los muertos para salirse con la suya, pero de eso no quiero hablar, sino de los estupendos saraos que organizan y ofrecen los socios de este club desde hace más de ochenta años.
No tengo los datos exactos de cuántas embajadoras están inscritas para asistir al baile, pero hasta donde sé, son más de veinte, espero contar con esa información para dárselas a conocer durante alguna de las columnas de la siguiente semana, yo, si me lo permiten, les sugiero a los organizadores que no sean tantas niñas, porque luego se va el tiempo en puras presentaciones, o si son más de treinta, que las presenten en bola y que no hagan vals, ni nada de eso, claro que entiendo perfectamente que los padres, padrinos, tíos, abuelos y demás familiares van a ver a su chiquita debutar en sociedad, pero tampoco es obligatorio darles cinco minutos de reflectores en el medio de la pista a cada una, en fin, sólo es una opinión con el único afán de qué se le dé agilidad protocolaria al baile de coronación.
Por cierto, que este club neolaredense, fue el primero de nuestro país, y el tercero de todo el mundo, después del de Estados Unidos y de China, pero no de China, Nuevo León, sino en la de Mao, pero no me refiero solamente al de los Leones, sino de cualquiera institución de beneficencia creada para ayudar a los desprotegidos, o sea que, además, es una asociación que ha marcado un hito en la historia de México, y por si alguien lo ignora, también tengo que subrayar el hecho que en nuestro pueblo por más globero y patriota que sea, se coronó a la primera reina leona de todo nuestra inmensa patria mexicana.
Felicidades a Rosario Guadalupe la reinita electa de los Leones por su asunción al trono social más emblemático de Nuevo Laredo y a los Leones por la impecable organización del evento.