Ya les había comentado que mi hermana Ana Lilia enfermó gravemente en noviembre del año pasado, y es que siendo diabética desde muy jovencita, luego de padecer tan terrible padecimiento, de manera natural, a causa del cotidiano desgaste orgánico sus riñones le dejaron de funcionar, así que luego de pagar una cantidad estratosférica tanto al Dr. Heberto Escamilla Lozano y al Dr. Mario Arreola, el primero es un nefrólogo eminente y el otro, es el director del Hospital General, o al menos, ese era el puesto que ostentaba cuando mi hermana recibió la hemodiálisis en una clínica del programa: “Vamos Tamaulipas” regenteada por este nefando médico que un día recibirá su justo castigo por ser como es con los enfermos que van en busca de una esperanza de vida a ese sanatorio donde limpian la sangre y él, en lugar de ponerse la mano en el corazón, cobra un dineral por un servicio que debería de ser, si no gratis, por lo menos, no inalcanzable para los pacientes de escasos recursos, pero con esa clase de servicios a la comunidad, el eslogan del gobierno estatal, de: “Vamos Tamaulipas” me queda muy claro hacia donde nos llevan, a lo mejor, Eugenio ni se da cuenta de lo que hacen sus empleados, pero debería de poner mayor atención para que los doctores que deberían de ser aliento y apoyo para los caídos en desgracia por alguna enfermedad, no se conviertan en sus principales verdugos.
Este médico Arreola, a comentario expreso de m hermana, en el sentido de que estaba muy caro el servicio, le espetó: “te lo tienes qué hacer porque si no te mueres” refiriéndose al tratamiento de hemodiálisis que en ese entonces costaba 1500 pesos cada sesión, y que me perdone este hijo de Hipócrates, pero que mejor se muera la más vieja de su casa y si se puede, la más joven también, digo, si a esas vamos, de que lloren en mi casa, pues mejor que lloren en la suya.
No sé si este doctor estudió en Guadalajara o en Monterrey, pero se me hace que no recibió ni una sola lección de ética profesional, lo que se me hace muy raro es que todavía esté al frente, porque si se lo dijo a mi hermana que tiene un genio de los mil demonios, que tiene cara de qué si le dicen algo fuera de lugar, suelta la primera cachetada y luego la mentada de madre, ya me imagino como se ha de comportar con las personas humildes que agachan la cabeza a la primera majadería.
Bueno, pues luego de recibir ese inhumano e inmerecido trato de parte de los encargados de la medicina pública en nuestra estado, mi querida hermana, gracias a un entrañable amigo que no voy a decir su nombre, después de tocar algunas puertas mudas con personas cercanas, ayudó a que Ana Lilia fuera atendida con solícita prontitud y grandeza humana en la clínica 78 del Seguro Social.
El lunes la acompañé a su terapia y me quedé gratamente sorprendido del trato tan cariñoso y cálido que el Dr. Saúl Sandoval Guerra, el especialista nefrólogo que atiende a los dializados de esa clínica regional con sede en la colonia La Fé, que no conforme con proporcionarles su asistencia profesional para infundirles el hálito de vida, los impulsa a que no cejen en su empeño de seguir en este plano terrenal.
Gracias a la línea editorial de Líder Informativo que como Aristóteles: “es más amigo de la verdad que del amigo”, puedo expresar libremente mi opinión en este espacio que tengo que decir con absoluta franqueza, es mi responsabilidad total y asumo plenamente los premios o vituperios que le correspondan,.
“La línea editorial de Líder Informativo es un serio compromiso con la libertad de expresión, un ejercicio público de apertura total a la pluralidad del pensamiento y del acontecer de nuestra sociedad”. Así empieza el mensaje de la cultura corporativa en nuestra página web; yo aplaudo dicha postura y además me comprometo con todos ustedes queridos lectores a que con la mano sobre el papel entintado a full color de Líder Informativo, y en mi caso particular, sobre el monitor de mi laptop, que no mentiré, a menos que mi declaración sirviera para salvar una vida, que ya se sabe lo que dice el Talmud: “quien salva una vida, salva al mundo”.
Arropado bajo el concepto humanista de nuestro editor, que en el mensaje general dice: “Creemos en la libre opinión como una forma de comunicación honesta, sin censura, sin consignas partidistas, sin promoción ideológica y sin verdades absolutas. Creemos en la expresión auténtica, pero positiva, sumamente respetuosa a la dignidad y a la diversidad de la sociedad”.
Me siento muy contento de ser pionero de este periódico que no como eslogan de campaña política, sino como un compromiso serio contraído con la comunidad, en el párrafo final declara a los cuatro vientos, que: “Líder Informativo es la casa de la expresión”. Pa’ los toros del Jaral los caballos de allá mesmo. YA DIJE.
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