No sé qué tanto se escandalizan los matajotos cuando
observan a algún travestido, es decir, de esos hombres a los que les encanta
vestirse como mujeres, si, esas mañas no empezaron ahora, de cuando Marcelo
Ebrard sacó la cara por ellos para defenderlos en el D. F, allegándoles las
leyes para que los homosexuales tuvieran los mismos derechos que los ciudadanos
de a pie, antes, muy antes, los miembros de la realeza, la aristocracia, los
ricos, o sea, los de muy alto pedorraje, se embadurnaban de polvos, se
enchinaban las pestañas, se ponían chapitas y se pintaban los labios como si fueran
a recibir beso, dicen, a mi no me consta, que en el globero pueblo, hay un funcionario
de altos vuelos al que le encanta andar bien pintado como jarroncito de
talavera poblana, con decirles, que lo nombran “La Polveada”, pero cómo tiene
la piel agrietada, los polvitos de arroz Max Factor, se le meten en los surcos,
de seguro ha de tener hasta cucarachos morando cómodamente en su interior, no
me hagan mucho caso, ya se sabe, que la gente ociosa, habla por hablar, o cómo
decía mi tía Chabela, “hablan porque tienen boca”, pero en los pasillos
palaciegos de los grandes salones desde donde se manejan los hilos y los tejes
manejes de esta violentada nación, también hay varios que son más divos que
Lady Gaga, aunque esta artista gringa, más bien parece machorrilla esquinera de
cualquier barrio bajo de pueblo tierrero, no quiero ofender a nadie, pero hay
unos que no se andan con joterías de pintarse y esas cosas, y son más meneados
que la Thalía en sus mejores tiempos, actualmente anda uno de esos que de lejos
parece y de cerca ni duda cabe en las oficinas de gobierno municipal, está
solterón y tiene más de 40 años, por cierto, ya que ando en esos lares del
municipio, quiero avisarles, asiduos fans, que nuestro publicitado alcalde
Benjamín Galván, ya empezó a hacerle cariñitos a la plaza Miada, a la que, una
regidora con falta de educación, la bautizó como La plaza de la Libertad, digo,
es muy eufónico el nombrecito, pero el nombre con el que la he re bautizado, le
queda que ni mandado a hacer, los empleados del ayuntamiento vinieron en una
hora indeterminada del día a colocar focos nuevos a las lámparas, así que, por
justicia, tengo qué hacer mención de los arreglos, porque ya parecía boca de
lobo, la que si se la prolongó medio metro, es Salma Hayek, que en una
conferencia de prensa, dijo “rompido”, o sea, eso se le perdona a la máistra Elba
Esther, pero no a la actriz mexicana más exitosa de los años recientes, dije
actriz, por decir su oficio, pero no porque lo sea, en ese oprobioso momento, a
la veracruzana, se le tendría que haber caído la cara de vergüenza, ahora lo
que su representante le debe aconsejar es que debe pararse ante las cámaras a
nivel nacional y decir: “la cajetié, perdónenme, no supe lo que decía”, y es
que, ella anda en chinga promocionando la película “El Gato con Botas” al lado
de Antonio Banderas, que ya está tan jodido que no lo ha de reconocer ni Pedro
Almodovar que lo llevó al estrellato en Jolivud, a pesar de que es el peor actor
que ha pisado los escenarios internacionales, pero estos buenos para nada, saben
cómo moverse para salirse con la suya y lograr sus fines, en fin, que esta semana empieza a ponerse
buena con lo del Buen Fin que de seguro tuvo mal fin, ya que los genios del
merchandising, no se han puesto de acuerdo para declararse triunfadores en ese
programa federal de “gasta tu aguinaldo antes de la navidad”, supongo que les
ha de haber salido todo chueco, yo, por lo pronto, les tengo que avisar,
queridos lectores, que este sábado estuvo muy movido, se acuerdan que les había
comentado en mi columna del lunes que iba a asistir a la fiesta en casa de mi
hermano Tobi en que celebraríamos el cumpleaños número ochenta de mi sacrosanto
padre, pues, les tengo la reseña completa, sólo que como todavía no me repongo
de la crudona, se las debo para cualquier día de esta semana. Ya dije.
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