Ya casi termina su mandato al frente del ayuntamiento y
Benjamín no ha construido los baños en la placita Miada, dicen, a mi no me
crean, queridos lectores, que en cualquier momento se nos va con su música a
otro lado, ni me pregunten como llegó a mis arábigas orejas semejante chismarajo,
conste que yo no he dado crédito al infundio, pero los chismosos de pasillo, a
veces, sólo a veces, están mejor enterados que los propios periodistas de la
fuente, a los que, por lo visto, siempre les ha interesado más el sobrecito
blanco con cincuenta pesos y el vale de gasolina que andar buscando la de ocho que
finalmente para eso les paga el medio para el que prestan sus servicios
profesionales, conste que no estoy de quejumbroso, pero francamente, prefiero
ser pobre y vivir al día que andar de hipócrita sirviendo al Dios y al diablo, ojalá
que, si dicho buscapiés de nuestra vernácula política es real, quien sustituya
a Benjamín se aplique para levantar dos o tres cuartitos de dos por dos que
sirvan de miaderos, lo que no he entendido, entonces es para que tanta campaña,
tantas fotos, tanta publicidad, tanto salir en la tele, hasta en los folletos
de abarrotes “Mi Ranchito” con todo y su prole, para que ahora, nada más porque
los tiene muy tricolores, decline a su cargo de elección popular, y que me
perdone la comparsa lambiscona que lo acompaña a todos lados, pero eso de que
se vaya de la presidencia municipal es una mentada de madre a todos los
ciudadanos que votaron por él, porque todavía, hay pintas en bardas en las que
el hijo del ilustre don Benjamín Galván Maytorena agradece el apoyo de sus
paisanos por haberlo empoderado en el polvorín fronterizo, si es verdad que ya
se retira de la alcaldía, que salga y dé la cara para que nos explique las
razones de su salida, porque eso no es normal, ya sé, y perdonen ustedes la
invectiva, queridos lectores, que no es un hecho consumado, pero dicen que: “cuando
el río suena es que agua lleva”, nada más falta que se vaya por la puerta de la
cocina, conste que nada de lo que digo de Benjamín en esta columna es personal,
lo conozco desde hace muchos años, pero no es mi amigo, tuvimos un trato de empleador
y colaborador en el año 2000, lo aclaro para que no haya duda en que lo que escribo
a su favor o en su contra, es estrictamente del ámbito de su cargo público, si no
fuera el alcalde de este globero pueblo, lo juro por Dios que me mira, ni me
ocuparía de su persona, no quiero ser cabrón con nadie, pero los que cobran en
el ayuntamiento como si trabajaran, es decir, los del equipo de Benjamín, que
harán si se están llevando la escalera trienal, acaso se aliarán al que llega
para seguir calentando la silla ejecutiva, y los aviadores, esos que cobran sin
pudor alguno robándose el dinero de nuestros impuestos, seguirán firmando para
devengar un salario que no se merecen, en fin, habrá que esperar a que se
desarrollen los acontecimientos, igual si, igual no, como dicen los
victoriosos, y me refiero a los oriundos de Ciudad Victoria, si no es correcto
dicho gentilicio, ese sería el adecuado para mis paisanos tamaulipecos, a los
que no quiero asustar con el petate de muerto, pero al parecer, el Benjas se va
a vivir allá en cualquier momento, ya sé que al incluir la palabra “muerto” en
la presente Guillotina corro el riesgo de que me manden aprehender los de la
PGR, como al pobre tuitero que se llevó el susto de su vida cuando vio llegar a
doce pelados a su casa para indicarle con toda amabilidad y diligencia que los
acompañara porque le iban a poner su madriza para que despepitara todo lo que
supiera acerca del pájaro con alas que cayó del cielo al suelo, ese es el servicio
de inteligencia de nuestro violentado país, Señor, ilumínalos con un rayo,
perdón lo que quise decir es que los bendigas mucho y los resguardes de todo
mal. Amén.
jueves, 17 de noviembre de 2011
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