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jueves, 17 de noviembre de 2011

Benjamín


Ya casi termina su mandato al frente del ayuntamiento y Benjamín no ha construido los baños en la placita Miada, dicen, a mi no me crean, queridos lectores, que en cualquier momento se nos va con su música a otro lado, ni me pregunten como llegó a mis arábigas orejas semejante chismarajo, conste que yo no he dado crédito al infundio, pero los chismosos de pasillo, a veces, sólo a veces, están mejor enterados que los propios periodistas de la fuente, a los que, por lo visto, siempre les ha interesado más el sobrecito blanco con cincuenta pesos y el vale de gasolina que andar buscando la de ocho que finalmente para eso les paga el medio para el que prestan sus servicios profesionales, conste que no estoy de quejumbroso, pero francamente, prefiero ser pobre y vivir al día que andar de hipócrita sirviendo al Dios y al diablo, ojalá que, si dicho buscapiés de nuestra vernácula política es real, quien sustituya a Benjamín se aplique para levantar dos o tres cuartitos de dos por dos que sirvan de miaderos, lo que no he entendido, entonces es para que tanta campaña, tantas fotos, tanta publicidad, tanto salir en la tele, hasta en los folletos de abarrotes “Mi Ranchito” con todo y su prole, para que ahora, nada más porque los tiene muy tricolores, decline a su cargo de elección popular, y que me perdone la comparsa lambiscona que lo acompaña a todos lados, pero eso de que se vaya de la presidencia municipal es una mentada de madre a todos los ciudadanos que votaron por él, porque todavía, hay pintas en bardas en las que el hijo del ilustre don Benjamín Galván Maytorena agradece el apoyo de sus paisanos por haberlo empoderado en el polvorín fronterizo, si es verdad que ya se retira de la alcaldía, que salga y dé la cara para que nos explique las razones de su salida, porque eso no es normal, ya sé, y perdonen ustedes la invectiva, queridos lectores, que no es un hecho consumado, pero dicen que: “cuando el río suena es que agua lleva”, nada más falta que se vaya por la puerta de la cocina, conste que nada de lo que digo de Benjamín en esta columna es personal, lo conozco desde hace muchos años, pero no es mi amigo, tuvimos un trato de empleador y colaborador en el año 2000, lo aclaro para que no haya duda en que lo que escribo a su favor o en su contra, es estrictamente del ámbito de su cargo público, si no fuera el alcalde de este globero pueblo, lo juro por Dios que me mira, ni me ocuparía de su persona, no quiero ser cabrón con nadie, pero los que cobran en el ayuntamiento como si trabajaran, es decir, los del equipo de Benjamín, que harán si se están llevando la escalera trienal, acaso se aliarán al que llega para seguir calentando la silla ejecutiva, y los aviadores, esos que cobran sin pudor alguno robándose el dinero de nuestros impuestos, seguirán firmando para devengar un salario que no se merecen, en fin, habrá que esperar a que se desarrollen los acontecimientos, igual si, igual no, como dicen los victoriosos, y me refiero a los oriundos de Ciudad Victoria, si no es correcto dicho gentilicio, ese sería el adecuado para mis paisanos tamaulipecos, a los que no quiero asustar con el petate de muerto, pero al parecer, el Benjas se va a vivir allá en cualquier momento, ya sé que al incluir la palabra “muerto” en la presente Guillotina corro el riesgo de que me manden aprehender los de la PGR, como al pobre tuitero que se llevó el susto de su vida cuando vio llegar a doce pelados a su casa para indicarle con toda amabilidad y diligencia que los acompañara porque le iban a poner su madriza para que despepitara todo lo que supiera acerca del pájaro con alas que cayó del cielo al suelo, ese es el servicio de inteligencia de nuestro violentado país, Señor, ilumínalos con un rayo, perdón lo que quise decir es que los bendigas mucho y los resguardes de todo mal. Amén.  

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