Los corridos son una parte importante de nuestra mexicana idiosincrasia,
antes, muy antes, en tiempos de la revolución, cada vez que alguien se hacía famoso
matando a un enemigo de su causa, se elevaban por los retruécanos del aire, las
notas musicales del acordeón y el bajo sexto para avisar a los ciudadanos de
todo el territorio nacional lo que había ocurrido en determinada región del
país, a mí, y lo digo con toda sinceridad, aunque me excomulguen, los que
siempre se me han hecho muy patéticos, por amorales y culebros, son los de Los
Cristeros, que mataban en nombre de Dios y de María Santísima, no digo, no, que
no hubiesen tenido derecho a darse de madrazos contra las fuerzas federales para
defender a sus santitos, y es que, a don Plutarco Elías Calles le caían en la
punta de las muelas los padrecitos abusivos que se aprovechaban de la buena fe
de sus fieles, así que, hizo valedera la constitución mexicana de 1917 que establecía
una política que negaba la personería jurídica a las iglesias, subordinaba a
éstas a fuertes controles por parte del Estado, prohibía la participación del
clero en política, privaba a las iglesias del derecho a poseer bienes raíces,
desconocía derechos básicos de los "ministros del culto" e impedía el
culto público fuera de los templos, algunas estimaciones ubican el número de
personas muertas en un máximo de 250 mil, entre civiles, efectivos de las
fuerzas cristeras y del Ejército Mexicano, pero Plutarco fue más allá y se
erigió en un verdadero Atila para arrasar con las iglesias, con decirles,
asiduos fans, que dichos instrumentos constitucionales eran tan anti católicos
que algunos de los incisos obligaban a los sacerdotes a casarse y se prohibía
terminantemente la existencia de comunidades religiosas, en fin, que ahora
resulta que nuestros ínclitos legisladores están trabajando a marchas forzadas
para implementar una ley en la que se prohíba la composición y ejecución pública
de los narco corridos, y digo, si eso es lo que se está viviendo en todo
México, no se puede tapar el sol con una ley, hacer una canción para relatar un
hecho no es hacer apología al crimen, si así fuera, todos los que hemos cantado
en alguna ocasión la de “contrabando y traición” de los Tigres del Norte estaríamos
fuera de la ley y mereceríamos cárcel de por vida, pero como este tema da para dos columnas, les
prometo que seguiré con lo mismo para este domingo, por cierto que el
presidente Calderón anda de promotor de ventas de los negocios establecidos en
el país, no me cabe ninguna duda de que: “El Buen Fin” va a dar mucho de qué hablar, pero ese asunto
lo tocaré en la columna del sábado para ampliarlo correctamente, enseguida,
nada más para que se den una idea, asiduos, de que un corrido es un documento
histórico que no ha perdido vigencia a pesar de que han pasado los años, les
transcribiré el de “El Martes Me Fusilan” que canta Ebricente Fernández: “El
martes me fusilan a las 6 de la mañana, por creer en Dios eterno y en la gran
Guadalupana me encontraron una estampa de Jesús en el sombrero por eso me
sentenciaron porque yo soy un cristero es por eso me fusilan el martes por la
mañana, matarán mi cuerpo inútil pero nunca nunca mi alma. Yo les digo a mis
verdugos que quiero me crucifiquen y una vez crucificado entonces usen sus
rifles. Adiós sierras de Jalisco, Michoacán y Guanajuato donde combatí al
gobierno que siempre salió corriendo me agarraron de rodillas adorando a
Jesucristo sabían que no había defensa en ese santo recinto. Soy labriego por
herencia Jalisciense de nacencia No tengo más Dios que Cristo Porque me dio la
existencia Con matarme no se acaba La creencia en Dios eterno Muchos quedan en
la lucha Y otros que vienen naciendo Es por eso me fusilan El martes por la mañana.
(Se escucha la orden de ejecución y el grito del cristero: ¡Viva Cristo Rey!) .
(To be continued).
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