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sábado, 5 de noviembre de 2011

Acuse de recibo


No hay nada que provoque más regocijo a mi contrita alma, que leer la réplica de alguno de ustedes, queridos lectores, y es que, este oficio de escribidor que es tan público, paradójicamente, es muy solitario, también es cierto que la soledad es agobiante, pero es la única forma posible de hilvanar las palabras, aunque hay colegas muy duchos que pueden sentarse a escribir ante el barullo de la multitud, la verdad es que esos son muy pocos, hace unos días, comenté que me parecía que el parque Mendoza es una boca de lobo, por tanto, las penumbras sirven para que los maleantes se refugien en los rincones para hacer de las suyas, no que sea un gran deportista, pero me había dado por salir a caminar a ese paraje, nada más que los vapores medicinales de la marihuana se atravesaban en oleadas a cada paso que daba, naturalmente que como no soy temerario, nunca me aventuré a presentarme solo en dicho espacio público, me juntaba con dos o tres personas para que si uno de esos cabrones viciosillos se armaba de valor para salir a nuestro encuentro, no le fuera tan cómodo lanzarnos el primer madrazo,  tengo que ser honesto y decir que jamás me atracaron, pero al percibir el inminente peligro que corríamos al correr en el parque, decidimos trilateralmente y al unísono, ya no regresar al parque, y es que, aunque hay una caseta de vigilancia, no hay vigilantes, no digo, no, que deberían de poner guardaespaldas a cada visitante, pero sí, que al menos, asignaran una patrulla para que se dieran sus vueltas, supongo que con tanta gasolina como la que gastan en andar chacoteando por esas calles de Dios, podrían, los guardianes del orden, de vez en cuando, asomarse al parquecito para echar en corrida a los vaguillos sin oficio ni beneficio, antes, muy antes, a diario se percibía movimiento de gente, y es que, al interior del Mendoza había puestos fijos de vendimias, pero ahora ni eso, pero les advertía, asiduos fans, en el inicio de la presente columna, que me da un recabrón gusto recibir envíos a mi domicilio electrónico, como en el caso del dilecto historiador don Raymundo Ríos Mayo, a quien no tengo el gusto de conocer personalmente, pero desde que ingresé a la nómina de estupendos colaboradores del LíderInfromativo, ha sido un recurrente comentarista de cada tema de su interés, y para dar acuse de recibo a su amable opinión, les transcribiré dicho mensaje, no sin antes decirle que en todo lo que expresa, estoy totalmente de acuerdo, además, agradeciéndole, que en su atalaya de investigador, se tome el tiempo de darme réplica tan docta.
Acabo de leer su columna “La desfundación de Nuevo Laredo”  y en relación al parque Narciso Mendoza de nuestra Colonia Hidalgo, primeramente me llamó la atención  los trabajos que se iniciaron en el lado sur-poniente del parque y después leí que el Ayuntamiento está construyendo un RESBALADERO GIGANTE, equivalente al tobogán gigante del Parque Viveros. Me parece que no es la época del año en que convenga esta construcción, puesto que el invierno impide a los niños acudir a esa clase de distracciones y además, lo que estimo fundamental, es que se está utilizando una gran parte del espacio del terreno del parque para una  sola zona de diversión, en lugar de haberse construido un parquecito de beisbol u otro tipo de juegos infantiles. Recordemos que en 1917 en el terreno que hoy ocupa la casa que fue de Don Juan de Dios Hinojosa Cisneros, estuvo el primer parque de beisbol de Nuevo Laredo y que es necesario proveer de espacios abiertos para que los niños hagan ejercicio. Ojala que la remodelación que se anunció de la Biblioteca “Fidel Cuéllar González” se realice con los adelantos técnicos actuales para que los alumnos de la Escuela “Revolución” y la escuela “Profesor Cosme Perez” puedan tener acceso a ellos y mejorar sus conocimientos. Espero que estos comentarios sobre nuestra Colonia Hidalgo sean de su aprobación.- Reciba mis atentos saludos.- RAYMUNDO RIOS MAYO 

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