Ya se siente la navidad encima, no digo, no, que huela a
tamales y champurrado, pero hay algo en los retruécanos de la atmosfera que
provocan que mi alma se llene de paz y regocijo espiritual, por suerte, no
todas son malas noticias, al menos, ya comimos pavo y le dimos gracias a Dios
Nuestro Señor de las cosas buenas que nos ha regalado durante este año que está
en la recta final, tenemos, queridos lectores, ustedes y yo, que hacer un
recuento de las bendiciones, de los problemas, no hay ni que hablar, finalmente,
se han solventado, a mí, me ha ido muy bien, el Líder Informativo, mi casa
hecha de palabras, se ha colocado en el gusto de la gente, es decir, de
ustedes, mi columna, según una encuesta hecha por la chimiscolera de mi tía
Chana, es la más leída del metrópoli con la que soñaba nuestro carismático ex
alcalde Ramón, siempre, desde que estoy en estos bretes de cronista de los
sucesos cotidianos del globero pueblo, he sido el más glosado, polémico y
discutido de este solar norteño, con la transición del año, también se esperan
grande cambios en Nuevo Laredo, en el estado y en el país en general, lo que me
gustaría es que el PAN se vaya de Los Pinos, pero que regrese otro partido nada
más que sea verdad lo de su renovación espiritual, porque a como están las
cosas en el izquierdero mexicano, en donde las aguas están muy revueltas, no se
avizora que se vayan a poner de acuerdo en el plan de la república amorosa que
suena como a idea de los pensadores antiguos, en el que, la equidad, la armonía
y la justicia, sean los principales valores que rijan dicho gobierno si llegan
al poder, el PRI, sin que, me agrade del todo el pre candidato copetón, por lo
menos, se le ha visto que no es el partido bravucón de los dinosaurios, que
cuando perdían arrebataban, ojalá que México cambie desde sus cimientos, que
haya menos de esas mentadas asociaciones civiles y que cunda por todo el
territorio la justicia social, para que, aunque sea poco el dinerito, los
ciudadanos más jodidos tengan los recursos suficientes para comer con manteca
todos los días, no sé, lo digo al desgaire, espero que lo lea Benjamín o
cualquiera de sus colaboradores, espero que su esposa, la que, por cierto me
cae muy bien, en alguno de esos programas del DIF les regale ropita de frío a
los niños menesterosos, y a los viejitos un colcha para que no pasen penas, le
sugiero que haga una especie de campaña para estas fiestas decembrinas para que
los huérfanos y los ancianos reciban posada durante esas noches en que hay
tanta familia reunida, ya sé, que me he vuelto un viejillo cursi, pero ni modo,
he pasado tantas broncas personales y familiares, que el corazón se me ha
ablandado, eso sí, no perdono a los que me hayan hecho daño, tengo unas cuentas
pendientes que tengo que saldar para estar en paz con mi conciencia, en el
pueblo, vive un hombre de nombre Francisco, no digo que le robé un dinero, pero
algo hay de eso, cometí un fraude en su contra y de la institución a la que
representaba, espero que esta confesión pública no sea tomada a mal por
ustedes, queridos lectores, soy un simple ser humano, con debilidades y exiguas
virtudes, ojalá que no sea ningún aviso sobrenatural de que me va a llevar la
tía de las muchachas, que eso, sea en cien años o más, bueno, tampoco soy
ambicioso de vida, empecé esta Guillotina con las campanas navideñas, así que,
insto al encargado de dicho rubro municipal para que cuelguen esferitas en las
calles, que los ciudadanos requerimos de ánimos, pero que, por favor, no
instalen los mismos de siempre, al menos, que los de la Guerrero sean nuevecitos
y de la tienda, yo, por lo pronto, haré las compras de los foquitos después de
thanksgiving, aunque no puedo cruzar a Laredo, Texas, ya que, carezco de visa
gringa, de seguro tendré que ir a El Globo, en fin, les aseguro, que huele a
navidad.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario