John Lennon, el famoso integrante de los Beatles, que luego de ser vilmente asesinado por un supuesto fan loco, pasó a formar parte de los inmortales del mundo de la música de todos los tiempos, no voy a decir que soy admirador del artista, francamente a mí siempre me gustó más la música de Mike Laure y Rigo Tovar, tampoco me voy a dar aires de melómano que no poseo, claro que entiendo la importancia de su trayectoria, pero no es mi héroe rockero, pues resulta que los fanáticos del marihuano, están que dan brincos de pura alegría, y es que, este año, se conmemora el septuagésimo aniversario de su natalicio, naturalmente que los mercaderes de las grandes empresas, tienen lista toda la parafernalia para lanzar afiches, souvenirs, discos y cualquier objeto que contenga el nombre o la imagen de Lennon para venderlos a los precios que se les hinchen las ganas.
Yoko Ono, una japonesa, ojos de ficha doblada, que fue su última compañera y con quien sostuvo una agria como polémica relación sentimental, ya ha sacado provecho de esta conmemoración, al realizar un concierto en Islandia y, para colmo de males, también ha editado un disco en el que pretende quedar inmortalizada por los siglos de los siglos, esta vieja loca, cree que el talento se absorbe por ionización de la materia, o sea, como dice mi sobrina Mariana, que se compre un mapa y que se ubique, claro que ella y los hijos que procreó con el morfinómano, son dueños de los derechos reservados de todo lo que huela a John Lennon, incluso, puede, y debe, cobrar regalías hasta por las camisetas en las que se imprima su fotografía.
Yo no entiendo como aquí en el globero pueblo, no ha salido una estrella talentosa de ese nivel, del único que me acuerdo, es de un cantantillo charro monta perros que cantaba como si lo estuvieran pellizcando en salva sea la parte o de una guapilla baladista que pasó sin pena ni gloria por los escenarios locales, que ahora vende ropa usada en la pulga de los rieles, bueno, también hay otro, que se siente la divina envuelta en crema de chocolate, solamente porque ejecuta un instrumento con cierta galanura, también es cierto, que nunca ha existido una cantera de donde hayan podido surgir, es decir, nadie se ha preocupado por instaurar un conservatorio, a lo más que se ha llegado es a fundar casitas de la cultura que sirven para dos cosas y a veces ni para eso, pero bueno, nunca es tarde para que nuestros dilectos funcionarios se hagan cargo de ese importantísimo rubro que es indispensable en cualquier ciudad civilizada del mundo.
El asesino confeso de John Lennon, Mark David Chapman, está muy campechano en la cárcel purgando su condena, de él se dice, que se le ha negado sistemáticamente la libertad condicional, los fanáticos más purulentos del ex beatle, lo que no le perdonan no es que haya matado a su ídolo greñudo, sino que no le haya apuntado a la cabeza a la mentada Yoko, de quien aseguran, fue la causante de todas las desgracias de Lennon, hay muchos mitos convertidos en mitotes alrededor del cantante, uno de esos, es que, según Gay Herman, el gran amigo de John, alguna vez, a lo mejor al punto bien locos, le insinuó que había sostenido una relación homosexual con Brian Epstein, manager del cuarteto, pero ya se sabe que a todos esos artistas de repente les rechina la reversa, así que ese chisme se convirtió en una anécdota picante que ha servido para echar más leña a la hoguera de la fama, tanto así que en pocos días, se cumplirán 30 años de su asesinato, y seguramente correrán ríos de tinta para recordar tan aciago día en que la noticia del infausto acontecimiento recorrió el mundo entero, naturalmente que no con la rapidez de ahora, que todavía no se había inventado Twitter, yo no me acuerdo bien de ese hecho, porque todavía dormía plácidamente en los brazos de mi sacrosanta progenitora, okei no es verdad, ya estaba más crecidito, pero tampoco voy a ponerme a contar detalles de mi fecha de nacimiento, que siempre ha sido un secreto bien guardado en los archivos secretos de la historia de la Cia. (pero de la luz). Ya dije.
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