viernes, 29 de octubre de 2010
Corrupción
Bendito sea el Dios de Israel, por fin, nuestro México, Lindo y Corrupto ha alcanzado un sitio preponderante a nivel mundial, lo único malo es que ha sido gracias a que la corrupción ha florecido tanto durante los recientes diez años, que ahora es un robusto árbol que otorga sombra gorda a los funcionarios de todos los niveles, pero siempre se ha sabido que este país es uno de los más avanzados en ese rubro, miren ustedes, queridos lectores, nada más para poner un somero ejemplo doméstico, el otro día, mi hermana Ana Lilia, no sé si se acuerden de ella, esa mera, a la que le trasplantaron un riñón donado por mi generoso hermano Víctor Manuel, se pasó siete horas en la sala de espera de la benemérita institución, pero no crean que para que la operaran a corazón abierto, sino simplemente para que le extendieran una receta, con la cual, a cambio, le entregarían la dotación mensual del medicamento que para ella es de vital importancia, conste que no es porque sea mi pariente, pero ese hecho, que podría ser trivial, implica una seria corrupción, tomando en cuenta que la Ciclosporina es el retroviral indicado para los pacientes trasplantados, es decir, si no lo toman, simplemente se mueren, según esto, es para que el enfermo no rechace el órgano ajeno, naturalmente que es un caso típico de negligencia por parte del departamento de Nefrología de la clínica 76 del Seguro Social, la que está allá por Soriana La Fe, mi hermana llegó a las ocho de la mañana y pasó una hora, transcurrió otra, nadie le daba razón en qué momento llegaría la doctora que le extendería la receta, pues para no hacerles el cuento largo, asiduos fans, al filo de las tres de la tarde, mi hermana fue recibida por el Dr. Saúl Sandoval Guerra, por supuesto que mi hermana teniendo la sangre que tiene, de reclamona, de exigir sus derechos, le espetó al médico que no era justo que nadie la hubiera atendido y el discípulo de Hipócrates la atajó diciéndole que no se enojara con él, que él no tenía la culpa, a lo que mi carnala le contestó, no me va a decir ahora que yo soy la culpable de que me hayan hecho esperar tanto tiempo, lo que estos funcionarios no saben, y si lo saben, se hacen como que la virgen les habla, es que ellos están ahí para servir al público, no es al revés, pero la cultura del “ValeMadrismo” en nuestro México, ha volteado los papeles, lo que debería de ser una obligación de los que reciben un salario para atender a los afiliados al IMSS, eso es parte de la corrupción nauseabunda que padecemos en México, si no quieren trabajar que se vayan a sus casas, pero que no cometan fraude contra los derechohabientes que son, al final de cuentas, los que pagan sus sueldos para que se la pasen calentando la silla y rascándose el ombligo, que a mí no me vengan con cuentos de que no es culpa de nadie, la Trabajadora Social Laura González tiene tanta culpa como el Dr. Saúl Sandoval Guerra, y si fuera un pariente de alguno de ellos; ¿la hubieran tratado igual?, con ese desprecio que insulta tanto que dan ganas de apersonarse a la mentada clínica para aventarles en la cara una retahíla de merecidos improperios, tal vez por esa razón México es uno de los países más corruptos del mundo, porque nadie quiere hacer su chamba correctamente, lo que realmente anhelan es ganar dinero de a gratis, sin necesidad de esforzarse, pero lamento decirles que aunque cometan tales bajezas con los derechohabientes, no podrán matar a todos los pacientes de un ramalazo, además, que les quede claro a todos los servidores públicos, de cualquier nivel que sean, que los patrones son los ciudadanos que con sus impuestos pagan sus sueldos, pero parece que se les ha olvidado, son como las criadas respondonas, pero a estos buenos para nada hay que ponerlos en el sitio que les corresponde, si son simples empleados que si les permitimos, al rato no serán siete horas las que tendrá que esperar mi hermana Ana Lilia, sino 24 horas sin comer y sin dormir, solamente porque a estos ineptos se les hinchan las ganas de jugar a los Todopoderosos patéticos con el tiempo y la salud de sus pacientes. Ya dije.
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