Habemus Chepo

En este México nuestro, tan lejos de Dios, y cada día más alejado de Estados Unidos, cualquier cosa puede pasar, la verdad, es que ya nada más falta que nos orine un perro, ahora resulta que Chepo de la Torre, ha sido designado director técnico del Tri, luego de que el cara de muñeca tirada de Vucetich actual mandamás de los Rayados de Monterrey, declinó la oferta que le hiciera (In)Justino Compean y D(N)ecio de María, alegando motivos familiares, claro que tampoco es menso de al tiro, y no iba a decir que les pidió manos libres para manejar a su antojo a la selección, si ya se sabe que el futbol mexicano está mangoneado por Emilito Azcárraga y Ricardo Salinas Pliego quienes son los dueños de casi todos los equipos, además son los que se reparten el enorme pastel de las transmisiones televisivas, pero eso es del dominio popular, es decir, no es un secreto guardado a piedra y lodo, además, dicen que en la guerra, sobre todo en los negocios, y en el amor todo se vale, incluso las patadas bajas, los estirones de pelos y las traiciones.
Al otro señor de la Torre lo corrieron por andar de chismoso, ventilando las ajenas vidas de los jugadores, sobre todo el bochornoso caso de Carlos Salcido al que ya nadie le podrá quitar de encima el ominoso cargo que pesa sobre sus hombros, de que le encanta que le soplen la nuca, y eso no tendría nada de raro, si ya se sabe, que en nuestra chabacana sociedad, hay muchos que presumen de machos y a la mera hora, les encanta asomarse por la ventana a ver quién viene mientras hay alguien atrás de ellos, naturalmente que los dueños de los equipos, no iban a permitir que uno de los suyos anduviera de “corre, ve y dile” de las andanzas de los jugadores, que dicho sea de paso, no solamente viven de su talento para meter goles, sino también de la imagen proyectada a través de sus apariciones públicas, que les agencian fanáticas que darían hasta lo que no tienen con tal de acercarse a sus ídolos y seguir soñando que les pueden hacer un hijo, pero así como están las cosas, a lo único que podrían aspirar es a intercambiar secretos de belleza y a prestarse sus vestiditos.
Chepo de la Torre es el actual director técnico de los Diablos Rojos del Toluca, equipo triunfador desde hace muchas temporadas, por supuesto que los altos jerarcas del futbol paisano, le otorgaron el permiso para finiquitar su actual compromiso con el equipo del Estado de México, pero yo que no soy un experto en futbol, ya sabía lo que iba a ocurrir, estos grandes empresarios deportivos son tan predecibles, o tan chismosos, que todo mundo estaba enterado desde hace tiempo, nada más faltaba hacerlo oficial, y como además de dueños de los equipos, son los propietarios de la mitad de los medios difusores de noticias, es decir, de revistas, periódicos, estaciones de radio y televisión, pues ellos mismos hacen la faramalla mediática para generar la publicidad necesaria que sirva a sus intereses millonarios, lo digo, porque el lunes 18 de octubre, desde muy temprano, los reporteros muertos de hambre, vestidos como pordioseros, estaban en la banqueta de las instalaciones de la Federación Mexicana de Futbol, en franco chacaleo, dizque para conseguir la exclusiva de una nota más manoseada que Niurka en un Palenque de pueblo rascuache, o sea, esas son ganas de hacerle al ensarapado, total que Fox Sports, Espn, y los demás buenos para nada, lo único que consiguieron fue tomar en video los carros blindados de algunos de los dueños, ya que muchos de ellos, mandaron a sus representantes para emitir su voto por el único candidato posible, es como el PRI en sus buenos tiempos, que López Portillo era el único por el que se podía votar (Vicente Campa del PCM obtuvo un millón de votos que no fueron válidos) y los periodistas chayoteros como quiera realizaron una amplia cobertura para ver quien se alzaba como triunfador de la presidencia de México, claro que yo era un huerco, pero me acuerdo muy bien de esa desvergüenza democrática del partido en el poder, en fin, así son las cosas en este México nuestro que si sigue así, no me va a quedar de otro que emigrar a la tierra europea de mis ilustres antepasados. Ya dije.