Décadas

De huerco me gustaba sentarme a ver el canal de Ramoncita, bueno, la verdad es que tampoco había mucho de donde escoger, era el canal dos de Televisa con sus programas chafas de toda la vida o el tan gustado programa del payaso “Cascabelito” y es que, en un afán de presentar televisión de alta calidad, la connotada empresaria paisana, contrataba a los valores locales para darlos a conocer urbi et orbi, y claro que yo era fan del cómico norteño, que organizaba concursos con los niños que lo visitaban en las instalaciones de la televisora XEFE y les daba grandiosos premios, tales como lápices, cuadernos del trenecito y a veces, pases dobles para el cine Alameda, pues ahora que me asomé a “Décadas” la nueva gran producción de Televisa, me dan ganas de ver nuevamente los programas repetidos de “Cascabelito”, y es que a estos buenos para nada, ya no se les ocurre nada nuevo, quieren dar atole con el dedo a los mexicanos, por suerte, no todo está perdido, al parecer, por los bajos ratings adjudicados a nivel nacional, muy pronto lo sacarán del aire, a lo mejor estoy hablando de más, pero si no confían en mi buen gusto, échenle un ojo este domingo a las siete de la noche, para empezar, los conductores son el insípido judío Alan Tacher y el coagulo infecto de Adal Ramones, espero que mis palabras no ofendan a sus fans, advierto que es mi opinión personal, no trato de imponer mi criterio sobre el de nadie, cada quien es libre de elegir lo que quiere ver en la telera, si hasta eso, ya existe televisión de paga que es muy barata, o de plano no tienen porque achatarse las nalgas, si se pueden ir a la calle a respirar aire fresco en alguna de las áreas públicas paisanas, váyanse a orear un rato, les aviso que ni se les ocurra venir a la placita Libertad (antes Miada) porque es una boca de lobo, si de por sí, el pueblo es un polvorín, no vaya a ser la de malas que les toque padecer un “quienvive” en la oscura soledad que los vecinos padecemos desde hace meses, no pude aguantar mucho el mentado “Décadas” es un amasijo de varios programas, lo que más gordo me cae es que esos dizque sueños de la raza, los hagan realidad, porque es tan cursi que dan ganas de aventarle una piedra a la tele, aunque como yo tengo una de esas de “Jaigdefinishon” pues la mano se me detiene en el aire, y es que si son bien cariñosas, luego, que presentan a Angélica María que ya está más cachetona que una amiga paisana a la que dejé de ver hace 20 años y era una varita de nardo, y ahora parece todo el árbol completo, aumentó, mínimo unos 50 kilos, la otrora Novia de México, bien podría alquilarse para abuelita del cine nacional y nadie la desdeñaría, porque a sus casi 70 años de lonja, papada y nalga, no tiene a donde acomodarse en el candelero, que ahora, ya las jovencitas de 18 y 20 años son las protagonistas de las telenovelas, pero estas nostalgiosas de la época del rock, todavía quieren ser las muchachas chichas y ya están muy chochas, no digo, no que la metan al asilo Vida y Esperanza, pero por lo menos que alguein le avise que no puede ir por la vida espantando al prójimo con esos desfiguros que hace, conste que no quiero ser más cabrón que bonito, que además, mi cara no es precisamente la de un adonis, pero yo no me presto para salir en la pantalla con semejante bodrio que me ha quedado después de tantas noches de borrachera en los años 90, en los que me tomé todo el güiski que pude a costillas de mis amigos los ricos, porque con los sueldos miserables que me han pagado durante mi vida en el ambiente periodístico, para lo único que me alcanzaba era para mezcal don Bucho con soda de naranja, en fin, si no tienen qué hacerlo, les sugiero que no vean ese programa que reunió a lo peorcito de las televisoras que de las dos no se hace una, pero si por esos azares del destino no les queda de otra más que arreplanarse ante la tele, a mi luego no me reclamen lo que les advertpi con todo el tiempo del mundo. Ya dije.