miércoles, 29 de junio de 2011
Viruses chacualeadores
El domingo estuve chacualeando en una alberca, tal vez fue la combinación del solazo con las caguamas bien muertas, o algún virus perredista, ya se sabe que estos chapulines amarillos del sol azteca son especialistas en colarse a cualquier lado que mejor les convenga, el caso es que, me indispuse, supongo que no es nada grave, ya se los había comentado, queridos lectores, cuando me enfermo soy un cadillo en medio de las nalgas, de hecho, mamá huía despavorida si percibía en mi persona, alguna muestra evidente de dolencia alguna, para mí, un simple resfriado es la antesala de una neumonía y un dolor de juanetes es el preludio de una operación a corazón abierto, si bien dicen los que saben, que hay malestares tan enfadosos que son “la muerte chiquita”, pues así estoy ahora, bien achacoso con mucho llanto y mucho moco pero de cariño poco, y no tengo seguro social, ya que, como no cotizo en el benemérito IMSS pues no soy derechohabiente, supongo que no ha de ser tan mala mi suerte de no poder consultar con los infames matasanos de dicha institución, si a esos malditos lugares la gente entra por su propio pie y sale embalsamada trepada en un carrito del mandado, yo no tengo miedo morirme de lo que sea, si nadie es eterno, pero de verdad me da pavor quedar a merced de algún médico sanguinario de esos que sirven para dos cosas y que en lugar de curarte, nada más te alargan la agonía, pues resulta que el balneario al que me refiero está enclavado en la colonia del Issste, que está allá por el arroyo El Coyote, que ni sé porque le pusieron así, pero así se llama, como que no quiere la cosa me asomé al sitio y francamente es para dar pena ajena, el reducto natural está de mírame y no me toques, a veces me pongo a pensar la buena fortuna que les tocó a los paisanos que nacieron del otro Laredo, porque el lago Casablanca es una lindura, estoy seguro de que si los nativos de las riberas del Bravo que dizque cruzaron el río Bravo para seguir siendo mexicanos, hubiesen sabido lo que les esperaba en el futuro, que todos los ojitos de agua, bueno, no tanto como manantiales, sino simples chorros, serían lodazales repletos de basura, hubieran preferido seguir siendo gringos que andar pasando estas vergüenzas, francamente no sé a qué se estarán dedicando los empleados a cargo de nuestro publicitado alcalde Benjamín, ya que, el globero pueblo está hecho un asco, sobre todo, los espacios públicos, si de por sí, la gente no quiere salir de sus casas por temor a que les pase lo que al perico, con eso de que los poquitos chisguetes de agua o están muy secos o de plano inhabitables, inhóspitos y dados a la chingada, con ese desolador panorama, prefieren quedarse a ver la televisión con su programación chabacana, y hablando del tópico, qué no será posible, teniendo una facultad de comunicación y periodismo en la ciudad, que los universitarios egresaran mejor preparados, no lo sé de cierto, pero quiero entender que la mayoría de los protagonistas de los programas chafas son egresados de dicha institución, antes, muy antes, no existían dichas casas de estudios, y los locutores de radio y televisión eran unas lumbreras, no quiero mencionar nombres, porque mi memoria es tan flaca que incurriría en omisiones imperdonables, pero hay muchos ejemplos en el pasado del profesionalismo en ese competido ámbito, incluso, Nuevo Laredo era un semillero, de aquí se exportaban talentos a otras latitudes, es verdad que en el terreno de la prensa escrita no andamos tan peor, conste que no lo digo por mí, que yo ya estoy más allá del bien y del mal, o sea ya casi de salida, no van a pasar dos años más y es casi un hecho que Dios me llamará a rendirle cuentas para reunirme con los seres queridos que se me adelantaron en el viaje, sino por los jóvenes que se han esmerado por prepararse diariamente, en fin, que de todo me preocupo, ojalá que no me salgan canas de tanto andar elucubrando ideas, insto a mis editores a que saquen a la circulación el suplemento Hojalata, que hace mucha falta, porque lo que hay son revistillas de poca monta en las que sacan puros “recortajes” incoloros, inodoros, y por tanto, inocuos. Ya dije.
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