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martes, 21 de junio de 2011

Congolpes

No es la primera vez que me sorprende el comportamiento antideportivo y hostil de algunos jugadores, pero estos ches negros del Congo se pasaron de cabrones con varios integrantes de la selección nacional de la Sub 17 durante su encuentro en el marco del campeonato mundial de la especialidad en el húmedo y caliente rinconcito moreliano (conste que no es el título de una película de Sasha Montenegro), y miren ustedes, queridos lectores, que me daban ganas de levantar mi teléfono rojo para decirle una retahíla de malas razones a Joseph Blatter, que tanto se ha ufanado durante su dictadura en la FIFA, que una de las premisas fundamentales del deporte más popular del planeta, es el “Fair Play”, es decir el Juego Limpio, y que me perdone este polaco que tiene cara de líder obrero, pero cada día que transcurre, el futbol se ha estado convirtiendo en un deporte de alto riesgo, lo que he podido observar en el juego de México contra el país africano, me dejó pasmado, porque los azulosos morenazos de fuego, cada vez que se acercaban a los jugadores aztecas, les daban una bola de chingadazos a los pobrecitos paisanos que no veían lo duro sino lo tupido, en uno de esos rounds, Gilda Mpassi le puso un patadón a Paco Flores que lo dejó lesionado, francamente, si yo hubiera sido el árbitro, habría mandado al agresor a la silla eléctrica sin juicio previo, y es que, eso del juego de caballeros, es un mito que no se lo cree nadie, ya que, no es sólo el golpeteo constante; las patadas, los manazos, los codazos, sino también las mentadas de madre, y es que, en aras de levantarse con el triunfo, los jugadores son capaces de quebrarle la pata a cualquiera de sus adversarios o hacer chapuza para engañar al árbitro o a los jueces de línea, y le meten la mano a la pelota, como en aquel gol vergonzante de Maradona contra Inglaterra, que todo el mundo lo vio, menos el árbitro, no solamente eso, sino que lo dieron por bueno, en uno de los pasajes más infamantes en la historia del futbol, lo peor del asunto es que los niños y los jóvenes, toman como ejemplo a estos buenos para nada, y el mensaje claro es “no importa lo que tengas qué hacer para conseguir el triunfo, simplemente hazlo”, espero que a los mulas negros congoleños que golpearon a los mexicanos les apliquen el artículo 33 por extranjeros indeseables, o si no lo hacen, que por lo menos se los lleven a un tour por Tepito en plena madrugada, les aseguro que no les quedarán ganas de volver a portarse mal en un deporte que cada día que pasa se mancha más de sangre y violencia sin sentido, al rato, lo anunciarán como en la WWF gringa en la que se la pasan dándose de trancazos ante el regocijo de la muchedumbre sedienta, con música de Rocky o de una película de El Santo, esto va de mal en peor, y francamente no se ve por dónde se habrán de corregir dichas actitudes sociópatas de los jugadores, que con todo y que cantan los himnos para exacerbar el patriotismo de los espectadores, disfrazado de amor por la camiseta que representan, ninguno de los directivos ha podido erradicar la galopante lucha cuerpo a cuerpo en que se ha transformado el futbol, espero que, ahora sí, y de una vez por todas, los miembros de la FIFA se pongan manos a la obra para legislar acerca de los castigos ejemplares que se merezcan los futbolistas que infrinjan los reglamentos de comportamiento decente en la cancha, la violencia seguirá mientras no suspendan de por vida a los mercenarios del deporte más jugado en todo el orbe, esos que en lugar de dedicarse a pegarle al balón, le dan de mandarriazos al rival, ante la complacencia de los árbitros y sus patrones que les pagan buenos sueldos por correr noventa minutos tras los agresores habilitados a futbolistas de alto rendimiento y nunca les ponen un alto definitivo para que se detengan en sus ansias de novilleros. Ya dije.

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