Hipócritas Hipocráticos

Los médicos, y no me refiero solamente a los del globero pueblo, sino a los del país entero, se están pasando de listos, entiendo que se quemaron las pestañas por muchos años, y que sin ellos, la vida sería muy dura, pero no habrá alguien, no sé, lo digo sin tener conocimiento pleno del asunto, una especie de la santa inquisición que regule los procedimientos que realizan, y no solo eso, pero también los precios de sus consultas e intervenciones quirúrgicas, conste que no lo digo por mí, ni por mi familia, que a mi jamás me han cobrado un solo centavo por sus honorarios, pero no porque yo sea privilegiado al tener tantos y tan buenos amigos, me impide ver lo absolutamente absurdo de los costos de una revisión médica, los dizque especialistas, cobran un ojo de la cara, aunque no sean oftalmólogos, los precios están rondando por los Mil pesos, y eso sin hacer nada más que una valoración, es decir, no incluyen los medicamentos, que ese es otro negocio infame en el que están involucrados las grandes empresas productoras que han hecho del dolor ajeno un negociazo que mueve miles de millones de dólares anuales, hagan de cuenta que no les comenté eso que acaban de leer, pero siguiendo con el mismo tema, conozco a varios doctores que han hecho de su profesión un amplio pasillo de corrupción hipocrática, porque para empezar, jamás han hecho suyo el apostolado de curar a los enfermos sin meterles antes la mano en los bolsillos, es decir, les dan el diagnóstico, sea el que sea, y luego les advierten lo que les va a costar y si no tienen suficiente dinero, los mandan al matadero, conste que no me refiero al Seguro Social, ni al hospital General, muchos menos al san José, sino directamente al panteón, lamentablemente para todos los nativos de Nuevo Laredo, ya no están más entre nosotros, los médicos de vocación, esos ya se murieron hace muchos años, claro que siempre ha habido de todo en cualquier época, acuérdense de que varios de ellos se quedaron con el negocio del padre Luciano, aunque ahora se hagan de la vista gorda y se den de golpes de pecho, pero como no tienen ningún pudor de sus fechorías, prefieren la buena vida en este tránsito terrenal que su permanencia en el cielo, total, han de pensar que el fuego del infierno no deberá quemar tanto como el hecho de pasar penurias en esta vida pasajera, los médicos actuales, no digo que todos, pero la gran mayoría, se la pasan muy cachetonamente extendiendo recetas a diestra y siniestra, sin siquiera saber agarrar un bisturí, por supuesto que hay unos peores que otros, los hay que firman recetas para medicamentos controlados o “los come lonjas” que cobran consulta para las gordas que quieren adelgazar con químicos nefastos, los mismos que usan para hacer el raticida, esos venenos que al ingerirlo los roedores, no es que se mueran al instante, sino que se van secando lentamente, sin saber que se están consumiendo poco a poco, como si fueran ratas anoréxicas, sé que no es muy agradable la imagen, perdonen si he ofendido su buen gusto, ya saben que si algo tengo, es que jamás pierdo el estilo, finalmente, los médicos, a menos de que sean de al tiro muy infames robándoles a los pacientitos sus pocos ahorros, nunca podrán tener una casota con alberca y amplios jardines, ni carros lujosos, ni viajes a la playa, ni relojes de oro, lo malo de todo esto, es que hay muchos en el tierrero pueblo que si tienen todo eso y más, sin embargo no los critico, que al cabo son ellos los que rendirán cuentas al Creador cuando los llame ante su presencia y pagarán cara su codicia, eso sí, les aseguro, queridos lectores, que cada uno paga por sus pecados, tampoco quiero sentirme Torquemada para mandar a la hoguera a todos los herejes que se valen de la necesidad ajena para hacerse ricos, pero a poco no habrá algún funcionario que pueda exigirles que no cobren tan caro, que regalen consultas a uno que otro cristiano necesitado y los hospitales que tengan un diez por ciento de sus capacidades de atención para los que no tengan dinero para pagar sus caros servicios.