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miércoles, 10 de febrero de 2010

verde que te quiero verde

Siempre he considerado que algo ha de estar podrido en Dinamarca, cuando en lugar de justicia social para todos, siguen proliferando las llamadas asociaciones civiles en el pueblo, y digo, no me opongo a que le den de comer al hambriento y de beber al sediento, incluso que curen al enfermo, pero esas prerrogativas las debe proporcionar el gobierno, de hecho, para eso es que devengan un sueldo de nuestros impuestos, si no cumplen entonces no están haciendo bien su chamba, no se crean las mentiras que nos quieren contar nuestros inteligentes analistas vernáculos, todos, desde el presidente de la república, incluso el Gordo Carstens que se ha convertido en nuestro verdugo, los gobernadores de cada estado, los alcaldes de las grandes urbes, pero también de los pueblitos tierreros, cada uno de los cientos de diputados, los senadores, los funcionarios de alto nivel, los diplomáticos que sirven para dos cosas, y a veces ni para eso, los secretarios de estado, los dirigentes de los partidos políticos, los líderes facciosos de los populosos sindicatos, y como lo que es grande es en chiquito (nada más no me albureen), todos los síndicos, los regidores, los asesores, los aviadores, algunos periodistas cínicos, los directores de las dependencias y los empleados a su cargo, en una palabra, cada persona inscrita en la nómina gubernamental, son nuestros empleados, así es queridos lectores, no pongan esas caras de qué no lo sabían, por ende, nosotros tenemos todo el derecho de exigirles que nos proporcionen el bienestar que merecemos, o a poco creen ustedes que el alumbrado público, las calles pavimentadas, las plazas, los museos, las casas de cultura, los asilos de ancianos, las guarderías, las fiestas del día del niño, del estudiante y las chabacanas reuniones bilaterales, son pagados de las carteras de los políticos, naturalmente que no, esos gastos son solventados con los dineros de nuestras contribuciones tributarias, lo que ocurre, es que a fuerza de verlos en la tele, de que aparezcan sus personas en las portadas de los principales medios difusores de noticias, sus nombres en los programas de radio, hemos dado en creer que son nuestros benefactores, ellos nuestros patrones y nosotros sus empleados, algunos paisanos, por ignorantes, al admirarlos enfundados; ellos en trajes bien cortados; ellas en finos vestidos, los consideran casi como Señores Feudales, viéndolos con tan alta investidura, consideran que de sus graciosas majestades que irradian nobleza, manan los bienes que gozamos como si fueran frutos del Espíritu Santo, y que por generosos, por magnánimos, por bienhechores, nos proporcionan lo que por derecho nos corresponde, eso se llama saludar con sombrero ajeno.
Antes, muy antes, en nuestro globero pueblo, el agua que salía de los grifos, es decir el agua corriente, era potable, pero eso era en tiempos magníficos de la Junta Federal de Mejoras Materiales, de hecho, el servicio del vital líquido, estaba considerado el mejor de todo el país, los lugareños, con orgullo, decíamos: “el que bebe agua del río Bravo, ya no se va de aquí, y si se va regresa muy pronto”, ahora ya nadie, ni siquiera nosotros, tomamos agua de la llave, si con eso de que le vierten tinacos de cloro en los contenedores, en lugar de filtrarla, para tratar de evitar a toda costa un daño mayor a la salud de sus usuarios, nadie, ni siquiera zimba, la gorda, silvana, paloma y timón, se la beben aunque tengan sed, claro que mis mascotas perrunas son bien chocantes, pero a ellos les da diarrea, no digo que tomen evian, pero jamás han probado el agua de la Comapa, si hasta ese derecho nos han quitado, qué se puede esperar de lo demás, que no vengan ahora estos dirigentes a tomarnos el pelo con eso de Nuevo Laredo Verde porque nadie se los va a creer, si lo que menos tenemos, es esa cultura ecologista, primero lo primero, si en verdad desean convertir nuestro solar porteño en una ciudad amorosa del medio ambiente, que mejoren el agua, y entonces, sólo hasta entonces, nos tragaremos ese cuento, sino es así, seguirá siendo un eslogan sin contenido. Ya dije.

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