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martes, 2 de febrero de 2010

Cómez Mont

Para nadie es un secreto que los políticos de las altas esferas viven como virreyes, es decir, visten con lo mejor, se trepan a carros blindados, sus casonas son señoriales, sus mujeres, o en su defecto, sus hombres, ya que de algunos se sabe que les encanta el choriqueso chorreando harto chile chilaca, son espectaculares, viajan a donde quieren con cargo al erario, disfrutan de los grandes lujos de la vida como si fueran marajás y no funcionarios de nuestro pauperizado país.
No los culpo, no, si dicen que en arcas abiertas hasta el más santo, peca, o algo así, ya estoy como el chapulín, citando los dichos al revés, pero la idea es esa, además acaso no son ellos los que nos representan y tampoco es para que anden de pandrosos comiendo cualquier cosa como si fueran ciudadanos vulgares, tal vez por esa razón, luego de sentarse en la silla que otorga el poder, decidieron que tenían derecho a ejercer su vocación de hedonistas, que aunque la palabra suene como a que apestan feo, en realidad significa que el placer es el supremo fin de sus vidas, oigan, queridos lectores, si Santiago Creel se echó al plato a la Aventurperra de la Edith González y hasta le jincó un huerco, pero lo peor es que la desabrida güera ya se sentía la primera dama, cuando nuestro panista secretario de gobernación todavía seguía bien casado con su actual esposa a la que por cierto nunca dejó por la actricita que habla como si trajera puré de papa caliente pegado en el paladar y dicen, a mi no me consta que el perredista Alejandro Encinas tuvo un soruyito con la negra que salía bailoteando en La Hora Pico, pues ahora, se filtró la información de que el secretario de engordenación, Fernando Gómez Mont, se desvaneció en el medio de una reunión privada con panistas en Veracruz, y la razón fue por qué se excedió a la hora de la comida y es que no era para menos, ya que según testigos presenciales de los hechos, el segundo de a bordo de Calderón y la estrella de su gabinete azul, se zampó casi todos los víveres del localito en Alvarado, Veracruz, donde dicen que con la compra de un “vuelve a la vida” te regalan varias mentadas para llevar, mentadas de madre no de menta, porque las del bonito olor, son para nada más para el dueño que padece halitosis, la nota la leí en SDP noticias que dirige el periodista Federico Arreola, y miren ustedes asiduos fans, lo que el angelito pidió nada más para abrir boca. Cazuela de Mariscos, Camarones para pelar, y Lomo de Robalo al Chile. Para beber, Toritos de Cacahuate. Por si fuera poco, el titular de la Segob también pidió un itacate de Manos de Cangrejo pal camino. Claro que luego de todo eso que se metió, pus le dio un tembeleque, como un día que a mi tío Robustiano le preguntaron: ¿oiga don Tanito, es cierto que usted se come un cabrito completo? Y mi sacrosanto pariente les contestó: “Si, pero con tortillas de harina”, así le pasó a nuestro ínclito funcionario panista, pero tan deliciosa comelitona no le hubiera causado ningún problema, solamente que para remediar su sobre peso, se mandó poner una banda gástrica, que hagan de cuenta, queridos lectores, es como un bozal a la solitaria para que deje de molestar pidiendo comida, y ya a la mitad de la reunión en el hotel Fiesta Inn de Boca del Río, Gómez Mont tuvo una deficiencia por la banda gástrica y apenas un par de minutos luego de iniciada la reunión se desvaneció y lo tuvieron que retirar del lugar, dejando plantados a los panistas, entre los cuales se encontraba Miguel Ángel Yunes Linares, que eso es lo de menos, como quiera dicho desaire inoportuno entre azules se puede entender y perdonar, espero que al Gordo Carsten no le hayan puesto ninguna grapa en la panza porque no se nos vaya a poner malito ahora que tanto lo necesitamos en el Banxico para que nos dé el golpe de gracia y termine de aniquilarnos. Ya dije.

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