La lluvia

La lluvia ha dejado más damnificados en México que el terremoto en Haití, y eso ya es mucho decir, no sé si ustedes han seguido las noticias nacionales, pero ha estado cayendo agua como para desbordar los litorales que serpentean nuestra pauperizada nación, incluso los expertos en el clima han diagnosticado que éste ha sido uno de los meses que ha roto records en la historia paisana en cuanto a precipitaciones pluviales se refiere, ahora si como dice la canción nos llueve sobre mojado.
A mí me gusta que llueva, pero ahora Diosito lindo si se la bañó, si la lluvia no es mala, al contrario siempre es una bendición, lo realmente pésimo es la infraestructura que tenemos para juntar esa agüita y llevarla a nuestros molinos, ahora si hay que reconocerle a nuestro carismático alcalde lo bien que lo ha hecho con estas nuevas obras del colector chingón, porque dicen que con lo de El Niño, La Niña y su mamá, los cambios en las estaciones serán cada más drásticos y dramáticos, así que, al menos no sufriremos tanto de encharcamientos e inundaciones en nuestro globero pueblo, la neta que a mi si me gustaría que Ramón se quedara un trienio más porque lo ha hecho bien, claro que yo cambiaría a todo su cabildo vernáculo, por otro que no fuera tan mañoso, ya sé que no es nada más por antojo de mi parte que lo renovaría, pero es una simple sugerencia, y conste que no lo digo por mal, lo que pasa es que a todos los políticos que ascienden al poder les da por inscribir en la nómina burocrática a sus parientes, amigos, compadres y achichincles que los apoyaron en su campaña, eso sería lo de menos, si antes de firmarlos con los sueldazos que devengan, se les hiciera una prueba de habilidades y varios test de honradez, conste que no estoy acusando a nadie, además aunque lo hiciera, ni pruebas tengo de lo que digo, solamente me baso en los rumores que se oyen por los pasillos palaciegos, en fin, no me hagan caso, queridos lectores, lo que ocurre es que esta chingada lluvia me tiene remojadas las neuronas que aunque saben nadar, como quiera se afectan por la atmosfera que se respira, por cierto fui y vine de Monterrey y la Sultana está muy bonita, hecha con toda la mano, tiene de todo y pa’ventar pa´rriba, no me pregunten por qué, pero tengo la impresión de que un día no muy lejano Nuevo Laredo además de ser el brazo fuerte de Tamaulipas, también será una gran ubre como diría mi hermana Nena que es bien trascuerda, lo único que se requiere es que se le meta dinero bueno a las obras para que bien cimentadas produzcan bienestar a los lugareños.
La lluvia, dicen los que saben de estos asuntos de planeación pública, desnuda a una ciudad, y pasado el temporal se le pueden ver los chipotes a las calles, las fallas a las obras de relumbrón, es decir, se le escurre el maquillaje como a las pirujas amanecidas y quedan horrendas las caras al descubierto sin pudor alguno, pero es como una prueba de fuego para los constructores, lo único verdadero es que es muy difícil que alguien pase trago tan amargo, ya que invariablemente va a surgir algo que eche por la borda el minucioso trabajo de los del departamento de obras públicas, ya que no se salvan ni los del ingrato rubro de Parques y Jardines, porque a estos les da por sembrar arbustos en los camellones, adornar con florecillas silvestres como si emularan a Agustín Lara que adornaba con claveles la Gran Vía, o arbolitos endebles de raíces a flor de tierra que con cualquier aironazo se caen de tajo, ya que ando en eso de los estragos causados por el agua, ái les encargo que se echen una vuelta por la placita Miada para que le den una retocadita a los juegos que están de mirame y no me toques, mínimo denles una embarradita de barniz para protegerlos de la humedad, ¡ah! y a ver si cambian los pisos de las palapas porque el otro día se resbaló mi tía Tencha que como está muy gorda, se fue dando tumbos por el estacionamiento hasta que llegó a La Villasana, lo bueno es que ya estando adentro de la famosa papelería compró dos cartoncillos y varias cajas de plastilina, que necesitaba mi prima Ponciana. Ya dije