Pueblo paralizado

He estado recorriendo el globero pueblo a diferentes horas del día, y no me cabe ninguna duda, es un pueblo paralizado, ni siquiera La Zona, que antes, muy antes, los calenturientos ñoños, le decían Disneylandia, en franca referencia a que era una especie de parque de diversiones, tiene público para los servicios que ahí se ofrecen, no digo, que he acudido a distender mi ocio en los establecimientos, porque nunca he estado en esos lugares de vicio y perdición, ya que, mi guía espiritual, siempre me lo había prohibido so pena de mandarme derechito al Cielo del Muerto, andando el tiempo, me enteré de que era un tugurio de mala muerte, lugar al que el santo cura se metía para predicar el evangelio entre los parroquianos pecadores, o al menos, eso fue lo que le confió a un feligrés que se lo encontró bien pedo y bien loco, bueno, pero él ya está juzgado de Dios y espero que el Creador lo haya perdonado de todos sus pecados, conste, queridos lectores, que la presente columna no es para atacar a nadie, lo único que quiero es reseñarles el tour que realicé el fin de semana y en el cual me percaté que ni la plaza de Toros tiene eventos, está más sola que Monterrey en colecta de la Cruz Roja, los restaurantes de regular nivel no tienen clientes, y francamente no sé cómo le estarán haciendo para no irse a la quiebra con tantos gastos y tan pocas ganancias, los antros, ni siquiera a los que acuden los niños ricos, tienen visitantes, los pocos que van, se toman una cerveza y se retiran antes de la medianoche, en fin, que todo está como detenido en el tiempo, se me figura como una de esas tomas en cámara lenta en donde la vida no avanza, a veces, me da miedo que esto se vaya a quedar así para siempre, aunque es cierto eso que dicen los sabios, que no hay males que duren cien años, ni pendejos que los aguanten, al menos, esta semana no se pasó en blanco, y no todas han sido malas noticias, ya que, resulta, que los directivos de la Feria, que no sé ni quienes sean, han de ser los mismos de toda la vida, si hasta parece el club de Tobi, que no dejan entrar a mujeres ni a nadie que se le vaya a antojar meterle mano a las arcas de dicha asociación que sirve para dos cosas, para nada y para dos nadas, han decidido que este año, no habrá feria, y yo, que he sido, desde hace mucho tiempo, un neolaredense con criterio, siempre he estado en contra de que se siguiera realizando, además, he aconsejado que esos terrenos polvorientos llenos de caca de reses, que se regalen a la escuela secundaria Dos, porque no es saludable para nadie, que se siga levantando tanto desmadre en ese solar tan habitado por familias decentes, y es que, veinte días de borrachos y pirujas, son demasiados para los ciudadanos de ese rumbo, finalmente ya no hay nada que exponer en un evento que se fundó con ese objetivo, la verdad es que vienen artesanos de puras mugres de tres pesos y fritangueros de gorditas, me alegro que se haya tomado esa decisión, ya sé, que muchos de ustedes, queridos lectores, les ha de encantar andar en esos bretes de la coronación de la reina y su cursi comparsa pueblerina, o de irse a sentar al teatro del pueblo para ver al payasito Bolita y su gracioso perrito Firulais, pero les aseguro que eso es lo mejor que nos pudo haber pasado a todos, por si fuera poco, como en las bodas de tres días de los ranchos, siempre hay dos o tres muertos, y lo peor, es que todas las mercancías son carísimas y de mala calidad, pues que bueno, que ya no habrá feria, pero ojalá que sea para siempre, que ya no se haga nunca más, y que si alguna vez vuelve a la vida como Lázaro, que sea muy lejos de donde están ahora sus instalaciones, que la hagan allá por Anáhuac o Piedras Negras, yo, cuando tengo ganas de una buena feria, me voy a san Marcos, que esa si está hecha con toda la mano. Ya dije.