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sábado, 20 de agosto de 2011

Pensión alimentaria

No están ustedes para saberlo, pero yo si para contarlo, resulta que, mi tío Melquiades, con ínfulas de protagonista de película del Indio Fernández, era de esos machos a la mexicana, que donde tiraba el salivazo engendraba un hijo, y como no mantenía a ninguno, pues igual le daba tener dos que veinte, eso sí, a todos les otorgaba su eufónico apellido, incluso, al momento de firmar en el registro civil, se tomaba la foto con la criatura y la madre para que constara en los anales de la historia que él era el padre del huerco, naturalmente que se ufanaba de su cómoda posición, y es que mantenía encerrada a piedra y lodo a su legítima esposa, es decir, a doña Refugio, a la que de cariño, aunque no la queríamos tanto porque era muy tacaña, le decíamos tía Cuquita, todo era plan con maña para que su candorosa mujer no se diera cuenta de sus correrías, pero quien sabe cómo se enteraba la santa señora de cada furtivo advenimiento, también es cierto, que el cínico de mi pariente, se agarraba unas guarapetas de tres días en la cantina “Ojos Verdes”, y ya bien pedo, mandaba traer el fara fara para gritar a los cuatro vientos, montes, valles y todas las potestades un “habemus huerkus”, o sea que le había nacido un heredero, en lugar de pagarle el parto a la pobre incauta se gastaba toda la raya en pura cerveza y pajuelazos de tequila reposado, y es que, era muy invitador de pistos para la runfla de sus compadres gorrones, que le daban por su lado, hagan de cuenta, asiduos fans, como la burocrática comparsa lambiscona que persigue a todos lados a Benjamín Galván nuestro publicitado presidente municipal, que durante años, apareció impreso hasta en los folletos de ofertas de Soriana, bueno, pues esa época aciaga de nuestras injustas leyes se terminó, y si el santo Tribunal de Justicia del Distrito Federal no dispone otra cosa, a los pelados baquetones, que se nieguen a darle pensión alimentaria a sus bodoques, los van a meter a la cárcel con todo y chanclas, faltaba más, faltaba menos, eso de que: “yo te hice el chamaco, pero no tengo obligación de mantenerlo” se acabó, quien sabe si a las mujeres, que se sientan muy chingonas para darles techo, comida y sustento a sus vástagos, les vaya a gustar el asunto, espero que no se hagan el jarakiri para hacerse las mártires de la patria, no quiero decir con esto, que tengan el deseo de oponerse al mandato judicial, pero hay algunas tan torpes, que de seguro van a poner el grito en el cielo al enterarse del fallo de la justicia, a varias les ha de encantar ser las protagonistas de sus historias de telenovela de la cuatro de la tarde, en fin, solamente espero que “el chivo” que les otorguen de acuerdo a los ingresos del padre, no vaya a ser de tres pesos como los viáticos del seguro social cuando transfieren la atención médica de los derechohabientes a los hospitales regionales de especialidades, porque nos les alcanzará ni para los danoninos, como siempre, el gobierno de Marcelo Ebrard, es el que, ha puesto, como Prometeo, el fuego sagrado al alcance de los simples mortales, lo que en otros países se persigue de oficio, en nuestro país, apenas ahora, en pleno siglo 21, cuando el mundo es una aldea global, se ha implementado esta ley, claro que, como no es papá gobierno el que se encarga de sostener a dichas familias disfuncionales, como en las naciones del primer mundo, pues que chingaos les iba a importar, que los responsables se hicieran de la vista gorda por la infamia cometida contra sus propios consanguíneos, lo que sí es un hecho, es que, ya nada volverá a ser igual en este México pintado de azul, que pronto, muy pronto será de distinto color, confiemos en Dios, mientras tanto, oremos

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