Mamá tenía una extraña visión de la vida, un día, se levantó de la cama, con la idea de que moriría en cualquier momento, así que, como buena sibila, me pidió no le avisara a ninguno de sus hijos que no hubieran estado al pendiente de su salud, tajante, me dijo: “si no les importo de viva, mucho menos de muerta”, y así lo hice, pero su muerte fue tan voraginosa, que ya para cuando me di cuenta, apenas alcancé a solicitarle que se desdijera de la promesa que, a fuerza del inmenso amor que sentía por ella, me hizo jurarle ante el Dios del Altar, amándome con tan profunda devoción y para no causarme semejante aflicción, me dijo que estaba bien, que no la incinerara, y es que, durante muchos años, esa imagen persistió en mi mente a partir del momento en que a doña Juanita, se le ocurrió que le gustaría convertirse en cenizas, solamente que, el fuego, así como tiene que ser, en llamaradas voraces para quebrantar los huesos y reducirlos a la nada del polvo, se me figuraba como una especie de infiernito, castigo al que mamá no era merecedora, ya que, siempre fue una mujer virtuosa, es cierto, era mal hablada y generala, pero muy buena cristiana, por supuesto que no la incineré, yo no iba a cometer semejante sacrilegio a los amados restos mortales de mi santa madre, así que, la enterré en su hermosa envoltura carnal, y es que, siempre he considerado que los muertos deben rendirle tributo a la tierra, si del polvo venimos, al polvo volveremos, pero de manera paulatina, bajo las leyes naturales de Dios, no con instrumentos del hombre codicioso que carroñero ha hecho un buen negocio de los procedimientos artificiales para hacer realidad los deseos de los deudos, que quieren deshacerse, lo antes posible, del difuntito y desaparecer hasta su recuerdo, hace unos días, mamá cumplió doce años de muerta, no fui a verla al panteón, aunque ya había estado ante su tumba, una semana antes, y es que, mi hermana Alma, hubiese cumplido años el 15 de Julio, entonces, mi hermana Nena (siempre hay una Nena en cada familia), pasó por Ana y por mí, para rezarle un rosario a nuestra querida hermanita que se nos adelantó en el viaje, no quiero sonar a viejillo moquiento y llorón, pero es reconfortante tener un sepulcro a donde ir a llorarle a nuestros muertos sagrados, esa tarde, pasamos por muchas tumbas abandonadas; llenas de maleza, polvo y olvido, es doloroso observar la manera absurda en la que los vivos se olvidan de sus muertos, si para allá vamos todos, digo, los que corramos con la suerte de que alguien se apiade y nos dé cristiana sepultura, toda esta semana me he estado acordando de mis difuntos, y no que, esté invocando a la muerte, que nadie se muere de antojo, aunque es verdad, que la mayoría de las personas quieren vivir más y más, lo peor de todo es que tampoco quieren envejecer, cosa que no se puede evitar, Dios si perdona, pero el tiempo, el implacable e inexorable tiempo, ese no perdona a nadie, en fin, de todo eso he estado pensando en estos días, espero que no los haya deprimido, asiduos fans, y como esta columna la estoy escribiendo el sábado por la tarde, pues, con unas caguamas bien muertas, seguramente se me disipará la morriña que traigo, mañana les reseñaré una fiesta de graduación a la que fui invitado por Sammy, un amigo de mi sobrino Robi, y yo, que casi no tomo (consejos) me puse una guarapeta de órdago, tanto así, que amanecí a las diez de la mañana trepado en un destartalado camión urbano que me trajo hasta la casa, gracias a Dios, lo pasé muy bien, pero de los detalles de la Prom de Chano hablaré en La Guillotina de este martes, espero que esta semana canícular, les sea leve, les aconsejo que si quieren refrescarse vengan de paseo a la placita Miada que por las noches corre mucho aire, les aviso,
por estos rumbos no hay violencia, ni inseguridad, en esta zona blindada todo está muy tranquilo, ni los animales nocturnos se atreven a andarse paseando para hacer desmanes, bien dice mi tía Chana que en paz descanse cuando se muera… el diablo sabe a quién se le aparece. Ya dije.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario