Nuevo Laredo en tiempos del sarampión

No quiero decir que todo lo que se ha hecho en el rubro de salud pública en el globero pueblo haya sido un estrepitoso fracaso, pero, díganme ustedes, queridos lectores, cómo chingaos se puede explicar que, de pronto, así como si fuera por generación espontánea, se estén dando casos de sarampión en las colonias de la periferia, supongo que, puede ser a causa de los pésimos servicios sanitarios a cargo de nuestro chafa gobierno municipal, es decir, del agua potable, drenaje y en general de la limpieza urbana, hasta donde tengo entendido, el virus que produce la enfermedad es muy contagioso, bastaría con una sola persona infectada en un barrio, para que, los que no tuvieran suficientes defensas para resistir el embate del bicho, se les pusieran los ojos como de jicama con chile y les brotaran granos purulentos en todo el cuerpo, y es que, ese ente patógeno, puede sobrevivir al aire, es decir, que en lugar de morir al contacto con el medio ambiente, lo utiliza como vehículo para alojarse en los organismos de los seres humanos, lo más extraño de los enfermos de sarampión, que dicho sea de paso, se detectaron en la colonia Valles de Anáhuac y Villas de Sanmiguel, es que, se supone que esa y no otra, es la labor de los buenos para nada del sector salud local y estatal, asegurarse de que, en cada campaña de vacunación masiva, sean vacunados todos los niños mayores de 18 meses, porque se supone que el virus ha sido erradicado de nuestras mexicanas tierras, pero quiero suponer que, las anteriores administraciones no han hecho su chamba como es debido, y es que, algunos de esos medicuchos políticos, no les importa que los empleados a su cargo dejen sin la protección a nuestros huercos, en este momento, hay una alerta a nivel nacional a causa de este brote de sarampión, espero que, por lo menos, se les haya ocurrido implementar un cerco sanitario en esos rumbos en los que se presentaron las personas infectadas, lo bueno es que yo no tengo parientes por aquellos solares, pero lo malo, es que ya anda navegando por los corredores del aire, a ver si no resulta que al rato esto se convierte en una epidemia de descomunales proporciones, ya sé, lo que van a decir los funcionarios de nuestro gobierno local, que soy un cabrón mal intencionado que lo único que busco es perjudicarlos en su trabajo para que los echen a patadas de sus apetitosos puestos, la verdad, ni siquiera se me ha ocurrido semejante despropósito, por mi, que se queden hasta el año de Hidalgo, lo que me parece un atentado a los ciudadanos y un crimen de lesa humanidad, es que no se haga el peinado completo de las zonas con población infantil para vacunarlos, antes, muy antes, se había pensado que, esa vacuna triplevirica, es decir, que dicho coctelito, cubre del contagio del sarampión, paperas y rubeola, ahora sí, se puede aplicar aquello de que matan tres pájaros de un tiro, tenía efectos colaterales, sólo que no hay otra manera de prevenirlas, es decir, aunque fuera cierto que andando el tiempo, a los inoculados con la vacuna, les salieran pelos en las orejas o les provocaran disfunciones cerebrales, como quiera tendría que aplicarse, la Organización Mundial de la Salud ha asegurado que el sarampión es la primera causa de muerte infantil que se puede prevenir con la vacunación a tiempo y en forma, así que, no hay que ser muy avispado para dar por sentado que se trata de la única opción con la que se cuenta, no hay que olvidar, y con esto, no quiero ser apocalíptico, o como decía mi tía Chole, “un ahuizote”, es decir, de mal agüero, que el sarampión es una peste que exterminó a millones de seres humanos, y a como van las cosas, con tantos rebrotes, no está muy alejada la idea de que se propague rápidamente si no se toman las medidas cautelares para impedirlo. Ya dije. P. D: En estos días hablaré de los contenedores de agua en los que se suministra el vital líquido en garrafones, esos que están en las tiendas de conveniencia, los que salubridad debería de quitar cuanto antes porque son focos infecciosos, luego les digo a lo que me refiero, queridos lectores.