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sábado, 18 de diciembre de 2010

Tirar la casa por la ventana

Mi tía Pomposa es de esas mujeres, como las hay muchas en el globero pueblo, que presumen lo que no tienen, mamá, para referirse a ese tipo de señoras afrentosas, decía: “esta vieja es de las que presumen de J.C Penney y compran en “El Cañonazo”. Mi sacrosanta parienta, con tal de quedar bien con sus amistades de cierto pelo, aunque ella siempre ha creído que son de terciopelo, es capaz de empeñar su alma al diablo, cuando cumplió quince años mi prima Robustiana que como su nombre lo indica, es una norteñota bien dada, guapa, grandota, llena de vida, con cachetes de manzanita cubierta, le mercó su vestidote ampón con harta pedrería y sus moñotes en las hombreras, ya entrada en gastos contrató a la banda de guerra de la secundaria 7, esos que tocan bien bonito, que hasta a uno le dan ganas de chillar cuando escucha el marcial acompañamiento, claro que la niña escogió al muchacho más guapo del barrio, y para que aceptara ser su chambelán, le tuvieron que dar un dinerito, no conforme con el pago, al galancillo esquinero, cada vez que acudía a los ensayos, le tenían que comprar lonches de Salazar, quesque porque le gustaban mucho, así que entre los preparativos del pachangón, el banquete, la música, los arreglos florales, la limosna para el padre que oficiaría la misa, las fotos del Estudio Ibarra, la publicación en el periódico, la limusina adornada como calandria del centro y los piquitos que siempre salen, se fueron varios miles de pesos, mi familiar, no dudó ni un instante en empeñar sus valiosísimas joyas, confeccionadas en “Regalos Tú y Yo”, también atravesó un terrenito que tenía a las afueras de Laredo, total para no hacerles el cuento largo, se pasó dos años pagando todas las deudas, claro que perdió sus medallitas de la virgen de san Juan, su semanario de chapa de oro, las cadenitas de oro italiano, un brazalete herencia de mi abuela Ponciana y hasta una peineta de plata con incrustaciones de carey que estaba toda escarapelada, pero eso sí, la runfla familiar decía de las fiestas de mi tía Pomposa: “La tía Pompi echó la casa por la ventana”, lo que nadie se imaginaba era que ese dicho, que parecía sacado de alguna anécdota de ejido, en realidad tiene su origen en los estertores del siglo dieciocho, cuando en 1763, el rey Carlos III instauró la lotería en España, ya que, quienes resultaban agraciados tiraban por la ventana todos sus muebles y enseres viejos, con ese ritual, mostraban su alegría por dejar atrás una etapa de pobreza y dar comienzo a una nueva vida llena de lujos y riquezas.
En la actualidad, la expresión “Tirar la casa por la ventana” se utiliza ante una situación de derroche o también se emplea para dar a entender que alguien vive por encima de sus posibilidades económicas, como en el caso particular de mi tía Pomposa, que gasta hasta lo que no tiene con tal de lucirse por todo lo alto, en fin, de esas gentecitas pretenciosas hay muchas en cualquier lugar del mundo, y no es que esté del todo mal, si al fin y al cabo, el dinero se hizo redondo para que ruede y de papel para que vuele, lo único malo es que pasado el boato del esplendor de la fiesta, andan con las jetas blancas de hambre, pidiendo prestado a todo mundo con tal de comer con manteca de perdido una vez al día, por cierto, hoy por la noche estaré presente en el salón del hotel Camino Real para ser testigo de la graduación de la facultad de Enfermería y Obstetricia de la UAT, fiesta a la cual he sido requerido por mi amiga Marisol Castillo, que con el afán de progreso académico, se internó en los vericuetosos laberintos del aprendizaje para ser una enfermera titulada y ha resultado tan buena educanda que se ha colgado todos los blasones de tan prestigiada escuela de la que salen todas las profesionales del oficio que algún cursi, bautizó como los ángeles blancos, ya se sabe que los merodeadores de diccionarios de sinónimos, antónimos y adjetivos se pintan solos para confeccionar frases de las cuales se sienten orgullosos. Mi enhorabuena a Marisol, sólo espero que esta noche, haya comprado una buena botella de whiskey y no una pachita de mezcal don Bucho. Ya dije.

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