Marisol Castillo Garza

El sábado, asistí a la fiesta de graduación, o como dicen los pochos, al “Prom”, de mi amiga Marisol Castillo Garza, la verdad, es que, ahora de viejillo, administro muy bien mis apariciones públicas, antes, lo reconozco, era ajonjolí de todos los moles y aceituna de todos los Martinis, no que, ya no reciba invitaciones, si hasta eso, a pesar de ser tan elusivo, esquivo y desairoso, me siguen requiriendo para los eventos sociales de mayor trascendencia del globero pueblo, quesque un día, según dicen los fementidos políticos vernáculos, será una metrópolis (jajajajaja), y a como veo, se me hace que no llegará ni a zona conurbada de Bustamante, Nuevo León, a menos de que ese mito del ave Fénix, se pueda volver una realidad, pero es más difícil renacer desde los escombros que de las cenizas, porque ahí quedan rescoldos del fuego que hubo algún día, lo bueno es que yo le haré como los riquillos paisanos que son igualitos a los exiliados de los países en problemas, que se la pasan cómodamente en sus viditas, pero eso sí, llenos de nostalgia por volver a su tierra, sólo que prefirieron otro suelo para no arriesgar sus valiosos pellejos, en fin, pero estoy ante la computadora para describir la orgullosa alegría de haber sido convidado por Marisol para compartir al lado de su familia; de su hermosa hija Valeria, de sus distinguidos padres los esposos Garza Castillo, de su guapa hermanita y su hiperactivo hijo, que dicho sea de paso, fue quien disfrutó más de la pachanga, de su amigo Gustavo Luxor Ornelas, de su novio René García y de este que ahora redacta la presente columna, hubo de todo un poco, uiski, vino tinto, botanas, chocolates (unos kissotes que hasta me traje varios a la casa), una cena de pechuga rellena que estaba muy fría pero con hambre me supo a gloria, además lo importante en estas reuniones en las que se enseñorea la dicha por un objetivo concluido, no es el platillo, el verdadero goce es estar con la gente que uno quiere, y yo, a pesar de que soy muy crítico con Marisol, la admiro porque me ha demostrado con su ejemplo, que cuando se quiere se puede, que el que no quiere prepararse, es simplemente porque es apático, abúlico y un huevonazo baquetón, a ella la conozco hace muchos años, bueno, no tantos, ya que ambos somos sumamente jóvenes, tiene una carrera profesional; es diseñadora gráfica con maestría y varios postgrados, ha sido profesora de la materia en universidades privadas, pero un día, me dijo: “fíjate que tengo mucho tiempo libre, me voy a meter a estudiar enfermería” y así, sin más ni más, se inscribió en la muy honorable facultad local, con tan buena suerte, que le encantaron las materias, al poco rato, era la mejor de su clase, pero no conforme con obtener buenas notas, adelantó grados, así que todavía se dio tiempo para hacer una maestría especializada, además también tuvo la oportunidad de viajar a España y prepararse para traer a sus compañeros los conocimientos adquiridos, en fin, que la noche del 18 de Diciembre, fue redonda en todos sentidos, la fiesta tuvo lugar en el Hotel Camino Real ante una selecta concurrencia que disfrutó de música en vivo, alegría que se prolongó a lo largo de toda la velada en una atmosfera de dicha por los graduados en la licenciatura en Enfermería Generación 2007-2010, claro que hubo torna graduación, pero de esos detalles ya no hablaré, primero porque no soy indiscreto, segundo porque no soy indiscreto, tercero porque no soy indiscreto, lo que sí es un hecho es que me divertí muchísimo, y si Marisol me volviera a invitar, sin dudarlo diría que sí, a ver, ahora, ya que es tan ocurrente en eso de los estudios, que se le antoja para seguir preparándose profesionalmente, ojalá que Dios la acompañe en cada paso que dé, que bien se lo merece, por otra parte, y antes de finalizar, les quiero desear a todos ustedes, asiduos fans, que pasen, en compañía de los suyos, una muy Feliz Navidad y que el año que viene a la vuelta de la esquina, sea venturos; lleno de salud, prosperidad y amor. Así sea y así será.