Exigencia

Estos primeros días del año son una buena oportunidad para hacer un recuento de las bendiciones que hemos recibido durante dicho periodo de tiempo, yo, por lo pronto, he de caer de rodillas, ante el altar mayor de la parroquia del santo Niño, en un acto de profunda fe, para elevar una fervorosa plegaria con el único propósito de suplicar al Creador, que de una vez por todas se acabe el tormento de vivir en un pueblo como éste; lleno de funcionarios cobardes, mentirosos y pusilánimes, que en lugar de asumir sus responsabilidades, salen a desmentir ante el mundo lo que todos los habitantes padecemos a diario, ya sé que no es tarea fácil, pero gobernar una ciudad como Nuevo Laredo no es nada más poner cara de pendejo a la hora de la foto, es al revés, hay que tener mano dura, voluntad férrea y unos riñones bien puestos, supongo que es más fácil irse corriendo a vivir a Laredo, Texas custodiado por los poderosos gringos que quedarse a vivir bajo nuestro cielo, no digo, no, que salgan a desgarrarse la camisa para mostrar el pecho en señal de franco reto contra los malosos, pero exijo que se queden habitando su misma casa, porque si no oyen ni las balaceras, ni los bombardeos, ni el desmadre que se traen estos malandrines, pues como podrán poner manos a la obra si no padecen ninguna de las calamidades de la violencia vernácula.
Nuestra ciudad, ha pasado de ser la aduana más rica del país y una de las más importantes del mundo, para convertirse en un bastión de impunidad y corrupción, porque ni modo que uno de estos mustios masiosares tamaulipecos, salga a desmentir que los bandoleros asesinaron al casi gobernador Rodolfo Torre Cantú y, decir que, como en el caso del cardenal Posadas, lo han de haber confundido con un compadre que le debía dinero, lo malo de andarse con mentiras, disimulos y encubrimientos, es que al rato todos vamos a creerles lo que nos dicen de manera “oficial” y dudaremos hasta de lo que vemos de manera cotidiana en el pueblo, ya sé que es muy difícil que el gobierno federal nos crea a nosotros, que no somos nadie, lo mismo ocurrió en Colombia, en sus tiempo de gran Señor, el capo de todos los capos, Pablo Escobar Gaviria fue representante a la Cámara suplente para el Congreso de la República de Colombia en 1982, es decir, la historia se repite en este México nauseabundo, porque ni modo que nadie se dé cuenta de la realidad, lo que pasa es que como todos reciben su tajada del pastel, pues tampoco es cosa de que estos buenos para nada, trepadores del sistema, dejen de estirar la mano.
Yo, lo advierto de una vez por todas, que si el actual alcalde Benjamín Galván Gómez se muda a vivir a Laredo, Texas, como lo hizo Ramón Garza Barrios, que por cierto todavía está en funciones, o al menos le quedan unas cuantas horas en el puesto, elevaré mi más enérgica protesta ante cualquier instancia estatal, nacional o internacional para obligarlo a que se quede a vivir en el medio de la zozobrante ciudad que nos han heredado toda esta runfla de funcionarios, además, y eso me da más coraje, se hacen como que la virgen les habla cuando un periodista foráneo les pregunta respecto a la inseguridad, prometo ante Dios y antes ustedes queridos hermanos lectores, que haré válido mi derecho ciudadano a exigir lo que me corresponde, ya no toleraré que me den más pan con lo mismo, que si éste, o cualquier otro ejecutivo de cierto nivel a cargo de algún puesto jerárquico en el andamiaje burocrático del ayuntamiento de Nuevo Laredo del trienio que apenas empieza, se va a vivir o vive en el lado americano, que no lo dejen, por ningún motivo y bajo ninguna circunstancia, que administre un solo centavo de nuestros impuestos, si tiene miedo a deambular por estas calles de Dios, entonces que se vaya y le pida chamba a Raúl Salinas, a Henry Cuéllar o al H.E.B, pero que no venga a querer vender la idea de que da la vida por su patria chica, mientras todos aquí, andamos pecho a tierra y con el susidio de que en cualquier momento nos va a llevar la tía de las muchachas. Ya dije.