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jueves, 23 de diciembre de 2010

No digas, no preguntes...

Nadie, y cuando digo nadie, es nadie, debería de meterse en asuntos sexuales ajenos, ya que, cada quien es libre de hacer de su cul… pa un papalote y echarlo a volar, faltaba más, faltaba menos, también es cierto que antaño esos temas eran tan espinosos que si alguien veía que un niño caminaba meneadito, los papás, inmediatamente le exigían que se comportara como machito y hasta iban a la zapatería El Gallo a comprarle botas Montana para que pisara fuerte, pues ahora resulta que el ejercito gringo ya derogó la ley de: (Don’t ask, Don’t tell) “No preguntes, no digas” que se refiere a las preferencias sexuales de los soldados, al legislar sobre este asunto, lo que se daba por hecho, es que si los servidores públicos del Army, se atrevían a declarar que les rechinaba la reversa, los ciudadanos de a pie, es decir, los paga impuestos gabachos, pondrían el grito en el cielo y es que, por extrañas razones, se da por sentado que los homosexuales son miedosos, pero una cosa es que les encante el camote enmielado y otra, muy distinta, que sean cobardes, timoratos y culebros como algunos sorchos mexicanos, que “evitan correr riesgos”, hay de todo en la viña del Ejército, lo que pasa es que existe un estereotipo marcado, de que los jotitos son mariquitas sin calzones se los quitan y se los ponen, dicha ley prohibía a cualquiera que: "manifieste su tendencia o intente mantener prácticas homosexuales" servir en las fuerzas armadas de los Estados Unidos, porque "podría crear un riesgo inaceptable para los altos estándares morales, el buen orden y disciplina, y la cohesión de la unidad que es la esencia de la capacidad militar."
Lo raro del asunto es que, quien impuso la ley, según esto, de buena fe, para darle cabida a los gays en el army, fue el mismísimo Bill Clinton, aquel presidente de dudosa moral, que metía al salón Oval a la mamá Dora de la Lewinsky, hasta corría un chiste acerca de lo que la becaria le hacía al otrora hombre más poderoso del mundo, en el sentido de que la Jilari ya no pudo tener más hijos porque Mónica se los comía, ya sé que es un chiste corrientísimo, pero no quise dejar pasar la ocasión de ponerlo, porque era la única oportunidad que iba a tener en lo que resta de mi estancia en esta página tres de Show, naturalmente que jamás he sido vulgar, eso sí, soy maldiciente hasta decir basta, pero siguiendo con el tema que ahora concierne, a mí, me alegra el hecho de que respeten a las minorías, sean las que sean, no puedo imaginarme que yo porque tengo el pelo como de negro africano, haga mofa de los calvos nomás porque se les juntaron las entradas con las salidas, naturalmente que no debe de ser del todo deseable quedarse pelón a temprana edad, pero eso no convierte a nadie en un sujeto desagradable o que lo boten de los clubes sociales solamente porque tiene copete de hueso.
Actualmente la ley se ha debatido y ha estado muy presente en los medios de comunicación del país porque Obama prometió abolirla, cosa que ya ha sucedido para beneplácito de los defensores de los derechos humanos del mundo, por cierto que varios militares condecorados y con buena reputación han expuesto sus casos ante la mirada pública como el Teniente Coronel Víctor Fehrenbach, el Teniente Dan Choi o la Cadete Sargento Katherine Miller. Y es por todos, conocido que, los ciudadanos norteamericanos, en su gran mayoría están de acuerdo con que los homosexuales puedan, sin problemas, servir en el ejército.
Yo, la verdad, no sé porque dan tantos brincos estando el suelo tan parejo, si eso de que los homosexuales tengan altísimos puestos en los diversos gobiernos del mundo, es más viejo que caminar para adelante, ni modo que uno se haga de la vista gorda, con lo que es tan evidente como un negro tirado en la nieve.
P.D: Ya sé, que algunos de ustedes, asiduos fans, solamente me leen el domingo, así que aprovecho para extenderles una cariñosa felicitación por estas fiestas decembrinas, que Dios nos cuide a todos y nos colme de muchas bendiciones que nos hacen tanta falta. Ya dije.

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