jueves, 16 de diciembre de 2010
Policías premiados
Siempre que premian a un policía, me siento tan fuera de lugar, que no sé si reír o llorar, y es que estos mondados celosos guardianes del orden nunca se han distinguido por ser los mejores servidores públicos de nuestro violentado país, en Twitter me enteré de que Marcelo Ebrard, el dizque mejor alcalde del mundo, según una revista equis de un pueblo olvidado de los Estados Unidos, ya entrado en gastos, organizó una ceremonia chabacana para tener un buen pretexto de aparecer en la telera y en todos los periódicos posibles e imposibles, así que en esta ocasión se propuso dar galardones a los mejores policías del D.F, claro que no le puse atención a los nombres, pero lo que es bastante chistoso, es que en la ciudad en que se cometen más delitos del mundo, todavía alguien se atreva a andar celebrándoles su ineficacia a estos panzones, supongo que deber haber buenos elementos, si tampoco tengo la idea fija de que todos son peores que el alma de Judas Izcariote, pero miren ustedes, asiduos fans, ahora, nadie, ni siquiera la mitotera de mi tía Amparo Federal, confía en ningún cuerpo policiaco, yo, por ejemplo, el otro día, estando en la banqueta de mi sacrosanto hogar, escuché un estruendoso rechinadero de llantas de uno de esos cabrones que les encanta andar asustando a las criaturas, y para mi estupor, veo a un imbécil haciendo ceritos en el estacionamiento de la tres veces heroica Placita Miada, lo cual me parece un atropello a la tranquilidad del barrio La Loma, y lo que es peor, atentando contra la integridad de los niños asistentes al sitio de solaz y esparcimiento, inmediatamente saqué mi Nextel y marqué al número de emergencias, me dijeron: “van para allá”, todavía es hora que los estoy esperando, por supuesto que no quería levantarle cargos al gañán, pero sí que se dejara de esas peligrosas exhibiciones, también es cierto que en estos tiempos que corren, ya no sabe uno si es buena idea hablarle a los policiacos hombres, porque a lo mejor se ponen del lado del malandrín y entre todos te dejan bailando con la más fea, conste que no estoy hablando por hablar, lo que me parece temerario de parte de estos malandricillos de quinta, es que toda esa runfla saben que en esta zona no pueden andar con esos circos, porque se atienen a una severa reprimenda por el que nos cuida a los habitantes de este sector, a lo mejor es que se le hizo fácil, pero de unos madrazos de seguro no se salvó, hasta eso, siempre hemos corrido con suerte de que aquí nunca nos ha pasado nada malo, en mi casa, todavía en tiempo de calor, dormimos con la puerta abierta de par en par, y nadie se ha atrevido a meterse, el diablo sabe a quién se le aparece, ahora ya sé, que es mejor tener un amigo en el ámbito de los todopoderosos, que tener una arma contundente debajo de la almohada, pero les decía que el carnal Marcelo, luego de hacer las ciclopistas, la pendejada de las pistas de patinaje y otras linduras, ahora, con tal de hacerse promoción como el Peña Nieto, que sale en todos lados con cara de preciso, ha dado trofeos como de kermes, un chequesón de 500 pesos y una dotación de productos de limpieza “Blancura Extrema” a los mejores policías del D.F, cuando el propio director del departamento de seguridad pública, pidió a los habitantes capitalinos, que vieran el espectáculo del Bicentenario por la tele por aquello de la inseguridad, okei, ya no diré nada a ese respecto, porque van a creer que soy de al tiro bien mula con nuestros oficiales preventivos, yo, si fuera el alcalde de Nuevo Laredo, premiaría a los de Protección Civil y a su director Juan Ernesto Rivera, que bien se lo merecen, pero a ninguno de los policías, a esos que los metan en una jaula y los manden al zoológico de Chipiculco. Ya dije.
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