jooble.com

lunes, 4 de abril de 2011

Los "aigronazos"

He recibido varios correos electrónicos para comentarme acerca de la parábola del Hijo Pródigo, algunos en el sentido de que les gustó mi adaptación libre de tan célebre mensaje de Jesús de Nazaret, pero otros, para recriminarme que lo hubiera escrito de manera tan burda, claro que, les expliqué con pelos y señales, que se trataba de una especie de cuentito corto, que humildemente solicitaba perdón a todos aquellos a los que hubiese podido ofender con mi columna, así que para que luego no anden con que a Chuchita la bolsearon, en estos días les transcribiré unos cuantos párrafos de Lucas 15, con eso de que estamos en Cuaresma, pues siempre es bueno tener momentos de reflexión espiritual, pero antes, les diré, queridos lectores, que ahora que se nos han venido los aironazos locos en pleno mes de Abril, me he sentido como en Pachuca la bella airosa, que allá, como en san Juan también hace aire, pero no crean que, son vientecillos ligeros, sino que, son pequeños huracanes que chiflan al pasar por los árboles, pues así se puso aquí el lunes, parecía que se quería llevar todo a su paso, incluso, mi techo blanco (y si es albur) bueno, en realidad, no es blanco, sino de lámina de zinc, luego que yo anduve de borracho el sábado y el domingo, con mis caguamas Victoria, pues di en pensar, que se trataba de un castigo divino por haberme portado mal, les juro por el beato Carlos, que cuando me asomé por la ventana, casi se me caen las cejas de gusano quemador, y lo peor no fue eso, sino que, se me llenó la cara de polvo, casi quedé en calidad de ratón de panadería, por supuesto que acudí de inmediato a consultarle a mi Apá, para que me explicara lo que estaba pensando con el clima, me explicó que, a veces la luna se queda con aire y por eso se habían dado estos inusuales aironazos, tanto así, que en la placita Miada andaban varios huercos volando huilas, evento que para mí, fue tan extravagante como si anduvieran pingüinos por la calle, hasta tuve eso que se llama un retroceso en el tiempo y me acordé de mi infancia, en la que todos los primos y vecinos, andábamos volando papalotes en los baldíos del barrio para que no se nos atoraran en los cables de la luz, por cierto anduvo otra vez fregando un inspector municipal a los vendedores ambulantes de la placita, lo raro es que otra vez les volvió a decir a todos, que no había permisos disponibles para vender en ese espacio público, así que insto al publicitado Benjamín que le diga a este bueno para nada que anda de cobrón que no se haga el chistoso y se vaya a otro lado a molestar, porque al rato, los vecinos del barrio, nos vamos a quedar sin quien nos venda una raspa para mitigar el calor, en lugar de andar de encimosos con estas decentes personas, que no hacen otra cosa que trabajar decentemente en lo que buenamente pueden, mejor que la runfla de empleados a nuestro servicio, se ponga a chambear en beneficio de la comunidad, que eso de los puesteros es una fruslería, que ya no le hagan tanto al enmascarado, que francamente, no he visto que hayan hecho gran cosa para desquitar los sueldos que ellos solitos se pagan de nuestros impuestos, ojalá que alguno de estos burócratas se tome la molestia de mandarme un e mail a mi cuenta personal para explicarme que está pasando con esto de los permisos denegados a los vendedores de la placita Miada, en donde antes estuvo el tristemente célebre Penal de la Loma, porque el torpe empleado cobrador, no da mayores explicaciones que la consabida frase: “yo nada más recibo ordenes”, lo que a todos estos funcionarios se les olvida es que están a nuestro servicio, que los que los mandamos somos nosotros, que nosotros, los ciudadanos somos sus patrones y no al revés, que aunque haya burócratas de terciopelo, algunos de medio pelo y otros de cierto pelo, todos son nuestros empleados, aunque varios de ellos se sientan dueños del globero pueblo y sus alrededores. Ya dije.

No hay comentarios: