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jueves, 21 de abril de 2011

Estrellitas Marineras

Las artistas que se alquilan para hacer comerciales de diversos productos, no tienen perdón de Dios, y es que, a estas buenas para nada, no se les ha ocurrido, que es un evidente fraude el hecho de que, aseguren ante las cámaras las bondades de determinada crema, champú o medicamento, lo peor no es eso, sino que, hay algunas, como Thalía que publica a los cuatro vientos que usa Crema Teatrical, cuando ya se sabe que esta bataclana usa menjurjes finos y caros, no esos batidos de glicerina que más bien parecen pomadas, en el colmo del cinismo, la esposa del magnate de la música llamado Tony Motola, todavía se atreve a asegurar, que las mujeres que la usen, les quedará la piel como nalga de bebé, o sea, es que, eso debería de ser penado por las leyes mexicanas, porque una cosa es que la actriz venida a menos, dicte las propiedades casi milagrosas de dichos aliños químicos, y otra, muy distinta, que presuma que gracias a esos cosméticos tiene su piel tan pulida.
Otra de las mentirosas, aunque no es tan famosa, pero es igual de fraudulenta que las demás, es la tal Adela Micha, que de lectora de noticias del teleprompter, ahora resulta que es una farandulera artista que promociona con su voz nasal los ingredientes prodigiosos de Cicatricure, una pomada que se popularizó gracias a sus vapores medicinales que alivian las quemaduras de alto grado de peligrosidad, lo peor es que, eso que anuncia la dizque periodista, no está conformada como una crema antiarrugas, lo que ha ocurrido, es que viendo que a algunas damas, a la hora de embarrársela, se les difuminaron las arrugas, pues los fementidos productores del producto, decidieron que si daba esos resultados, entonces, la venderían a un precio más alto a las mujeres que no quieren tener la cara como sobaco de elefante, y naturalmente que, aumentaron las ventas al 300 por ciento, así que diga lo diga, la Micha está haciendo mal uso de su proyección televisiva para abusar de las pobrecitas mexicanas que desde la conquista de los españoles, ya usaban mascarillas de barro negro de Oaxaca intentando detener el deterioro de la edad, que según mi abuelita Expectación, y ya se sabe que los dichos de los viejitos son evangelios chiquitos, Dios si perdona, pero el tiempo no, así que eso es más viejo que caminar para adelante.
Otra que enumera las gracias que otorga el champú chafa, que promete dar brillo y sedosidad al cabello, es Bárbara Mori, cuando esta guapísima actriz, de seguro ni lo usa, o a lo mejor sí, pero lo que no aclara es que además del mentado lavado del pelo, se embarra semen de ballena y aceites exóticos que le otorgan la suntuosidad a su espléndida cabellera, por supuesto que entiendo de lo que se tratan dichos comerciales, si tampoco soy tan tonto, a cada una de estas mentirosas modelos faranduleras, les conviene el contrato firmado a las empresas productoras de los afeites, ya que por un lado, les dan una buena tajada de billetes, que nunca caen mal, a pesar de que las luminarias ganan miles de dólares por sus buenos oficios como actrices y otros servicios a los grandes señores millonarios que sacan juventud de sus carteras, y por otra parte, los comerciales, les sirven a ellas para darles imagen de manera cotidiana ante los tele espectadores que se suman por millones durante los horarios de mayor audiencia nacional e internacional, supongo que, las estrellas, nunca se han preguntado si al decir tantas mentiras, puedan producir algún daño a las mujeres que, en su afán de imitarlas para ser como ellas, o al menos, hacerse la ilusión de que si usan determinado producto, algún día sus caritas, sus pieles y sus chimpas serán igualitos a las que, por puro amor al dinero y así convenir a sus intereses, mienten con tal desparpajo que hasta mi prima Robustiana, que es muy ingenua, candorosa y pendeja ya se compró todos esos chunches milagrosos que no le han dado, y como dijo don Teofilito, ni le darán, resultados óptimos para acrecentar su belleza.

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