No tengo nada en contra de Joaquín López Dóriga, de hecho puedo decir que hasta me cae bien, pero es que ese lapsus pendejus del titular del noticiario más visto en el territorio nacional, denota, por enésima ocasión, que, --como los anuncia el conductor de Tercer Grado-- “los periodistas que día a día dan las noticias”, son más chafas que un doctorado en bioquímica nuclear de la Universidad Héroes de Chiconcuac, o sea, es que es inconcebible que un profesional de esa categoría mundial, no hable con fluidez el idioma básico para establecer comunicación con cualquier persona sea cual sea su nacionalidad, ya que, el lenguaje de “cheikspier”, es tan fundamental, ya no digo para un “comunicador” de su envergadura, sino hasta para un dependiente de una curios shop.
Yo me acuerdo que mi prima Ramona Cabrera trabajaba en el Mercado Maclovio Herrera, y ella aprendió buen inglés en la pizca del betabel, al menos, más fluido que el #JuayDeRito del ticher, que por cierto, en Twitter lo tomamos a chacoteo, porque el cara de molcajete de Apizaco, al decirla frase, se le llenó toda la boca, supongo que no todos ustedes, asiduos fans, han de saber a lo que me refiero, para que se rían un rato, los pondré en antecedentes, resulta que durante una entrevista al eximio actor inglés Anthony Hopkins sobre su nueva película, el cómico involuntario, empleado de Televisa, le soltó la pregunta: “¿por qué El Rito?”. Hopkins como venado lampareado, miró a su interlocutor, ya que el histrión no habla ni madres de español, López Dóriga, viejo lobo de mar, se recompuso tras unos segundos de duda, y le formuló el célebre enunciado: “Why the rito?”, el caníbal del “Silencio de los Inocentes” por poco se le lanza directo a la yugular al conductor, para que, mínimo, se fuera a estudiar uno de esos cursos de casetes por correspondencia, ya sé que tampoco es para tanto, pero es que éste, que se considera punto menos que descendiente de don José Pagés el connotado periodista que entrevistó a los protagonistas de la historia contemporánea de nuestra civilización, pues quedó en vergüenza en cadena nacional, lo raro, es que siendo que esas charlas con las estrellas cinematográficas, se graban con antelación, porque ni modo que don Toño Hopkins se hubiera tomado la molestia de acudir a las once de la noche a las instalaciones de la poderosa televisora, el productor de la emisión no haya editado esa pifia que ni un pasante de la carrera de comunicación, hubiera sido capaz de cometer.
Los tuiteros nos divertimos tanto con esa manera de hablar el inglés del ticher, que en 36 horas, luego del dislate idiomático, el #JuayDeRito se convirtió en Trending Topic mundial, y es que, por ejemplo, en el globero pueblo, hasta una semillerita, conste que no lo digo con ningún afán de burla, ofrece su mercancía a los gringos, con perfecto acento, okei, no así como que en inglés británico, pero no usan esplangish como tantas veces lo hemos utilizado los de la border line, porque si así fuera, todos los ciudadanos fronterizos podríamos ser blancos de burla como el comunicador paisano, aunque en nuestro globero pueblo, hay excelentes colegios, como el Royal que dan buenas clases, así que hasta los tineyers hablan con soltura, y se podría decir que, es su segundo idioma, y para algunos, el primero, ya que lo han hablado desde bebitos, tal vez, lo que ocurrió con López Dóriga es que uno da en pensar que un periodista de tan alto nivel, tendría que ser más educado, no digo, no, que sea poliglota como mi amiga Norma Barberena, que la esposa del Dr. Juan, habla diez a la perfección, en fin, que esa chunga que hicieron de su persona, espero le sirva para que no se sienta lo que no es, y que entienda que los reflectores, las cámaras y los micrófonos, no otorgan ninguna aureola de sabelotodo, que el que tiene boca se equivoca, pero también que le sirva de lección para que se baje del ladrillo, que aunque él piense que si, no es ningún trono, ni un pedestal, ni la cúspide exitosa del periodismo mundial. #JuayDeRito y yo diría #JuayNot?
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