En una nota de mi compañero Víctor Quintero, don Homero Ochoa Gutiérrez, da a conocer el establecimiento de un nuevo sindicato de profesores (Sitem), nada más eso nos faltaba para acabarla de chingar, y es que estos adalides rancheros de la educación, se sienten con la capacidad de andar con politiquerías ejidales, en lugar de ponerse a chambear como Dios manda, miren ustedes queridos lectores, ya saben que no soy reportero de ninguna fuente especializada, sin embargo en mi papel de ciudadano de a pie, nunca falta un alma caritativa que me ofrezca un variado menú informativo al respecto de temas inimaginables, como, por ejemplo, que en el Cebetis 234, un profesor güevón reprobó a 50 alumnos de un grupo de 54, díganme, si eso no es una mentada de madre a los jovencitos y a sus padres, pero eso no sería lo grave, al menos no alcanzaría para subrayarlo como un crimen de lesa humanidad magisterial, sino que, para que los chamacos pudieran proseguir con sus estudios en dicho plantel de educación media superior, tuvieron que pagar 200 pesos por un curso de tres clases, es decir, el profesor o la escuela, se embolsaron diez mil pesos libres de polvo y paja, y eso nada más de un solo salón, a mi que no me vengan con esas chingaderas de que los adolescentes son problemáticos y burros, digo, ni que las materias de bachillerato fueran tan complicadas, para que en un repaso, cualquiera, con dos dedos de frente, las pudiera aprobar con el mínimo posible de calificación, además, como en todos los órdenes de la vida cotidiana, existe una ley no escrita para que la mayoría se alce con el triunfo, es decir, si reprobaron 50 de 54 estudiantes, la culpa no es de los huercos, sino del chafa profesor, aquí si no hay excusa posible para que el docente indecente diga que sus cátedras son excelentes, que eso ya ni se usa, y la cátedra, era una especie de asiento elevado o púlpito con asiento desde donde el maestro enseñaba a los alumnos, en esa época de mis abuelos, nadie podía replicarle al profesor, en una rotunda alocución latina se encerraba un inapelable veredicto supremo: “Magister Dixit”, claro que eso se aplicaba en la edad media, refiriéndose a Aristóteles y literalmente significa: “lo ha dicho El Maestro”.
Al profesor Homero Ochoa se le olvida que los sindicatos nunca se han constituido para el beneficio de nadie más que para sus propios corifeos, aunque en el caso del SNTE que él ha mencionado en la entrevista en términos, ha sido solamente para otorgar prebendas, canonjías y otras prestaciones a los elegidos por el poderoso dedo de la máistra Elba Esther, lo peor no es que ya se le haya dado toma de nota a dicha cofradía magisterial, sino que, al parecer es irreversible, así que, otorgándoles el beneficio de la duda, tomando como cierta, una de las premisas vertidas por el maestro en la que asegura: “el gobierno tiene la obligación de darle la más alta calidad de educación al país donde considera que el sistema debe cambiar, no buscando beneficiar a unos cuantos con cargos políticos que no saben desarrollar, sino distribuir los beneficios en pro de la educación”. (Sic)., espero que sea verdad lo que dice, y no pura retórica, lo primero que tienen qué hacer, es crear un comité de vigilancia a los planteles, para impedirles a algunos profesores baquetones que se duerman en sus laureles, yo que tengo carácter de padrastro marihuano, reconozco que no ha de ser fácil lidiar con tantos huercos chiflados, pero para eso se alquilan, y ni modo, lo malo es que hay muchos que sin tener la vocación magisterial, se meten a estudiar en la Normal para tener un empleo seguro, claro que como de todo hay en la viña del Señor, en nuestro globero pueblo, existe un pléyade de extraordinarios maestros, aunque, de verdad, al ver la caballada tan flaca, a veces, quisiera que resucitaran los monstruos sagrados de la educación en nuestro solar porteño.
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