Monterrey, ciudad inteligente

Monterrey, según la revista Forbes, ocupa el cuarto lugar dentro de las diez ciudades inteligentes del planeta, y el criterio para elegirla de entre otras grandes urbes a nivel mundial, no dista mucho de lo que todos conocemos, es decir, que la regia sultana del norte, sostiene, desde hace muchos años, una pujante economía, además de una poderosa infraestructura industrial, y la cereza del pastel es su variada gama de escuelas de buen nivel, naturalmente que a muchos les disgustará este hecho, sobre todo a los chilangos, que se sienten tocados por la mano de Dios, pero sinceramente, en la ciudad de México, aunque sea una preciosa chinampa en un lago escondido, es imposible seguir viviendo en ese monstruo en el que se ha convertido, claro que a mí me gusta por lo que representa en todos sentidos, lo malo es que a los estudiosos no les importa su inaudita belleza, se ocupan en otras cosas, estos son como las viejas guapas jodidas, que se fijan en las billeteras sexys, en lugar de la apostura de los galanes para “hacer” un buen matrimonio.
Kotkin, ese es el apellido del especialista en urbanismo global que realizó la lista de diez ciudades inteligentes, asegura que Monterrey surgió “de una oscuridad relativa” para convertirse en “un importante centro industrial e ingenieril”, y que creen, queridos lectores, en su estudio, menciona, sin mencionar su nombre, a nuestro globero pueblo, ya que uno de esos puntos a favor, destacó la cercanía de una “vibrante” frontera con Estados Unidos, naturalmente sus 57 parques industriales que dan trabajo seguro a miles de personas, incluso, la elevan al rango superior de algunas ciudades de Estados Unidos, basados en sus ingresos por cabeza, y por su ecología sustentable, claro que en todos lados hay corrupción, y de repente construyen donde no se debe, pero son pocos los focos infecciosos que se instalan para perjudicar el medio ambiente.
No dudo que Nuevo Laredo muy pronto, digo, en unas dos décadas, esté a la par de Monterrey y es que francamente a nuestros pro hombres, les ha faltado la capacidad para organizarse, no que sean tontos, porque no lo son, pero desdeñando la preparación universitaria, casi todos, han comprado sus títulos, y los más indejos, en lugar de irse al Tec de Monterrey, a Harvard o a Cambridge, se han quedado a estudiar en la UAT o en la Valle del Bravo, que me perdonen todos los que han pernoctado alguna vez en una aula de nuestras “máximas” casas de estudios, pero sus licenciaturas no tienen validez, y lo digo de todo corazón, sin ánimo de ofender a nadie, lo peor de todo es que a, los que se sienten dueños del pueblo, el dinero de sus familias se les va a acabar más pronto de lo que se imaginan, y que lo que parece mucho, en realidad no es tanto, lo patético es que quieren seguir siendo los eternos: “hijos de…”, al final terminan trabajando de dueños, haciendo nada y con las ínfulas pretenciosas de que el suelo que pisan no los merece.
Yo tengo la certeza de que con buenas escuelas, en donde nuestros niños y jóvenes se preparen arduamente, que asistan a las aulas con el afán de aprender y no como a las guarderías caras a las que están inscritos para que los entretengan mientras sus padres se fletan diariamente, Nuevo Laredo muy pronto se transformará en una ciudad de primera, pero mientras eso ocurre, todas las oportunidades para los oriundos del solar se les van de las manos porque no saben cómo capitalizarlas, ese ha sido el grave problema del puerto comercial más importante del planeta, y que no nos vengan ahora a darnos atole con el dedo los que se sienten desperdiciados, si ya se sabe que para llegar a la excelencia, se requieren dos poderosas razones, una, el estudio y la otra, el afán de ser líderes de su terruño natal, naturalmente que hay dos o tres que valen la pena, pero con tan pocos es imposible sacar al buey de la barranca. Ya dije.